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La escuela taller Forja XXI, el último legado de la Expo 92, abandonado a su suerte

Fuensanta Coves, presidenta de Parlamento andaluz y el presidente de Forja XXI, Francisco Navarro, firman un convenio en 2008

Fernando Vicente / Javier Ramajo

Soledad Becerril, María Jesús Montero, Juan Ignacio Zoido, Fernando Rodríguez Villalobos, Petronila Guerrero, Juan José López Garzón, Amalia Gómez, Braulio Medel, Antonio Jara, Antonio Pulido, el difunto Francisco Navarro, Fuensanta Coves, Javier Benjumea Llorente, José Moya Sanabria, Ana María Troncoso...

Defensora del Pueblo, consejera autonómica, alcalde de Sevilla, presidentes de la Diputación de Sevilla y Huelva, Delegado del Gobierno, política y presidenta de Cruz Roja Sevilla, presidentes de cajas de ahorros, canónigo de la Catedral, presidenta del Parlamento de Andalucía, principales empresarios regionales, catedrática… Todos ellos, y bastantes más, unidos en torno a una misma institución, la fundación benéfico asistencial Forja XXI de Sevilla, de cuyo patronato forman o han formado parte.

Su objetivo, dicen sus estatutos, es “la satisfacción de necesidades de orden físico-asistenciales, y de integración social y laboral, de los jóvenes necesitados en general, y en situación de marginación en especial (…) mediante la formación, capacitación, e ingreso en el mercado de trabajo”.

Forja XXI nació el 15 de octubre de 1992 para dar continuidad al Programa de Formación de la Exposición Universal sevillana, creado para capacitar jóvenes desempleados en oficios necesarios para la construcción de Expo 92: carpinteros, ebanistas, ferrallistas, soldadores, fontaneros, electricistas, jardineros… Desde entonces, durante sus ya más de dos décadas de existencia, decenas de miles de jóvenes han obtenido, en sus cursos y escuelas taller, los mimbres de un oficio y, en muchos casos, las ayudas básicas para subsistir.

Sin embargo, hoy, con su actividad reducida al mínimo, sus trabajadores llevan meses sin cobrar: “Es un problema muy difícil de tesorería, el cobro de deudas de distintas administraciones se está retrasando”, explica el que ha sido su director general desde su creación, Juan José Ruiz Márquez. Según explica, les debe dinero todo tipo de instituciones, incluidas algunas de las que están representadas en su patronato, como la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla, la Junta de Andalucía, la propia Iglesia o la Ciudad Autónoma de Ceuta.

Todos los miembros del patronato lo son a título individual excepto dos, que lo son en representación de su institución. El actual alcalde de Sevilla, el popular Juan Ignacio Zoido, es uno de ellos. Y no sólo no ha acudido a las últimas reuniones del patronato, sino que huye del problema que atraviesa Forja XXI como de la peste: “Nosotros hemos cedido el local que ellos tienen. Es una fundación de la Iglesia y ellos serán los que tengan que marcar el camino”, fue su escueta y fría respuesta a las preguntas de eldiario.es/andalucia.

Pero la Iglesia niega la mayor. “No hay vinculación de Forja XXI con la Diócesis de Sevilla”, asegura un portavoz del arzobispado. “Es una fundación que lleva a cabo labores de formación y cuyos talleres se han apoyado en la Catedral porque dos canónigos ya fallecidos, Manuel Benigno García Vázquez y Francisco Navarro, eran personas muy vinculadas a la fundación”, puntualiza.

Efectivamente, a la voluntad, buen hacer y don de gentes del primero, se atribuye la creación de la fundación, de la que fue su 'alma mater' hasta su fallecimiento en 2005. A partir de entonces, el segundo ocupó la presidencia de Forja XXI hasta su propia defunción el pasado verano. Ambos mantuvieron la Catedral como campo de prácticas para los alumnos de las escuelas taller de la fundación en mil y una restauraciones de cantería, herrería, etc. Es más, en su día, el Cabildo de la Catedral, del que ellos formaban parte, aprobó, bajo el paraguas de su obra social, hacerse cargo del coste del edificio destinado por Forja XXI para su Escuela Taller Catedral de Sevilla en el sevillano barrio de Palmete.

A pesar de ello, en el actual Cabildo son aún más categóricos que en el Palacio Arzobispal de Sevilla: “Esa fundación no está vinculada en absoluto al Cabildo”, afirma Francisco Ortíz, el actual canónigo de Administración y Patrimonio (el que se ocupa del dinero). Ortíz sustituyó en el cargo catedralicio a Francisco Navarro tras su fallecimiento, pero no lo ha hecho en Forja XXI ni parece tener el menor interés en ello. “Fueron presidentes a título personal”, aclara antes de asegurar que desconoce “la situación” de Forja XXI. Con más firmeza aún, para que no queden dudas, añade que “no es una obra de la Iglesia. Nunca ha sido un tema ni del Arzobispado, ni del Cabildo. Ni va a serlo en el futuro”.

El único otro patrono de Forja XXI que, junto a Zoido, lo es en representación de su institución y no a título personal, es el presidente de la Diputación de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos. Político socialista, asegura también desconocer “con detalle” las dificultades económicas por las que atraviesa Forja XXI, pero sí tiene claras las causas: “Las consignaciones a las fundaciones y organismos sin ánimo de lucro se han reducido considerablemente en todas partes. Si antes se destinaban tres euros, ahora se destina uno como mucho”. Y, a continuación, añade: “Nadie quiere responsabilizarse ahora mismo de una fundación sin fondos. Y con deudas…, ahora es muy complicado”.

Efectivamente. Han pasado ya ocho meses desde que falleció su presidente, el canónigo Navarro, y el patronato sigue sin ser capaz de encontrar a otro dispuesto a dar un paso al frente. Por ahora, sólo el abogado y también vocal del patronato, Francisco García Vázquez, ha aceptado ejercer de presidente en funciones. Pero sólo porque es hermano del que fuera su fundador, el canónigo Manuel Benigno García Vázquez. Como dice Villalobos, la Fundación Forja XXI “se ha quedado huérfana, sin la ligazón que había antes”.

Así pues, la Iglesia, a la que se debe en gran medida su creación, recula. El Ayuntamiento de Sevilla esconde la cabeza. La Diputación sí da la cara, pero afirma estar sin un euro disponible. ¿Podría la Junta de Andalucía, entonces, tomar el liderazgo? No parece. También abandonó el barco hace meses: “En la actualidad no queda ningún consejero en el patronato”, reconoce su director general Ruiz Márquez. Quedan los empresarios y los presidentes de las cajas andaluzas que, salvo Unicaja, en realidad son controladas desde fuera de Andalucía. Y, en cualquier caso, todos ellos son miembros del patronato a título personal, no por sus cargos.

El futuro del otrora ejemplo de cooperación institucional para luchar contra el paro y la marginación sin adscripciones políticas, religiosas, o de cualquier otro tipo, aparece oscuro como la boca del túnel de la crisis. Lo que en su dia pareció buena idea, reforzar la independencia e imparcialidad de la institución con patronos a título personal, y no institucional, se ha convertido ahora en un grave obstáculo para su supervivencia. ¿Tomará alguien el liderazgo, o la dejarán morir a título personal?

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