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Adelaida de la Calle: “Las leyes de educación fracasan porque hace falta un pacto previo y desde abajo”

Adelaida de la Calle.

Olga Granado

La consejera de Educación nos recibe en su despacho para esta entrevista con el curso ya empezado en primaria y secundaria sin demasiadas incidencias este año. Exrectora de la Universidad de Málaga y expresidenta de la CRUE, le toca ahora lidiar con las bases, con esos estudiantes que algún día llegarán a la universidad o no, porque una de sus obsesiones ahora es convertir la FP en una salida igual de atractiva y útil que la vía universitaria.

Una consejería exclusiva para la educación y unos presupuestos para 2016 con un incremento por encima del 4%. ¿Está satisfecha?

En un presupuesto siempre quieres más, evidentemente, pero soy consciente de la situación de Andalucía. Para mí lo más importante es ver que de cada 10 euros, 8 están dedicados a lo social en los presupuestos de la Junta de Andalucía. Y eso es apostar por las personas, lo que empieza desde la base, que es formarlas, luego cuidarlas y darles todo tipo de oportunidades a través del empleo, aparte de mantener a la población que va cambiando de edad y de necesidades. En ese sentido, creo que la apuesta de Andalucía es muy importante y genera valor económico, porque apostar por la educación es hacerlo por el empleo. Sería una mala consejera si dijera que estoy satisfecha. En educación nunca debemos estarlo porque siempre tenemos que querer más. Pero representar el 21% de todo el presupuesto autonómico es importante.

Ha marcado como prioridades el apoyo a la familia y la FP, ¿por qué?

El apoyo a la familia tiene un sentido muy amplio. Cuando hablo de éxito escolar -porque nunca quiero hablar de fracaso escolar- me pregunto: ¿cómo lo aumento? Pues, tengo que poner a los niños en mejores condiciones y para eso hay que ayudar a las familias. En cuanto a la FP, es porque, junto a la enseñanza de los idiomas, se trata de una de las grandes asignaturas pendientes no ya de Andalucía sino de España. En otras partes de Europa funciona ya perfectamente, pero nosotros hemos hecho muchas incursiones fallidas sin haber cogido el toro por los cuernos. Hemos pegado experiencias y lo único que ha producido es un conglomerado, pero no una organización. Eso requiere la FP. Hay que empezar desde ya a planificarla de otra manera.

¿Cómo piensa hacerlo?

Tiene que dar respuesta al sector socioeconómico. En el ámbito de la FP esta parte hay que trabajarla mucho, porque el tema del bachillerato está muy trillado y está dando respuesta, independientemente de que ahora con la crisis se haya sufrido. No tenemos una FP bien diseñada. Quiero trabajar en este segmento porque nos tiene que dar mucho fruto. Requiere un cambio de estructura, tanto en la parte de la formación como en la de los educadores, que tienen que tener las capacidades suficientes para dar respuesta. Tiene una parte económica, evidentemente, pero también una necesidad de organización con el empleador. Hay que trabajar al unísono. No tengo una varita mágica para cambiar todo en este curso cuando el sistema viene con un retraso histórico. Pero voy a ir poniendo los cimientos sobre esa FP, que año a año tiene que mejorar. 

Uno de los problemas de la FP es su desprestigio, ¿cómo se combate?

Probablemente eso ha llevado a que se haya desarrollado más el camino a la universidad. He pensado que incluso podía venir de las antiguas universidades laborales creadas en el franquismo y eso ha hecho que no se haya trabajado en el sistema. Cuando analizo lo que tenemos veo que la demanda del que quiere hacer la FP no responde a la oferta del mercado laboral. Se piden mucho por ejemplo técnicos en el ámbito de la salud, saturado en el mercado laboral, y dejan vacías electricidad y electrónica. Todo eso, creo que hay que reorientarlo. Hay que informar y formar. Primero, prestigiarlo, porque son caminos diferentes que pueden proyectarse en el mismo lugar: el mercado laboral.

También se da que mucha gente que ha vuelto a los estudios por la crisis está ocupando las plazas de los más jóvenes que ahora iniciarían la FP...

Efectivamente. Gente que estaba fuera del sistema ha querido reentrar por la falta de empleo. Por ejemplo, gente que ya había hecho un ciclo formativo. Se trata de un segmento grande de 18 a 25 años al que tampoco damos la respuesta necesaria, porque creo que primero tienen que ser los niños en edad de FP, pero los mayores están quitándoles la oportunidad. Porque no tenemos tanta oferta de plazas como desearíamos. 

¿Pero cómo se le da respuesta a esos de 18 a 25 años que quieren volver a estudiar?

En muchas ocasiones el mayor le quita el puesto al joven. Está ocurriendo. Hay que regularlo. Para ese de 18 a 25 hay que darle otras oportunidades, que pasarían por ejemplo por la enseñanza a distancia o semipresencial, para ordenar la oferta. Estamos trabajando en ello. Los frutos de lo que nos proponemos serán en dos o tres años, porque es una planificación, pero es clave llevar ya el camino recto. Hay otras cosas que en la FP, por ejemplo el bilingüismo, se había tocado poco. Estamos haciendo un esfuerzo en esto.

Está por otro lado la FP básica, a la que se ha referido en ocasiones como “un fracaso”. ¿Por qué no la quiere la gente?

Para mí, es un sistema de exclusión. Normalmente el que tiene mayores dificultades para seguir la ESO se va a ese camino. Y ni siquiera finaliza la FP básica, pero no es problema ¡porque no cuenta para los índices de abandono escolar porque no tiene titulación! Se queda en un limbo. Eso no es luchar por la igualdad de oportunidades. Es más importante fortalecer un sistema de refuerzo y compensación para engancharlos a la ESO y que la finalicen. Puede haber un nivel de fracaso escolar por razones diversas, que ocurre en todas partes, pero no tan grande. El Ministerio de Educación ha barrido los programas de compensación, si bien en Andalucía lo hemos mantenido autofinanciado. Creo que debemos seguir apostando por ello, que es mucho más lógico que crearnos algo que no reconoce ni el empleador, porque no tiene titulación, como es la FP básica. Y encima cuesta mucho dinero.

Pero incluso así este curso han aumentado las plazas de la FP básica, ¿no?

Pero la demanda ha sido menor. Han entrado 8.000 -más o menos como el curso pasado- y ofertábamos 11.000. Se lo he planteado al Ministerio de Educación cada vez que he tenido ocasión. Es un engaño que deja a los niños en el limbo, lo que evidentemente favorece los datos finales de abandono escolar, pero porque no cuentan, no porque tengan un futuro. Para mí, lo importante sería retornarlos a la enseñanza obligatoria, poniendo ahí todos los esfuerzos

Por cierto, ¿qué le ha parecido la propuesta de un módulo de tauromaquia?

Creo que hay que tomarse las cosas con mayor rigor. Ese tipo de enseñanzas no entra en mi mentalidad. Creo que los caminos no son esos, no son los que deben requerirse. Eso debería darse en cursos de formación especializada, pero no en la enseñanza reglada. 

Han anunciado 2.200 plazas de secundaria para el próximo año, ¿cómo va la convocatoria?

Estamos trabajando en ello. Primero estamos mirando el mapa de vacantes que tenemos. Y el mapa de necesidades para organizar la convocatoria, que estará lista con el tiempo suficiente para los exámenes en julio, como suele ser habitual.

¿Pero se logrará cubrir todas las vacantes? Se han expresado dudas estos días sobre ello...

No tenemos demasiadas vacantes, porque siempre las hemos cubierto por el margen que nos daba la ley. Tenemos cubierto el mapa de interinidad, de manera que las oposiciones servirán para generar estabilidad en el profesorado, primero con el concurso y luego con las oposiciones.

El fracaso de las leyes de educación en este país parece una constante, ¿a qué cree que se debe?

Yo hablo de pacto y por un convencimiento. O sea, un marco de competencias que generen estabilidad en el sistema y que  sea flexible para adaptarse a las circunstancias. Hemos defendido siempre el aprendizaje napoleónico, basado en la memorización, en lugar del desarrollo de la creatividad y el talento. El conocimiento está al alcance de todo el mundo y eso genera habilidades. Más que hablar de contenidos, hablar de competencias. Más que hablar de enseñar, hablar de aprender. Pero hemos fallado porque se ha previsto siempre en función del vaivén del concepto político más que del educativo. Casi estuvo a punto de firmarse un pacto. Lo viví con el ministro Ángel Gabilondo, porque las universidades dependíamos de él. Vi que aquello estaba casi hecho. Era un marco en el que todos nos encontrásemos a gusto pero teniendo en cuenta a los profesores, a los consejos escolares, a las asociaciones de padres y madres de alumnos, a los sindicatos, a la patronal... Es mucho más fácil regular desde un pacto previo. 

Mencionaba antes el aprendizaje de los idiomas como asignatura pendiente. ¿No cree que también se está fallando en Andalucía con centros escolares que se venden como bilingües pero donde los niños de infantil no llegan ni a dos horas a la semana en otro idioma?

Estamos ultimando el Plan Estratégico de las Lenguas y queremos apostar porque efectivamente empiece desde el principio. Es muy fácil para los pequeños aprender los idiomas porque son esponjas. Por un lado, hay que aumentar las horas, pero también hay que diseñar un sistema de evaluación no sólo de profesorado, sino también del alumnado. Es un proceso cuya proyección tardará años. Pero el camino es ése. Estoy convencida. No el de crear muchas escuelas de idiomas, sino que el niño lo aprenda en la escuela. No se pueden generar tantos puestos en la no obligatoria como en la obligatoria, porque eso es ruinoso para el sistema. 

El profesorado de la concertada se quejaba de que este año tampoco habían cobrado el tercio de la paga extra que se les prometió, ¿cómo se ha solucionado esto?

El profesorado de la concertada perdió una paga extraordinaria como el resto, que la ha recuperado este ejercicio, pero ellos no, es cierto. El pacto era que la cobrarían en tres veces: el primer tercio tenía que haber sido este año, pero no hemos llegado porque no estaba presupuestado. Por tanto, hemos acordado que para 2016 cobrarán la paga extraordinaria completa de ese año, los dos tercios de 2015 y 2016 de la pendiente y el 1% de subida como a todos los trabajadores públicos. Por tanto, para 2017 sólo les quedará pendiente el tercio último y conseguiremos la homologación. 

¿Qué le parece la propuesta del programa electoral del PSOE de eliminar la religión de la escuela?

Vivo el día a día y hoy por hoy se imparte de forma voluntaria en todos los centros de enseñanza, como exige la ley. ¿Qué va a pasar después? No lo sé. Una cosa son los programas electorales y otra las actuaciones. Es ponerse a adivinar quién va a ganar las elecciones generales... Voy a ser muy respetuosa con lo que diga el marco legal. Pero creo que ni siquiera en este caso debo dar mi opinión personal porque es hablar con una bola de cristal.

También se había mencionado de ese programa electoral la idea de extender la educación obligatoria de los 0 a los 18 años, en parte para corregir el fracaso escolar y en parte para la conciliación. Pero, ¿es la solución dejar más tiempo a los alumnos en un sistema que no funciona? ¿Llamar a eso conciliación le parece apropiado?

Los padres tienen que estar implicados de verdad. Ya es más que suficiente ocho horas en el colegio. Hay edades diferentes en la que los niños necesitan distintas atenciones. Muchas veces cargamos a los niños de actividades extraescolares no porque aprendan más, sino para quitárnoslos de en medio en momentos en que podríamos estar con ellos. Conciliar es convivir y hacer partícipe a toda la familia de obligaciones, deberes, éxitos y fracasos. Facilitar el aparcamiento de los niños no puede ser conciliación.

¿Cree que es suficiente el esfuerzo que se está haciendo en materia de igualdad en la escuela?

Es una parte importante de nuestra metodología de enseñanza, tanto en las materias como en los protocolos que se aplican. Son muy interesantes por ejemplo los proyectos educativos que inciden en la igualdad de género y en el respeto a los demás que premiamos cada año. Se tiene que seguir así: incidiendo desde el principio, incluso con canciones para los más pequeños. Es lo que queda grabado.

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