Francisco Serrano, alegre por “recuperar la toga”, dice que era un juez “molesto” por criticar “la ideología de género”

Francisco Serrano ha mostrado este jueves su “alegría” por “recuperar la toga” tras la sentencia del Tribunal Constitucional (TC) que le rehabilita después de que el Tribunal Supremo (TS) le condenara a 10 años de inhabilitación por alterar el turno de custodia de un menor para que asistiese a una procesión de la Semana Santa de Sevilla, y ha aseverado que, cuando fue inhabilitado, “era un juez molesto que se atrevió a criticar la ideología de género”.

“Me pondré mi toga y luego pediré una excedencia”, ha adelantado Francisco Serrano, que estudiará solicitar un indulto así como acudir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos después de que el TC haya anulado la sentencia del TS, pero confirmado el fallo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) que le impuso dos años de inhabilitación.

El que fuera juez de Familia de Sevilla ha asegurado: “Ha sido un periplo muy duro, hemos pasado una travesía por el desierto, hemos atravesado el Mar Rojo, porque me dejaron desnudo y sin nada en absoluto cuando me dijeron que dejaba de ser magistrado”. Por ello, ha tenido que reinventarse y ejercer como abogado, trsa pasar por “una metamorfosis muy dura”.

Francisco Serrano, con 21 años de ejercicio profesional como juez, dice que el suyo ha sido un caso “único” en España y en Europa “que va a llegar a las hemerotecas y a los libros de texto de derecho”.

En esta línea, ha remarcado que cuando cambió el turno de custodia del menor, hizo lo “correcto”, como era “proteger el interés de un niño”. Para explicarse: “La contraprestación era simplemente que una madre estuviera 24 horas menos con su hijo. Les puedo asegurar que hay miles de padres y madres que se han quedado una vida entera sin estar con sus hijos y no se ha adoptado ningún tipo de medida”.

“Volvería a tomar la misma decisión”, ha continuado, para recordar que en 2006 ya dictó una medida “idéntica” con respecto a otro menor a fin de que pudiera salir en la cofradía de Los Gitanos, algo que le agradecieron incluso los padres. “Todavía no era un juez molesto”, ha interpretado.

En su opinión, la justicia “está en la UCI” por el “clientelismo político”, que le hace “muchísimo daño [...] pues criterios ideológicos se imponen a criterios legales”. Es más, ha denunciado la existencia de “muchos jueces cobardes que cometen injusticias porque saben que tienen un control mediático y político sobre sus decisiones”.

En la misma línea, ha dicho que se le condenó porque la presidenta del Observatorio contra la Violencia de Género dijo que lo tenían que echar de la carrera “por lo judicial por lo civil, lo disciplinario, lo penal o lo militar”, por atreverse a “criticar las cuestiones relacionadas con la ideología de género”. 

Para finalizar, ha querido agradecer el apoyo recibido por sus abogados, Foro Judicial Independiente, compañeros y familia, e incluso ha trasladado este agradecimiento al arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, y a dios. “Soy creyente y nunca he perdido la esperanza, la fe, de que en esa travesía del desierto encontraríamos la tierra prometida”, ha sentenciado.