La Junta pide más inversión en I+D y una política basada en la igualdad y eficiencia ante la globalización

Sánchez Maldonado, que ha asistido a la inauguración en Sevilla el congreso anual de la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE), una jornada de debate sobre los retos y oportunidades que presenta el escenario de globalización, ha señalado que ésta es “un escenario ineludible e imparable, donde la celeridad de los cambios y sus efectos hacen necesario reorientar la actividad desde el ámbito privado y desde lo público”.

Para el consejero, la globalización “no es una amenaza y sigue siendo una oportunidad para el progreso, la diferencia está en la capacidad y la voluntad de los gobiernos para poner en juego todos los instrumentos de la política económica necesarios para impulsar el potencial de desarrollo, en el contexto de un mundo cuyos polos de actividad, tanto económicos como sociales, cambian con frecuencia”.

Frente a sentirse vulnerables ante este proceso, Sánchez Maldonado ha apostado por “poner en juego los activos socioeconómicos desarrollados, a la vez que potenciar nuevos recursos o sectores de actividad, con la competitividad en los mercados como clave y la cohesión y el progreso social como meta”.

En esta línea, ha explicado que Andalucía trabaja en la reorientación de su modelo productivo, formulado en el Agenda por el Empleo 2014-2020, la Estrategia de Competitividad de Andalucía, consensuada por el Gobierno andaluz con los agentes económicos y sociales, y que se alinea con la Estrategia Europea 2020.

Para ello, ha añadido, cuenta con “activos humanos cualificados, activos físicos y una ubicación estratégica e infraestructura portuaria de primer orden, de cara a los nuevos flujos comerciales entre los países emergentes de Asia y América”.

Del mismo modo, Maldonado apuesta por “vincular el modelo de crecimiento a la economía productiva, mediante el desarrollo de estrategias e iniciativas que permitan reindustrializar la economía; seguir aumentando el grado de internacionalización de las empresas; incrementar el peso de sector privado en la actividad económica; aumentar la productividad, mediante el fomento de la innovación y de la calidad en la formación del capital humano; y diversificar la estructura productiva, con reformas que permitan un escenario de futuro para los sectores tradicionales altamente competitivos y potenciar sectores tractores de alta tecnología, así como la incorporación de otros nuevos a la generación de valor añadido de la economía”.

En este sentido, ha considerado “imprescindible” aumentar la inversión en I+D, “un aval para el crecimiento a medio plazo, sostenido y competitivo, como establece y persigue el Programa Marco europeo Horizonte 2020”.

El titular de Economía ha explicado que “la experiencia demuestra que invertir en conocimiento mediante la investigación es propiciar la innovación y, con ello, mejorar la productividad y aumentar las ventajas competitivas”. Ahora bien, ha añadido, “no basta con incrementar el gasto en I+D, hay que hacerlo de manera eficiente, aprovechando mejor los recursos en función del potencial y reorientando el sistema público de investigación a las necesidades de las empresas”.

En el caso de Andalucía, Sánchez Maldonado ha asegurado que la comunidad “cuenta con los mimbres para avanzar por la senda de la recuperación, aunque los indicadores más recientes y los organismos internacionales han advertido sobre la fragilidad de las señales de recuperación de la economía y del riesgo de estancamiento de la Eurozona”.

Ante ello, considera necesario “el abandono de las políticas ortodoxas de austeridad y la adopción de una política inteligente acorde con las necesidades económicas de la Zona Euro y no con las necesidades políticas de algunos países”.

“La salida definitiva de la crisis y el impulso del crecimiento, el empleo y la competitividad son imprescindibles para aprovechar las oportunidades que presenta el escenario global”, ha concluido el consejero, quien cree que ello requiere “tanto a nivel de la Eurozona como de España, una política económica basada en la claridad y la igualdad y orientada al equilibrio y la eficiencia”.