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Málaga: y diez años después, ganaron los socialistas

Bendodo, ayer, junto a Esperanza Oña (a su derecha) y Margarita del Cid

Néstor Cenizo

El PSOE ganó las elecciones autonómicas en la provincia de Málaga. Obtuvo 18.000 votos menos que en 2012, un escaño menos (siete en la legislatura recién finalizada, seis en el nuevo Parlamento) y, pese a todo, fue una victoria como hacía tiempo que no saboreaban los socialistas de la provincia. Ganó con 11.907 votos de diferencia con respecto al PP. La última victoria provincial en unas elecciones autonómicas fue en 2004, en aquella cita electoral simultánea con las elecciones generales que significaron la primera victoria de José Luis Rodríguez Zapatero. Ya en 2000, los socialistas habían sido derrotados en Málaga. Y desde entonces, derrotas en 2008 y 2012, hasta la victoria del domingo. El secretario general del PSOE de Málaga, Miguel Ángel Heredia, compareció por la noche para trasladar idéntico mensaje a la idea fuerza trasladada por Susana Díaz durante toda la campaña: Andalucía como bastión de resistencia de las políticas de defensa de los pilares del estado de bienestar frente a los recortes impuestos por el Gobierno central.

La provincia de Málaga, la segunda más poblada de Andalucía y sexta de España, ha sido en la última década un bastión popular. El domingo no lo fue, y la derrota es un aviso serio para las elecciones municipales de mayo. El PP controla todos los grandes municipios de la provincia: la capital y también Marbella, Estepona, Mijas, Benalmádena, Fuengirola, Torremolinos en la Costa del Sol, Nerja y Vélez-Málaga, en la Axarquía, Alhaurín de la Torre y Rincón de la Victoria, en el área metropolitana de Málaga, y Ronda y Antequera, en el interior. El presidente provincial del Partido Popular, Elías Bendodo, es el presidente de la Diputación de Málaga, que domina con holgura: 18 de los 31 diputados en ese organismo son populares. Sin embargo, el PSOE ganó el domingo en 82 de los 101 municipios de Málaga (los dos recientemente segregados, Serrato y Montecorto, votaron por Ronda).

Nada más conocer los resultados, Bendodo admitió que el resultado era decepcionante. Al PP se le han escapado casi 85.000 votos en Málaga. Del 44,10% al 28,70% de los sufragios, que valen para cinco escaños. Compareció en la sede provincial junto a, entre otros, Esperanza Oña (número dos por Málaga) y Francisco de la Torre, alcalde de la ciudad. “No se han conseguido las expectativas que esperábamos. No hemos tenido tiempo a nivel andaluz de llevar nuestra voz y nuestro proyecto al conjunto de los ciudadanos”, explicó. Encontró, sin embargo, un matiz para el optimismo en su partido: el voto en las ciudades, “donde se han ganado las elecciones”. Por números, así es. El PP ganó en seis de los ocho municipios de más de 50.000 habitantes: Málaga, Marbella, Fuengirola, Torremolinos, Benalmádena y Estepona. Pero perdió en Vélez-Málaga y Mijas, y nada ejemplifica mejor la derrota global que la victoria pírrica en Málaga capital, en manos del PP desde 1995. En Málaga el PP ganó por apenas dos puntos porcentuales, 5.000 votos de diferencia donde hace tres años fueron 30.000.

Podemos, en línea con sus resultados autonómicos

La irrupción de Podemos en la provincia es el reflejo prácticamente exacto de su aparición autonómica. Obtuvo un 15,27% de los votos (en toda la comunidad fue del 15,04%), lo que significan tres diputados: Félix Gil, Esperanza Gómez y Juan Antonio Gil. A las puertas se quedó la militante de Equo que se integró como número cuatro en las listas de Podemos, Carmen Molina. Ciudadanos mejoró sus resultados con respecto al resto de la región (11,93% frente al 9,41% en toda Andalucía), lo que le servirá para enviar dos diputados desde Málaga. IU, gran damnificado de la noche, perdió uno de los dos representantes que hasta ahora tenía en Sevilla. Dolores Quintana no repetirá como parlamentaria, pues la coalición de izquierdas sólo obtuvo un diputado, José Antonio Castro. En estos tres años, IU se ha dejado 27.000 votos en Málaga (casi cinco puntos porcentuales), a pesar de que apostó por programar en la provincia el regreso de Julio Anguita, indudable plato fuerte de su campaña.

El fiasco de UPyD también fue sonado. El partido de Rosa Díez centró sus esfuerzos en Málaga, donde programó una presencia constante de sus líderes. Su candidato a la presidencia, Martín de la Herrán, se presentaba por la provincia y Rosa Díez, Carlos Martínez Gorriarán, Irene Lozano y Toni Cantó desfilaron por las calles, las plazas, los hoteles y los restaurantes de la ciudad. Estos días se les ha visto ofreciendo mítines, charlas y hasta invitando a cañas. Han llegado a realizar una suerte de performance en la que mostraban cómo limpiar las instituciones con una bayeta magenta. Nada de eso fue suficiente: 17.649 votos en la provincia (10.000 menos que hace tres años) no dan para asiento, y De la Herrán no estará en el Parlamento andaluz.

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