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Casado exige “neutralidad” a la cúpula del PP andaluz que respalda ya a Santamaría

Casado defiende la segunda vuelta con compromisarios y que su candidatura "también está abierta a la integración"

Daniel Cela

Pablo Casado, vicesecretario general de Comunicación del PP y flamante candidato a presidir el partido, ha tenido este lunes una maratoniana jornada de campaña de las primarias por las cuatro provincias de Andalucía Occidental: Empezó a primera hora de la mañana en Córdoba, se detuvo en Sevilla, pasó por Cádiz y terminó en Málaga. La primera es territorio cospedaliano -amén del peso del ex alcalde y ex número dos de Interior, José Antonio Nieto-, las otras tres provincias se consideran más próximas a Sáenz de Santamaría.

Esta parte del mapa andaluz representa fielmente la fractura interna que vive el PP andaluz y, por el eco de las primarias, de todo el PP. A priori, Andalucía es uno de los territorios más determinantes para la renovación de la dirección del partido, porque cuenta con el 24% de la militancia -en torno a 170.000 afiliados- pero el voto está fragmentado y polarizado entre las dos candidatas con más opciones: la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, y la ex vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. El joven dirigente lo ha notado nada más llegar a Córdoba, por eso allí -y luego en Sevilla, y luego en Cádiz- ha pedido a la dirección regional y a los líderes provinciales “neutralidad”. “Que dejen a los militantes votar en libertad, que nadie reciba presiones”, ha subrayado, lanzando sospechas pero sin personalizar en nadie.

Antes de pisar suelo andaluz, Casado venía advertido: la dirección regional de Juanma Moreno no puede permitirse que la ejecutiva nacional del PP caiga en manos de Cospedal y de su ariete sevillano, el ex ministro Juan Ignacio Zoido, con quien mantiene una abierta rivalidad. “Le va en ello su estabilidad política e incluso su permanencia como cartel electoral en las andaluzas”, dice un alto cargo de su equipo. Las elecciones andaluzas están previstas para marzo de 2019, siempre que la presidenta de la Junta, Susana Díaz, no decida adelantarlas al próximo otoño. El líder popular andaluz no deja de aventurar esta hipótesis y sus rivales, dentro y fuera del PP, dicen que es porque si se alargan mucho los comicios, aún puede que no llegue como candidato.

Moreno y sus allegados ya han apostado por Santamaría en estas primarias. Algunos lo han hecho en público (el presidente de la Diputación de Málaga, Elías Bendodo, persona próxima al líder del PP-A; la presidenta del PP de Sevilla, Virginia Pérez; la ex ministra de Empleo, la onubense Fátima Báñez…) y otros lo han deslizado en privado, tratando de respetar cierta neutralidad orgánica. El círculo próximo a Moreno ha intentado convencer a Pablo Casado de que se integre en la candidatura liderada por Sáenz de Santamaría para fortalecerse ante Cospedal. Si no ahora, al menos cuando pase la primera terna: las primarias son a doble urna, primero los afiliados, y luego los compromisarios, pero a la segunda ronda sólo pasarán los dos más votados de los seis aspirantes. Cospedal ha dicho este lunes en Almería que los dos que ganen en la primera ronda deben esforzarse en consensuar una lista común y evitar la segunda votación de los compromisarios en el congreso extraordinario, pero Casado ha hecho oídos sordos. No contempla perder ante las dos lideresas. “No contemplo ese escenario”, afirma.

Pablo Casado ha sido recibido a mediodía en la sede del PP andaluz, donde ha tenido un encuentro breve con la militancia. Su aparición allí vale más en imágenes que en palabras. El candidato ha posado ante la prensa rodeado de todos los dirigentes andaluces y sevillanos que apoyan a las claras a Sáenz de Santamaría. A su izquierda, Moreno, con rostro serio, le escuchaba por enésima vez exigir “neutralidad” a los dirigentes y “libertad de voto” para los afiliados. “Andalucía será una prioridad para mí, y no lo digo de boquilla. Hay que focalizar la estrategia para que Juanma [Moreno] tenga todo el apoyo del partido a nivel nacional para las andaluzas”, ha subrayado. A su derecha, el candidato del PP a la Alcaldía de Sevilla, Beltrán Pérez, y su principal valedora, la líder del PP de Sevilla, Virginia Pérez, que este fin de semana ha pedido públicamente el voto para la ex vicepresidenta. “Lo ha hecho a título personal”, la ha excusado el candidato.

Casado ha pasado fugazmente por Andalucía para apuntalar las dos ideas fuerza de su campaña: Una, que el PP está en riesgo de fractura interna -personalizada en la rivalidad de Cospedal y Santamaría- y que él es el único candidato que garantiza la unidad del partido. Y dos: que él es “el candidato que más teme Ciudadanos”, un mensaje que en Andalucía puede tener más éxito que el primero. La formación naranja aquí es el sostén del Gobierno socialista de Susana Díaz, lo cual no le ha perjudicado en las encuestas de intención de voto, al contrario: Ciudadanos amenaza con arrebatar votantes al PP de Juanma Moreno en las próximas elecciones autonómicas. Ahora tiene ocho diputados en el Parlamento (9% de votos) y algunos sondeos lo sitúan por encima del 24% del escrutinio. La entrada de Pedro Sánchez en el Gobierno, paradójicamente, ha abierto una ventana de oportunidad para que los populares andaluces vuelvan a entenderse con Ciudadanos. El portavoz del grupo naranja, Juan Marín, ya ha dicho que si la aritmética lo permite, baraja la opción de formar gobierno con el PP para desalojar a un PSOE que va para 40 años ininterrumpidos gobernando.

El discurso de Casado entronca directamente con el mensaje del ex presidente José María Aznar: ambos apelan al miedo de que el PP se parta en dos, de que pierda fuelle como partido de Gobierno, y de que sus principios y referentes sean capitalizados por una fuerza nueva como Ciudadanos. “Yo aspiro a volver a unir en el mismo atril al ex presidente Aznar con el ex presidente Mariano Rajoy”, ha dicho.

El candidato a las primarias también ha aprovechado su paso por Sevilla para pedir a Susana Díaz que convoque ya las elecciones andaluzas. “Juanma no está pendiente de cuándo le apetece a Díaz convocar elecciones. Él ya pide el balón”, ha subrayado. Casado también ha apelado a la juventud -que comparte con sus anfitriones- como valor intrínseco de la renovación del partido. Cuando le han preguntado por la investigación que ha abierto la Universidad Complutense de Madrid sobre su carrera, sobre las sospechas que recaen sobre el máster que cursó en la Universidad Rey Juan Carlos, y sobre le posibilidad de que sea imputado en esta causa, el candidato ha perdido la sonrisa y torcido el gesto a la prensa: “Ya he comentado todo lo que tenía que comentar sobre ese tema y no tengo más que decir”.

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