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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Adelanto electoral: compás de espera

Dirigentes del PSOE se inclinan por que Susana Díaz adelantará elecciones

Olga Granado

El PSOE-A carga la responsabilidad de la crisis sobre las espaldas de IU, entre otras cosas por la irrupción de Alberto Garzón como futuro líder de la formación a nivel nacional hablando del pacto en Andalucía como lastre para su proyecto de convergencia y por la posibilidad abierta por la federación de celebrar un referéndum si no se aprueba un paquete legislativo en junio. IU, por su parte, matiza desde Andalucía las declaraciones de Alberto Garzón, destacando los logros de su gestión de gobierno en la región, y resta importancia a una consulta que no ha convocado, pero a cuya posibilidad no renuncia porque lo ve “normal” dentro de la evaluación que periódicamente hace el partido. La situación la califican en el PSOE-A de prácticamente “irreversible”. Como muy tarde, el lunes se sabrá si hay adelanto electoral en Andalucía.

IU no parece querer romper el pacto pero el PSOE-A considera que no ha hecho nada para evitarlo. La presidenta, Susana Díaz, alude a la “inestabilidad” del Gobierno de Andalucía para caminar hacia un adelanto electoral. Pero sobre el tablero está también ahora, no sólo la estabilidad actual, sino la futura, especialmente con las elecciones municipales de mayo. En cualquier caso, en esta crisis, hay otras cuestiones de fondo. 

Por un lado, las aspiraciones de Susana Díaz y el cuestionamiento de su autoridad, unido a la presión en su partido para que dé el paso de convocar ya unas elecciones autonómicas, conscientes de que Andalucía puede servir de banco de pruebas en un escenario desconocido en la política española hasta el momento. Creen que es necesario mover ficha porque ven en ella -con unas encuestas todavía favorables- la única garantía para fortalecer el PSOE de cara a futuros comicios y de mandar una señal a Podemos con un efecto contagio para el resto del país. Ya se sabe que Andalucía es decisiva en las urnas, y si hay un lugar donde el partido de Pablo Iglesias lo tiene más complicado es la comunidad autónoma más poblada de España.

Por otro lado, la fractura interna de IU: desde Madrid presionan para que no se mantenga el pacto mucho más allá de las elecciones municipales. IU no quiere llegar a las elecciones generales con Alberto Garzón enfrentándose a la fuerza de Podemos, mientras su formación mantiene un pacto con lo que han calificado los de Pablo Iglesias como “la casta”. Especialmente porque todas las encuestas ven a IU como la principal damnificada del efecto Podemos. En este contexto, IU de Andalucía intentó una solución intermedia: la posibilidad de un referéndum entre sus bases. Un as que ha querido guardarse en la manga sin haber medido suficientemente las consecuencias que tendría.  

Lo complicado para Susana Díaz ahora es construir un discurso que convenza a la ciudadanía y en el que se sostenga el argumento de la falta de estabilidad para romper, máxime cuando el Consejo de Gobierno acaba de aprobar dos proyectos de ley en su semana más crítica.

Las fechas de la escalada de tensión podrían ser estas: La asamblea de balance del pacto que celebró IU tuvo lugar el 21 de diciembre: ese se día se facultó a la dirección del partido para convocar un referéndum sobre su continuidad en el Gobierno de Andalucía. Entonces, el PSOE-A no lo percibió públicamente como un elemento de inestabilidad en las relaciones con sus socios. Dos días después, el 23 de diciembre de 2014, el Parlamento de Andalucía aprobaba los presupuestos autonómicos de 2015 con los votos a favor de los dos socios, y por primera vez, toda IU los respaldaba, tras las intensas negociaciones que tuvo el propio coordinador regional, Antonio Maíllo, con el recién llegado diputado Álvaro García Mancheño, miembro de la CUT, para que votara a favor. Luego, ese diputado hasta pidió perdón en una asamblea de la CUT reconociendo que se había equivocado.

Con una unanimidad en sus filas para el presupuesto, Antonio Maíllo intentaba amortiguar el impacto que ya había tenido en el PSOE-A conocer el asunto del referéndum, y cuya opinión los socialistas decidieron callarse unas horas con el convencimiento de lo que primero era que se aprobaran las cuentas en el Parlamento de Andalucía. Pero la crisis ya se había gestado.  

Tiramos de hemeroteca para repasar el equilibrio de fuerzas en IU y las declaraciones de Susana Díaz y la subida de temperatura de su discurso. Las cosas han cambiado. 

Sobre la estabilidad

Sobre la estabilidad

“Estoy trabajando para que haya estabilidad, que la hay en estos momentos. Quiero agotar la legislatura (...). Si IU no apoya el presupuesto, tendrán que decidir los andaluces”, subrayaba cuando sabía de las complicaciones para sacarlo adelante.

“No tener estabilidad es no tener presupuesto, y en estos momentos no contemplo ese escenario”, decía cuando estaba en plena negociación con sus socios.

“Hay estabilidad y no tengo razones para adelantar las elecciones porque lo que me preocupa es la gente. Mientras tenga el instrumento para poder trabajar, como es el presupuesto, no hay motivo para adelantar elecciones”, sostenía cuando ya había acuerdo.

“El presupuesto da estabilidad política, económica y social a Andalucía”, celebraba tras su ratificación.

Sobre el adelanto electoral

Sobre el adelanto electoral

“Voy a trabajar para agotar la legislatura más complicada de nuestra autonomía”, garantizaba en su toma de posesión en septiembre de 2013.

“Mi compromiso está aquí, ya lo he dicho en más de una ocasión. Y en eso me voy a dejar la piel”, se reafirmaba en septiembre de 2014

“Quiero agotar la legislatura, no quiero que haya elecciones anticipadas. No he estado en eso nunca”, repetía días después.

“Quiero agotar la legislatura, pero no a cualquier precio”, subrayaba la pasada semana abonando el terreno para esta crisis.

Sobre posibles aspiraciones nacional

Sobre posibles aspiraciones nacional

“Mi sitio ahora está en Andalucía”, prometía poco después de su toma de posesión cuando se dudaba de lo que duraría en dar el salto.

“No puedo defraudar a los andaluces. Desde aquí defenderé que otra política es posible”, abundaba en junio de 2014, cuando se descartó para la secretaría general del PSOE.

“Me voy a quedar aquí y no me voy a presentar a las primarias del PSOE”, en septiembre de 2014, cuando se abrió este escenario como segunda posibilidad de dar el salto.

“Yo ya pude ser secretaria general del PSOE o no, porque quizás no me hubieran votado mis compañeros, y el tren pasó y ahora no me preocupa. Si vuelve a pasar el tren, ya se verá. Y si no pasa, pues tampoco pasa nada. No tengo ningún problema por eso”, en diciembre de 2014 abriéndose todas las puertas.

La estrategia de IU que ha hecho mella

El lenguaje de la coalición de izquierdas también ha tenido su niveles de intensidad en función de las circunstancias, nadando en ese doble papel de estar en el gobierno y jugar a la oposición. Por eso se producen situaciones inverosímiles como que este martes, en plena crisis, el vicepresidente Diego Valderas apuntara: “tenemos un gobierno estable y con proyección hasta 2016”.

Desde que la situación estalló, los mensajes de IU han alimentado y frenado la escalada de tensión:

“Consideramos, independientemente de la mayor o menor ventaja que se puede tener desde el punto de vista electoral, que el mejor testimonio de un trabajo bien hecho es terminar una legislatura en la que digamos que lo que dijimos hace cuatro años que íbamos a hacer, lo hemos cumplido”, ha aseverado Antonio Maíllo.

También lo pretendía su portavoz parlamentario, José Antonio Castro, quien este miércoles decía del PSOE-A: “IU es gente de palabra y responsable. Creemos que quien firma con nosotros también lo es”. Pero no hay que olvidar que en noviembre de 2014 llegó a comentar: “El PP y el PSOE tienen en el ADN la corrupción”. Aunque también hacía una advertencia a los socialistas sobre las consecuencias que puede tener esta crisis en futuros pactos pos electorales.

Es Alberto Garzón el que más ha molestado a los socialistas. De hecho, hace sólo unos días aseguraba que la actitud de Susana Díaz es “indecente”. El diputado por Málaga ha sostenido siempre que la alianza con los socialistas es “contradictoria” para su proyecto de convergencia con las izquierdas. En su discurso en Madrid parece olvidar que los suyos gobiernan en Andalucía. “Desgraciadamente la imagen que se manda desde Andalucía es la de que es corrupta, puesto que las noticias que llegan de ella están unidas a los ERE o los cursos fraudulentos”, sostenía a finales del año pasado. Después ha intentado matizarlo. “No todo es blanco ni negro. El pacto tenía muchas contradicciones pero hemos sabido vadearlas”, ha puntualizado posteriormente. 

En todo caso, la clave de las intenciones de IU quedaba recogida de forma nítida en el documento que se debatió en la asamblea de la polémica. “Lo que era vigente y lógico en 2012 [firma del pacto] no lo es tanto en 2015”. En el mismo escrito, IU abogaba por adaptar su estrategia a este nuevo momento político con una actualización en el papel del Gobierno en Andalucía. “La expresión más nítida de nuestras propuestas, los elementos diferenciales y específicos de lo que significa y por qué IU está en la Junta de Andalucía deben intensificarse”. Pero parece que no le va a quedar opción de hacerlo.

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