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Porno amateur: sueños rotos de un país en crisis

Textos: Alejandro Ávila / Fotos: Íñigo López de Audicana

Tiene 32 años y es su primera vez. No es la primera que se desnuda ante un desconocido a cambio de dinero, pero sí ante miles de personas que consumirán a través de internet, una y otra vez en un bucle inagotable, las imágenes de su cuerpo desnudo.

Ayesa dice que el mundo del porno la atraía desde hacía tiempo. Por fin ha dado el paso, pero lo ha hecho azotada por tres años de desempleo, en los que ha podido subsistir “gracias a mi familia y las ayudas del Estado”. Con tres niños a los que mantener, reconoce que “la situación en los últimos tres años ha sido muy complicada” y que se ha terminado lanzando por necesidad. Por 150 euros. Atrás quedan los trabajos de camarera, masajista erótica y un negocio en quiebra. El primero paso en su busca de la fama ya está dado: va a hacer su primera escena de porno amateur.

Cuando Noa y Tomi, los dueños de la web de porno amateur Puracandelatv, la recogen en su casa, se lleva la primera sorpresa: va a tener que desnudarse en la plaza del Triunfo, en pleno centro de Sevilla. “No lo he pensado mucho, pero lo he vivido con mucha vergüenza. Había coches de caballo y todo el mundo estaba pendiente de cómo enseñaba el culo y las tetas”.

Como cerca de la mitad de sus compañeras, Ayesa procede del mundo del erotismo. Eso le ayuda, cuenta, a estar algo más preparada para desnudarse ante desconocidos. Jesús, futuro guardia civil de 22 años, va a ser su pareja sexual durante esta tarde. “Al principio parecía que no estaba nerviosa, pero cuando empezamos a grabar en la calle, se cortó. Yo intento no ser brusco y dar confianza, pero es lo que pasa al exponerse a esto. Cuando fuimos al hotel ya iba más tranquila”, explica este joven de las Tres Mil Viviendas que estudia a la vez formación profesional y unas oposiciones a las fuerzas de seguridad del Estado. Con cerca de diez escenas y dos años de experiencia, Jesús asegura que se metió en “esto” para “no tener que pedirle dinero a mi madre para ir al cine”.

Una vez en el hotel, el equipo entra disimuladamente para no llamar la atención del personal. Los actores van acompañados por cuatro personas, entre ellas, los productores y el cámara. Aunque Ayesa va más tranquila, reconoce que “al principio ha sido un poco violento, porque había mucha gente. Intenté desconectar y meterme en lo que estaba haciendo hasta terminar pasándomelo muy bien”.

Ayesa, natural de Camas, confiesa que el rumor de que ha debutado como actriz porno amateur ya se ha extendido por su pueblo. “Se te quedan mirando, susurran cuando pasas y luego te llegan comentarios a través de amigas. Se ve peor que una mujer haga estas cosas. La verdad es que vivimos en una sociedad muy machista”, reflexiona. Dice que le da “miedo que alguien le diga algo a mis hijos. Los niños son muy crueles y mi hijo mayor pasa ahora al instituto y puede ser el más problemático”. Su expareja, padre de sus otras dos hijas, “me las ha quitado a raíz de esto, sin derecho ninguno, ya que yo tengo la custodia. Necesito una orden judicial para que me las devuelva, pero estoy tranquila porque sé que por esto no me las van a quitar”.

Jesús, en cambio, sí cuenta con el apoyo de su familia. “Mis padres y mi hermana lo saben y me han apoyado siempre. En mi casa somos muy transparentes y naturales. Mis compañeros ya me han reconocido y, aunque al principio fliparon un poco, ahora me utilizan de consejero”, cuenta con humor.

Frente a los 150 euros que se lleva Ayesa, el actor cobra 50 euros menos. Un dinero que, según él, le permiten tener cierta independencia, pagarse los estudios y sacarse el carné. Dice, eso sí, “no estar nada de acuerdo” con que las actrices cobren más y cree que se debería valorar más lo que hace, ya que ‘soluciona’ y no se corta a la hora de “hacerlo en mitad de la calle”

Tomi (nombre artístico), dueño de la productora y ayudante de realización en la escena, cree que el actor lleva razón y que “no está bien pagado. Por una escena se paga menos que antes, han bajado mucho los precios. Una chica cobraba antes 1000 euros por escena y ahora cobra entre 150 y 300 euros, mientras que los chicos están ganando entre 50 y 100 euros y deberían llevarse al menos 150”. Noa (nombre artístico), su mujer y dueña de la productora, afirma que se trata de “un pacto para que todas las productoras paguemos lo mismo. Procuro pagarle a los actores lo que paga todo el mundo”.

Puracandelatv no solo ofrece vídeos porno como el que han grabado con Ayesa y Jesús, sino contactos con webcamers, chicas que se desnudan en directo desde sus casas. Noa no tiene problemas en reconocer “que la crisis nos ha venido muy bien” no solo a la hora de negociar con las mujeres, sino de recibir una gran oferta de ellas. Noa niega que se aprovechen de ellas y creen que les ofrecen una oportunidad, “incluso si hace falta les prestamos el portátil hasta que ellas pueden comprarse uno”. Señalan que aproximadamente un 40% vienen a ellos “por necesidad”. Es el caso de María, una chica de 25 años y con tres hijos, a la que “el banco iba a desahuciar. Ocupó su propia casa y ahora vive en una que le ha facilitado la Junta. Lleva ya un año trabajando con nosotros”, explica Tomi.

Ayesa, por su parte, lo tiene claro. Ha decidido que va a por todas. “Ya que me he metido, me gustaría llegar a algo y ser conocida”, confiesa. Lo tendrá difícil: la carrera de una actriz amateur dura entre tres y seis meses de media.

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