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Poniente, una operación anticorrupción atascada en el juzgado

Iñigo Mas

Almería —

Sumergirse en la investigación para intentar esclarecer los hechos que dieron lugar a la Operación Poniente en el Ayuntamiento de El Ejido es zambullirse en décadas de presunto uso lucrativo privado de fondos públicos. Quien prefiere mantenerse ahora en el anonimato, pero trabajó varios años a las órdenes del ex alcalde Juan Enciso, asegura sin temor a equivocarse que “se trató de una operación política orquestada por el PP para quitar de en medio a Enciso”.

En la mañana del 20 de octubre de 2009, el Ayuntamiento de El Ejido era tomado por la Policía y se detenía al alcalde y a una veintena de personas, incautando documentación y ordenadores en lo que es el mayor caso de presunta corrupción de la historia de la provincia. Se investiga si hubo lucro privado del alcalde y sus allegados con la gestión de los fondos públicos de las contratas de los servicios públicos municipales en El Ejido.

Cuando le sugieren a la esposa de Enciso que, como sigan así las cosas, no va a haber ni juicio, no tarda en responder que ahora es ella quien quiere que haya. Tras haber pasado la familia por la cárcel y ser denostada por media comarca, aboga por que les prueben las acusaciones, para que les restituyan al menos moralmente parte de lo que han pasado.

Pero todavía no hay ni fecha que se vislumbre para la vista oral. De hecho, el PSOE acaba de pedir en el Congreso refuerzos para el juzgado que investiga el caso. Hay 77 imputados a los que se acusa de un total de seis delitos, como cohecho, tráfico de influencias, falsedad en documento mercantil, blanqueo de capitales, malversación de caudales públicos y contra la hacienda pública, así como 13 testigos, 9 testigos protegidos, 38 abogados y 19 procuradores. El sumario alcanza los 544 tomos y más de 260.000 folios. Todavía quedarían por investigar 600.000 archivos informáticos.

De los 77 imputados, dos han fallecido, y en la larga lista de la trama aparece el ex alcalde, el ex interventor municipal, directivos de Elsur (empresa municipal mixta concesionaria), familiares, amistades, empresarios, testaferros… “pero a Enciso sólo le encarcelaron con papeles de periódico; no hay pruebas porque no interesa, no hay nada de nada. Una vez que lo han quitado del medio, ya no interesa nada”, explica quien trabajó a sus órdenes.

Un caso casi en el olvido

Desde que pasaran los primeros meses tras el gran revuelo inicial, la Operación Poniente ha caído casi en el olvido. La Administración de Justicia argumenta que necesita medios humanos y materiales para finalizar el proceso de investigación y comenzar las vistas. El Juzgado de Instrucción número 2 de Almería lleva dos años esperando que la Agencia Tributaria le remita los informes del cruce de datos de renta, patrimonio y movimientos económicos de los imputados.

Tres peritos especializados de la Agencia Tributaria analizarían hasta 1,3 millones de archivos informáticos para emitir sus informes. Un escalofriante dato de la lentitud de la Operación que, tras entrar en el entramado judicial, se está burocratizando. Tres jueces y el fiscal anticorrupción de Almería han pasado ya por el caso, siendo reiteradas las súplicas para aumentar medios humanos y materiales.

El juez decano de Almería, el magistrado Luis Columna, ha alertado de la gran carga de trabajo que pesa sobre el Juzgado de Instrucción número 2, con alrededor de 8.000 diligencias previas por año. El magistrado Hernández Columna se hizo cargo de la instrucción del caso tras la marcha en septiembre de 2010 de la jueza Montserrat Peña, quien inició la investigación.

Ocho meses después, acordó liberar la totalidad del sumario al alzar el secreto de las piezas separadas sobre el ex alcalde de El Ejido, Juan Enciso, el ex interventor municipal, José Alemán y la empresa 'Gestora Ejidense', administrada por Enciso y su mujer. El sumario, cuyo contenido mantuvo encarcelado durante ocho meses al ex regidor, divide la presunta trama en seis clanes y el grupo Abengoa. De éste se desprendía que las sociedades de los principales implicados facturaron de la Empresa Mixta de Servicios Municipales (Elsur), considerada eje, subcontrataciones en su mayoría “irregulares” de, al menos, 93,3 millones de euros entre los años 2002 y 2007.

“Una guerra entre caciques”

Señala el sumario también que constituía un “grupo criminal perfectamente organizado” que “detrajo” dinero de las arcas municipales a través de las citadas subcontrataciones con Elsur y extiende la investigación a una presunta trama de corrupción urbanística en torno a Desarrollo Urbanístico de El Ejido. El avance de la instrucción está a la espera de la remisión al juzgado de diversos informes por parte de la Agencia Tributaria, según fuentes del caso.

La Operación, según el propio Enciso, fue instigada por el PP para acabar con él y el Partido de Almería (PAL). Según las fuentes anónimas, “las contratas municipales siempre han estado en El Ejido en manos de las grandes familias socialistas o populares”.

“Esto siempre se lo ha repartido aquí el PP o el PSOE, y a Izquierda Unida le dan una migajilla para que se vaya contenta. Elsur era un chiringuito del PP, se hizo con Enciso amigo todavía del PP. Yo creo que hasta la sede del PP la hizo Elsur. ¿Por qué no entró la Policía la noche de la Operación Poniente en Elsur cuando estaban rehaciendo toda la facturación y les hubieran cogido a todos con las manos en la masa? No interesaba ¿no?”, sentencia esta fuente anónima. “En el fondo la operación poniente no es más que una guerra entre caciques, con sus caballos, sus tierras, sus intereses y sus sombreros cordobeses. Si el PP no se hubiera dividido con el PAL todo esto jamás hubiera salido a la luz”, añade contundente.

“Además, había gente del PP que no quería que se pusiera la querella inicial que dio origen al caso, había partidarios y detractores. ¿Que si en El Ejido se sabía lo que pasaba?, se intuía, pero es que alguno era demasiado aparatoso ostentando tarjetas, comilonas, viajes, etc. No podías decirles nada, no te hacían ni caso, El Ejido era como su cortijo”, responde irónico este testigo mudo de la Operación Poniente.

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