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Podemos e IU reconocen que el juego en Andalucía será clave en la posible confluencia tras el fracaso para el 20D

Julio Anguita en la presentación de Frente Cívico (FOTO: Europa Press)

Olga Granado

La negociación -“en fase exploratoria”- entre Podemos e IU para una posible confluencia en caso de que haya elecciones generales el 26 de junio es a escala nacional, pero a ninguna de las dos formaciones se le escapa que será clave contar con la sintonía de sus direcciones en Andalucía y por ende de sus bases, tanto por ser el territorio que cuenta con más escaños en el Congreso de los Diputados (61), como por el hecho de que es donde más peso tiene la coalición de izquierdas, y por tanto puede haber más tensiones a la hora de encajar nombres en unas hipotéticas candidaturas en común. Los cálculos son que sumarán 14 diputados yendo de la mano, frente a los 10 (unos 750.000 votos) de Podemos en las elecciones generales del pasado 20 de diciembre, donde IU se quedó sin representación, pese a más de 250.000 sufragios.

Las reticencias que la secretaria general de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez, puso cuando se intentó para el 20D -frenando en seco cualquier posibilidad en esta línea sin dudar en echar en cara a los izquierdistas su periodo de gobierno con el PSOE-A en la comunidad autónoma- se han ido diluyendo con el tiempo, a lo que hay que sumar una mayor sintonía con el coordinador regional de IU, Antonio Maíllo, desde su reincorporación tras varios meses de baja. Esto se ha explicitado en los últimos plenos en el Parlamento de Andalucía, donde Teresa Rodríguez no ha escatimado referencias a la “coincidencia ideológica” entre las dos formaciones. Únase a esto la armonía de relaciones entre Teresa Rodríguez y el líder de su partido que han aparcado las diferencias del pasado y que esa presumible nueva cita con las urnas se vería en otro contexto: como una segunda vuelta.

En este contexto, la pasada semana se reunían en Córdoba el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, y el que fuera coordinador de IU Julio Anguita, uno de los que más tiempo lleva reivindicando esta unidad y que lo plasmaba nuevamente con un llamamiento en el III Foro Social de Frente Cívico. Será de hecho Córdoba la ciudad en la que el próximo fin de semana tenga lugar la fiesta que cada año celebra el Partido Comunista de Andalucía (PCA), fuerza mayoritaria en la coalición de izquierdas, y por la misma pasarán el propio Julio Anguita, pero también el coordinador de IU Alberto Garzón, para participar en un coloquio sobre el papel de la formación en la unidad popular. El mensaje que quiere enviarse desde este encuentro en Córdoba el próximo fin de semana es un respaldo a esas conversaciones desde Andalucía.

De hecho, las dificultades para tejer una unión de este tipo que podrían venir por el posicionamiento de los más veteranos del PCA las niegan fuentes del mismo. Recuerdan las conclusiones de la reciente conferencia, “donde está la clave de bóveda: se ha planteado una estrategia de ruptura de régimen y un bloque político y social, por tanto, se está por la confluencia”. Lo decía también recientemente su secretario general, José Manuel Mariscal: “Solos no vamos a ningún lado”.

Creen que el PSOE se replanteará su estrategia

De todas maneras, tanto en Podemos como en IU son conscientes de que el que hayan transcendido estas negociaciones “ha hecho saltar las alarmas”, especialmente en el PSOE, que ve una posibilidad del sorpasso que desde su constitución quieren asestarle los de Pablo Iglesias. Lo apunta un dirigente de IU en Andalucía, quien incluso dice que todavía apuesta por que “no habrá comicios en verano”.

No hay que olvidar que el PSOE tiene comité federal el 30 de abril, cuando ya se habrá producido la nueva ronda de contactos del rey con los líderes políticos, por lo que “esto podría obligar a que se replantearan una abstención para dar paso al PP” o, menos probable, “negociar con Podemos”, en referencia a que pudiera cambiar el mandato por el que vetó a su líder Pedro Sánchez cualquier posibilidad de permitir que gobernaran los populares y de respaldarse en independentistas o quienes defendieran el referéndum de autodeterminación para Cataluña.

Tampoco lo descartan desde Podemos. “¿Va arriesgarse el PSOE a quedar como tercera fuerza”, se preguntan y refieren por ejemplo las reacciones que han tenido los socialistas en las últimas horas desde que trascendieron las negociaciones para esta confluencia. Tanto en la línea de advertir sobre este bloque “radical” como en la de mandar advertencias a los comunistas sobre la pérdida de su “histórica” identidad con la alianza.

“Ya no vamos a multiplicar, pero sí a sumar”, describe un miembro de Podemos para referirse a estos primeros contactos. Lo primero será cerrar un pacto con las direcciones generales y ver si será coyuntural, o sea un matrimonio de conveniencia para los comicios, que es lo más probable, o más establey en todo caso siempre nacional; luego, someterlo a consulta de las bases; y finalmente, pasar a las listas sin necesidad de primarias.

Desde Podemos reconocen que los problemas pueden encontrarse a la hora de configurar las listas y cerrar los puestos de salida en la comunidad autónoma, donde IU tiene una estructura muy sólida. Podemos sólo tiene una vacante clara en el número 1 por Jaén, donde lideraba la lista Andrés Bódalo, fue la única provincia donde no consiguió escaño y encima éste se encuentra en prisión cumpliendo condena por una agresión.

Pero encajar piezas del puzzle resultaría más difíciles en provincias como Sevilla y Málaga. Por un lado, porque tienen una mayor implantación de IU, sobre todo Málaga, donde la coalición de izquierdas -que concurrió como Unidad Popular el 20D- estuvo más cerca de lograr un escaño. Y por otro lado, porque en el caso de Podemos las listas por las mismas las lideraron para el 20D dos errejonistas y son éstos los que hasta hace poco ponían más peros a una posible confluencia.

Se trata del recientemente destituido secretario general de Organización Sergio Pascual, que si pierde el número 1 podría ver completado el desquite de Pablo Iglesias contra él, y Alberto Montero, el profesor de la Universidad de Málaga que colocó de investigador a Íñigo Errejón, y cuyo sacrificio pasaría más desapercibido en el partido, entre otras cosas, porque inicialmente él no tiene especial empeño en reivindicar este puesto. Y estas tres provincias son, junto a Granada, donde creen que una coalición permitiría lograr cuatro escaños más que los obtenidos por Podemos en solitario. Que Alberto Garzón debe ir por Madrid resulta “innegociable” para IU en Andalucía.

En este contexto, desde IU, que todavía no ha decidido si hará primarias para sus candidatos aunque lo ve poco probable por los plazos, insisten en que las listas no van a suponer “tanto problema como se quiere hacer ver”. Entienden que hay “mucho solventado ya porque Podemos no va a hacer primarias tras un proceso reciente en este sentido”. Las mismas fuentes insisten también en que IU no ha centrado estos primeros contactos en la cuestión de las siglas. “Hay territorios donde IU tiene un tirón electoral imprescindible, pero otros donde se trabaja bajo otros paraguas y no hay problema en manejarse con otras marcas”, apunta un dirigente de la federación. Es por ello que donde IU va a defender bastante la presencia de su marca es en Andalucía. “Si se da la fórmula de coalición será a nivel federal, y luego la concreción de siglas habrá que verla en cada territorio. En Andalucía no tiene sentido que no figue IU en campaña electoral porque eso cuesta votos”, advierte.

Con este panorama, las declaraciones en las últimas horas han ido por buscar el pragmatismo de la unión con más o menos claridad. Antonio Maíllo urgía esta confluencia y a “alcanzarla la semana que viene”, toda vez que se conozca si habrá o no comicios. “La posibilidad de confluir, no en una sopa de siglas, sino con otras fuerzas o movimientos con los que compartimos ideas, objetivos y principios, como hacemos en otros territorios, es una opción que está abierta y encima de la mesa”, apostillaba la portavoz adjunto de Podemos en el Parlamento de Andalucía, Esperanza Gómez.

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