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Felipe González: “Los que hoy presumen de ser padres de la Constitución, son padres putativos”

El expresidente del Gobierno, durante el acto de este miércoles en Sevilla.

Fermín Cabanillas

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Sin nombrar a Podemos, Izquierda Unida o ningún partido independentista catalán, pero lanzando andanadas continuas hacia ellos, “porque tengo una edad que me lo permite”. Así pasó este miércoles por Sevilla el expresidente del Gobierno, Felipe González, para presentar la fundación que lleva su nombre, y que está constituida desde 2013. Era la primera vez desde que existe esta entidad en la que se sentaba ante un auditorio para hablar de ella pero, en realidad, de sus 36 minutos de alocución no empleó en esa tarea más de nueve.

El resto, fue para analizar, desde su óptica, como es la España de 2020 en comparación con la que alcanzó los pactos para firmar la Constitución, apelando al consenso de entonces, sobre todo, al espíritu de “los comunistas, los que en aquel momento hicieron un papel mucho más intenso para la reconciliación que los que hoy presumen de ser padres de la Constitución, pero son padres putativos”.

Faltaron pocos del socialismo andaluz a la cita de este miércoles en Sevilla. Algunas ausencias, como la de la secretaria general socialista, Susana Díaz. El alcalde de Sevilla, Juan Espadas, envió un vídeo desde Bruselas explicando que otros “asuntos de mucha importancia” le retenían en la capital comunitaria. Magdalena Álvarez, José Antonio Griñán, Manuel Chaves o José Rodríguez de la Borbolla estaban entre el público, en primera fila y con asientos reservados. Algunos históricos del PSOE andaluz, como Javier Barrero, secretario general del PSOE de Huelva entre 1997 y 2008 y vicepresidente del Congreso de los Diputados entre 2011 y 2016, tuvieron que ver el acto de pie.

Sin preguntas de la prensa

Nadie hizo declaraciones. Al propio González lo introdujeron en la Casa de la Provincia casi 40 minutos antes, y entró en la sala tres minutos después de las siete de la tarde para sentarse en la mesa. Tardó lo suficiente en irse para que ningún micrófono le esperase.

En la mesa, alusiones a la actualidad política, sin dar nombre ni apellido alguno, solo una referencia al trabajo realizado con Calvo Sotelo, y la petición a la política actual de que se trabaje, al menos, para tener “treinta años de estabilidad”, en una sociedad en la que “cualquier interlocutor, de cualquier edad, ve incertidumbre”, pero ha sostenido que, “España siempre ha sido, con poca agua, un río bravo”.

“Se puede vivir toda la vida denigrando la Constitución, siempre que no la violes”, ha sido otra de las frases lanzadas por González sin destinatario aparente, criticando que para ser diputado en España “vale con el acatamiento, y algunos acatamientos son un acto claro de desacato. Nadie está obligado a creer en la Constitución, pero el compromiso para ser gobernante es respetarla”, considerando que hay políticos que “han inventado la democracia contra la Constitución”.

“La Constitución es demasiado garantista”

Felipe González ha insinuado que la actual Constitución Española garantiza demasiados derechos: “como veníamos de una larga dictadura, todo nuestro empeño era que fuera lo más garantista posible, y a veces nos excedimos en el garantismo”, pero “ser garantista significa serlo también para enjuiciar a los enemigos de la Constitución”.

Para el expresidente, la situación actual se puede entender como inestable, pero asegura que no hay que exagerar: “De cada 100 momentos históricos de los que he oído hablar en los últimos tiempos, 99 son histéricos. Es verdad que la gente está inquieta, pregunta qué está pasando, por qué hay tanta inestabilidad, por qué seguimos con los presupuestos de Montoro. Nos parece una anomalía, y quiero recordarles que la anomalía son 35 años de estabilidad, y la normalidad es lo que estamos viviendo”.

“Lo que hay que saber es qué hacer para tener por delante otros 30 años más de previsibilidad, encauzada hacia el progreso, la lucha de las libertades”, porque, en caso contrario, “terminaremos por deshacer lo que tenemos sin hacer nada alternativo”.

Ni Evo Morales ni Fujimori

A diez minutos de despedirse, Felipe González se ha autodefinido: “No he sido un radical en mi vida, he sido una persona moderada, y en lo único que me he vuelto radical es en la defensa de la democracia, en definir nuestro futuro, en eso sí me he vuelta un radical. No me gusta que Evo Morales falsee las elecciones, como tampoco me gustó que lo hiciese Fujimori”, para terminar ese segmento con una frase concluyente, pidiendo que “no le den paternidad los demócratas a ningún hijo de puta, sea como sea el hijo de puta”.

En el aire ha dejado su posición sobre el posible endurecimiento de las penas por exaltación del franquismo, reclamando “mucha prudencia” en este caso, entendiendo que lo promueve gente que “ha roto el perímetro de la Constitución, y está justificando que haya gente que lo rompa por otra parte”.

“Nunca he sido monárquico, pero prefiero una monarquía republicana como la que tenemos a una republiqueta como las que nos proponen. Todos los discursos que veo excluyentes y totalizadores los veo expresarse en nombre de la libertad y esto es lo que me preocupa, porque dicen que defienden la libertad, pero es la suya, no la de los otros”.

Todo ello en el que ha sido el primer acto público de la Fundación fuera de Madrid, una fundación que reúne toda la documentación que atesora por ser presidente y la muestra a quien quiera verla digitalmente. En el acto en Sevilla ha estado secundado por la directora de la entidad, Rocío Martínez-Sampere, el presidente de la Diputación de Sevilla, Fernando Rodríguez Viillalobos, y el fotógrafo Pablo Juliá, autor de la exposición 'Otros tiempos', vinculada al espíritu conceptual de la labor de la Fundación y que se puede visitar en la Sala Triunfo de la Casa de la Provincia de Sevilla desde el pasado mes de enero.

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