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El presidente del PP andaluz: entre la gestión del voto prestado y la oportunidad de renovación del partido

Moreno pide a Díaz que defienda un gobierno de Rajoy en el congreso federal

Olga Granado

La noche del 26 de junio, tras el recuento de votos de las elecciones generales, Mariano Rajoy habló con Juan Manuel Moreno, presidente del PP en Andalucía, y le felicitó por la victoria en la comunidad autónoma frente a los socialistas, la primera después de cuatro comicios consecutivos con derrotas. Una victoria que todavía saborea el líder del PP-A, que ve un cambio de tendencia por primera vez después de que hace más de dos años cogiera las riendas de la federación tras la salida de un Juan Ignacio Zoido que nunca estuvo a gusto con el cargo.

Lo aprovechará, por un lado, para impulsar la renovación con la que se había comprometido, y por otro, para gestionar un resultado que no se esperaba y en el que entiende que hay mucho de “voto prestado” y por tanto no significa que tenga más fácil lograr su sueño de ser presidente de la comunidad autónoma. Objetivo que por cierto se marcó conseguir a los seis años de su desembarco en Andalucía, por lo que debería lograrlo en la próxima convocatoria de elecciones autonómicas.

De este modo, pese a que Juan Manuel Moreno saca pecho de esta victoria como también matizaba su responsabilidad de fracasos en los comicios previos, en un juego habitual en la lides políticas, es consciente de que este cambio de tendencia puede ser efímero. De hecho, entre las elecciones generales del 20 de diciembre de 2015 y las últimas, el PP ha subido en Andalucía 128.759 votos (de 1.294.293 a 1.423.052) que son muchos más de los que ha caído C's, que se disputa el mismo espacio electoral y ha caído 37.533 (de 613.447 a 575.914). “Nos han apoyado votantes del PSOE moderados que se han decidido por el voto útil”, reconocen desde el PP-A sin tapujos.

Nuevos equipos

La renovación que quedó pendiente de las pasadas elecciones generales, porque nadie quiso ceder su puesto sabiendo que se vislumbraba nueva cita con las urnas, pasa por cambios en las direcciones provinciales, lo que ha facilitado el hecho de que hayan repetido cabezas de lista llamados a dejar los cargos orgánicos para volcarse con sus escaños en las Cortes Generales.

“Nos viene bien refrescarnos a todos y que tengamos nuevas incorporaciones en todos los equipos, en el ámbito regional, nacional y provincial”, comentaba hace unos días el presidente del PP-A en una entrevista en la cadena Cope. Ya en las últimas elecciones generales consiguió desprenderse en parte de la larga sombra de Javier Arenas, porque no ha ido en las listas, pese a que ha hecho un trabajo orgánico importante durante la campaña en Sevilla, sin duda la plaza con la mayor brecha interna en estos momentos. Pero sabe también de las dificultades de encontrar relevos para personas que han sido referentes del partido en Andalucía durante años y no equivocarse con la elección de esas caras nuevas.

En este contexto, por un lado, el partido caminará a la renovación de sus direcciones provinciales, y por otro y con menos premura, a la de sus candidaturas para las alcaldías de las capitales, que en 2011 llegó a dominar en su totalidad, para quedarse con cuatro tras las elecciones municipales de 2015 y luego, con tres por la crisis en el Ayuntamiento de Granada. Ya sea por decisiones de partido, como colocar en las listas para las elecciones generales a sus referentes en la ciudades, como por la vía de los hechos, como la investigación de la policía que terminó con la caída del histórico José Torres Hurtado como alcalde de Granada, los cambios han llegado en los dos casos.

En el caso de las alcaldías, ya han cambiado ciudades como la citada Granada, donde José Torres Hurtado no repetirá como cabeza de lista cuando en las próximas elecciones municipales el PP intente recuperarla de manos del PSOE; pero también Almería, donde Luis Rogelio Rodríguez Comendador dimitió para liderar la lista del Senado; y Jaén, cuando hizo lo propio el número 1 para el Congreso de los Diputados por la provincia José Enrique Fernández de Moya. No lo logró, en cambio, en Málaga, donde Francisco de la Torre rechazó la propuesta, pero el líder del PP-A sabe que el veterano regidor está ya en clave de retirada, como él mismo ha manifestado.

De este modo, estos cuatro no estarán en la próxima convocatoria de elecciones municipales. En las otras cuatro capitales, el proceso de renovación también se ha visto acelerado porque los que perdieron las alcaldías en 2011, en su mayoría, van a entrar en el nuevo Congreso de los Diputados y salvo que renuncien, los estatutos lo hacen incompatible, pese a que no siempre se respeta: Teófila Martínez, como número 1 por Cádiz; José Antonio Nieto, por Córdoba; y Juan Ignacio Zoido, por Sevilla, si bien éste insiste en presentarse en 2019. El octavo que se quedó sin alcaldía en 2011, el histórico regidor de Huelva Pedro Rodríguez, ni siquiera ha entrado en las listas de las últimas elecciones generales. 

Cambios de líderes

En el caso de las direcciones provinciales, están llamados a cambiar cuanto antes los líderes del partido en Jaén, José Enrique Fernandez de Moya, y Córdoba, José Antonio Nieto, precisamente uno de los que sonó para liderar la federación, por haber obtenido los dos escaños en el Congreso de los Diputados como cabezas de lista en sus territorios, doblete de cargos también incompatible por los estatutos.

En el caso de Granada, Sebastián Pérez, elegido senador, es también presidente provincial, y en principio, Juan Manuel Moreno es partidario de que tampoco se compatibilicen estos puestos, si bien es consciente del nulo entusiasmo mostrado por parte de los afectados. Además, la gestión de la crisis en el Ayuntamiento Granada, en la que también dimitió como teniente alcalde Pérez tras la presión de Torres Hurtado, no gustó nada a Juan Manuel Moreno y, de hecho, le costó la alcaldía.

Más difícil tiene la renovación en Almería, donde el presidente provincial, Gabriel Amat, se aferra a los buenos resultados en la provincia, en una situación un tanto adversa por las denuncias que pesan sobre él en los tribunales. Pero lo que no quiere bajo ningún concepto el presidente del PP-A es que en este caso la situación le pueda costar la Diputación de Almería, gobernada con apoyo de C's, igual que el Consistorio de la capital.

Igual de complicado se le presenta el panorama en Sevilla, con una guerra abierta por el control de una ejecutiva presidida por Juan Bueno que nunca ha sido afín a Juan Manuel Moreno y donde, en todo caso, éste ha dicho que será neutral y que será la militancia la que decida.

En las otras tres ejecutivas provinciales es donde tiene a sus mayores valedores, y donde no han cuestionado su liderazgo como en el resto. De este modo, el presidente del PP en Cádiz, José Luis Sanz, no ha entrado en ninguna candidatura, que por otra parte le hubiera apartado de su puesto de delegado del Gobierno en Andalucía.

Otro tanto ocurre en Málaga. El presidente provincial, Elías Bendodo, ha sido uno de los más fieles a Juan Manuel Moreno, y le ayudó, pese a ese “no” de Francisco de la Torre, a evitar el intento de reaparición de Celia Villalobos, que se postuló para encabezar la candidatura con la salida de José María García Urbano, alcalde de Estepona, colocando a última hora a Carolina España.

Sí están las aguas revueltas en Huelva, otra de las direcciones provinciales, a cargo de Manuel Andrés González, amables con él. El enfrentamiento de los concejales en la capital de provincia se ha convertido en un lastre para la imagen del partido, sin que hasta el momento haya sido capaz de atajar la división.

Junto a todo ello, Juan Manuel Moreno, y con el Gobierno de Andalucía como próximo objetivo, luchará también por tener proyección en el club de los nuevos valores del partido, tanto en sus relaciones con los posibles sucesores de Mariano Rajoy, como con los referentes del relevo generacional, como Pablo Casado, Javier Maroto o Andrea Leví. No en vano se ha incidido en los resultados que en sus respectivos territorios han reforzado a los habituales en las quinielas para suceder a Mariano Rajoy, como Cristina Cifuentes (Comunidad de Madrid), Dolores de Cospedal (Castilla la Mancha) o Alberto Núñez Feijóo (Galicia), frente a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. Pero el balance que se arroga el líder del PP-A es igual de bueno ciñéndonos estrictamente a los números del 20D y del 26J.

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