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El aceite de oliva español encuentra en las empresas de EEUU el aliado que no tuvo la aceituna negra

Miles de olivareros convocados por los sindicatos COAG y UPA durante la manifestación convocada este martes por las calles de Sevilla

Consuelo Durán

La aceituna negra española se topó con un enemigo en EEUU, sus competidoras de California que impulsaron los aranceles que han penalizado la entrada de este producto en dicho país, pero el aceite de oliva ha encontrado un aliado sobre el terreno: las empresas que importan desde Europa.

En este sentido, la Asociación Norteamericana de Aceite de Oliva (NAOOA en sus siglas en inglés) ha iniciado una campaña de recogida de firmas contra los aranceles hacia este producto, inmerso en paralelo en otra guerra por la caída de los precios que ha movilizado este martes a buena parte del sector en Andalucía de la mano de las organizaciones agrarias UPA, COAG, y con el respaldo de los sindicatos CCOO y UGT.

La campaña, con el lema “Don't tax our health” (algo así como “No graves nuestra salud”) se dirige a profesionales de la medicina, dietistas, nutricionistas y representantes de la industria, y hace hincapié en el impacto que estos aranceles tendrían sobre el bienestar de la población de EEUU. De este modo, recuerdan que más del 70% del aceite de oliva consumido en EEUU llega desde Europa. Sin embargo, “debido a la ausencia de una alternativa realista de suministro”, estos aranceles “destruirían el mercado del aceite de oliva y por tanto tendrían un impacto sustancial en el sistema de salud”. De hecho, en EEUU se consumen aproximadamente 300.000 toneladas cuando el país produce apenas 10.000, según los últimos datos, por lo que el grueso lo tiene que importar, principalmente desde Italia, que copa el 65%, mientras que el resto se lo reparten España y Grecia.

En la misma línea, la NAOOA recuerda que “una botella de virgen extra italiano, español o griego que hoy ronda los 15 dólares podría pasar a superar 40 si el coste de importación cuesta el doble”. Las firmas y comentarios que están recabando serán presentados en la Oficina del Representante del Comercio de EEUU y usados para persuadir al Congreso estadounidense para que ayude a la retirada de estos aranceles.

Se cumple un año de las nuevas tasas

Con esta iniciativa, la NAOOA se pone en guardia porque el aceite de oliva está en el centenar de productos europeos sobre los que podrían recaer nuevas tasas de entrada, mucho más elevadas incluso que la subida que penalizó a la aceituna negra española, la primera víctima de la política proteccionista de Donald Trump y con la que el presidente de EEUU inauguró su guerra comercial con distintos países. De hecho, está a punto de cumplirse un año desde que EEUU decidió elevar el impuesto de entrada de estas olivas desde un 21,6% a un 34,75% basándose en el supuesto daño a su propia industria.

Desde entonces, las exportaciones de este producto a dicho país, donde España, y especialmente Andalucía, ostenta el liderazgo, se han desplomado. En concreto, en el primer trimestre de 2019 se vendieron 3,5 millones de kilos, frente a los 3,9 del mismo periodo el año pasado, y prácticamente la mitad que en 2017, cuando ya estaba en marcha la operación contra este mercado y se superaron los 6,7.

Las presiones del sector, con el que la Unión Europea, el Gobierno de España y la Junta de Andalucía se comprometieron a ir de la mano, han hecho que finalmente la Organización Mundial del Comercio (OCM en sus siglas en inglés) haya dado un tímido paso: la constitución de un panel para estudiar la legalidad de las medidas de EEUU. Para la Asociación Española de Exportadores e Industriales de Aceitunas de Mesa (Asemesa) era necesario que la UE hiciera esta solicitud y la OCM la aceptara, pero advierte de que el proceso es “largo y complicado”.

El grupo será creado en el seno del Órgano de Solución de Diferencias de la OCM, con el fin de investigar las medidas “antidumping” impuestas desde 2018 por EEUU a las aceitunas negras procedentes de España. La creación de panel ha salido después de que EEUU bloquease la primera demanda en este sentido de la UE el pasado 28 de mayo, tras el fracaso de las conversaciones mantenidas por las partes para resolver la disputa hace unos meses.

“Las empresas han perdido ya 35 millones de euros desde la imposición de los aranceles y asumido más de cinco en gastos de defensa. Con la única excepción de una ayuda limitada del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo no hemos recibido ni un euro, siendo las empresas de Asemesa las que están asumiendo la casi totalidad del enorme coste de la defensa”, subraya Antonio de Mora, secretario general de dicha organización.

“EEUU es un socio comercial clave”

Por otro lado, el pasado mes de junio la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) promovía la participación de nuestros productos en la feria de muestras Summer Fancy Food de Nueva York. “EEUU es un socio comercial clave y es necesario redoblar los esfuerzos en la consolidación de nuestra presencia allí. Presentar nuestros productos como una oferta diferenciada, de calidad y de gran variedad y riqueza son los argumentos que permitirán afianzar un mercado estratégico para el sector”, valoraba Mauricio García de Quevedo, director general de FIAB, que cifró en 1.728 millones de euros las exportaciones a EEUU en 2018, 5,7% del total. “La aplicación de estos aranceles cuestiona la Política Agraria Común (PAC) en su conjunto. De generalizarse esta situación, nos encontraríamos ante una importante amenaza para la competitividad de la industria española y europea”, sentencia.

El del aceite de oliva es, eso sí, un sector que mueve mucho más en EEUU. Según datos de la Agencia Andaluza de Promoción Exterior (Extenda), es el principal producto que vende en dicho país, y esta comunidad autónoma supone más de uno de cada 3 euros que España exporta a EEUU. Eso sin olvidar que en 2018, Andalucía vendió fuera de España un total de 2.486 millones de euros de aceite de oliva, es decir, el 7,7% del total en un año en el que se batieron las marcas históricas en exportaciones.

Entretanto, miles de agricultores tomaban este martes la capital hispalense en un clamor contra la caída del precio del aceite de oliva. El secretario general de COAG en Andalucía, Miguel López, ha hablado de una “maniobra de especulación clara” con el aceite de oliva por parte de la industria, las envasadoras y la distribución. “Nos están robando 1.500 millones de euros”, ha aseverado.

En términos parecidos, se ha expresado Miguel Cobos, secretario general de UPA en Andalucía, para quien “no sobra aceite de oliva, sobran especuladores”. Para concluir: “Están los especuladores, los intermediarios, aprovechándose de la atomización del sector, porque somos muchos y nos hacemos la competencia entre nosotros”.

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