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Las costuras del PSOE de Córdoba se tensan

Crespín anuncia su disposición a ser relevada en la Junta, para dedicarse al PSOE

Carmen Reina

Este lunes, a primera hora de la tarde, saltaba la noticia política de la semana en Córdoba: Rafaela Crespín, delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía en esta provincia, presentaba su dimisión. Anunciaba una retirada, a petición propia, para centrarse en su labor como secretaria de Organización del PSOE cordobés, una situación esta, la de desarrollar un cargo institucional y otro en el partido, que hasta ahora no le habían sido incompatibles. Por eso, la intrahistoria de esta decisión apunta a las tensiones vividas en el pasado congreso del PSOE cordobés en octubre, donde se vio la fractura del partido de la que no se ha salido sino que parece reavivarse con este movimiento.

Hay que recordar que el PSOE llegaba a su congreso en octubre dividido entre la candidatura sanchista de Teba Roldán y la oficialista de Antonio Ruiz pero, además, a pocos días de celebrarse, saltaba la sorpresa: la delegada de la Junta, Rafaela Crespín, preparaba una tercera candidatura, que más que robarle votos al ala sanchista, iba a rebajar los apoyos de Antonio Ruiz. Esa jugada quedó entonces abortada. Finalmente, Ruiz y Crespín firmaron un acuerdo y se aunaron en una única candidatura, pero la herida había sido pública.

La votación del congreso hizo a Ruiz secretario general del PSOE cordobés y este quería incorporar a su círculo más cercano en la dirección del partido a Crespín. Se le llegó a ofrecer, para ello, un puesto en una dirección general de la Junta de Andalucía, según señalan las fuentes consultadas. Pero Crespín no cedió y, tras horas y horas de negociación entre ambas partes en el propio congreso y decisiones tomadas ya de madrugada, Antonio Ruiz salió de allí como secretario general y Crespín como secretaria de Organización, una figura clave.

Las tensiones que se vieron entonces no han disminuido. Y antes de que una previsible jugada apartara a Crespín de su cargo como delegada del Gobierno en la Junta, ha anunciado su dimisión. Toma la iniciativa así y se centra, a partir de ahora, en su tarea en el partido en un puesto fundamental como es el de secretaria de Organización. Frente a ella, Antonio Ruiz como secretario general de los socialistas está a la cabeza del partido en Córdoba, pero en la práctica, sus cargos como alcalde de Rute y presidente de la Diputación le dejan el tiempo justo para dedicarle al partido y estar en el día a día del mismo. Crespín, sin embargo, liberada ahora de su cargo en la Junta, tendrá todo el tiempo que quiera para dedicarse a la tarea de Organización del PSOE cordobés.

En el trasfondo de todos estos movimientos está el juego de poderes. En Córdoba, al ala sanchista y al ala oficialista hay que sumarle una tercera ala donde se ubica Crespín. Desde su entorno, señalan que quieren hacer de puente entre las dos facciones anteriores, pero también hay quien piensa que sencillamente quieren enterrar la etapa del anterior secretario general del PSOE cordobés, Juan Pablo Durán, y sus seguidores. Ahora, lo que está por ver es la designación de la persona que ocupe el cargo de delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía en Córdoba y cómo eso afecta a la relación con el partido. Dentro de él, se empieza a jugar una nueva etapa en la que parece que se mantendrán las tensiones y el juego de poder durante un tiempo

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