El BOE como regreso a la Edad Media

El Boletín Oficial del Estado es el diario oficial dedicado a la publicación de determinadas leyes, disposiciones y actos de inserción obligatoria. Pues bien, desde hace año y medio estamos asistiendo a la transformación del BOE, en un “arma de involución masiva”, en la que el Gobierno de Mariano Rajoy incluye un día sí y otro también, decisiones que limitan, cuando no echan por tierra, algunas de las grandes leyes que en no demasiado tiempo, han colocado a nuestro país en la vanguardia de los derechos sociales. Educación, sanidad, dependencia, igualdad, reproducción asistida o justicia gratuita están siendo algunas de sus víctimas a las que ahora se suma la lucha contra la violencia de género.

Cuesta dar crédito a las últimas noticias que nos llegan desde Moncloa, según las cuales, no se contabilizarán como casos de violencia machista aquellos que no hayan precisado un mínimo de 24 horas de ingreso hospitalario. Semejante despropósito, increíble para cualquiera, es intención firme del Gobierno. Para preparar este “atraco” a la igualdad, no habrá más estadísticas sobre violencia machista hasta principios del próximo año y en ellas no se incluirán aquellos casos en los que las víctimas no hayan pasado, al menos, 24 horas en el hospital.

Haya sido Ana Mato o su porquero quienes hayan parido semejante astracanada, urge una rectificación inmediata a lo que supone un atentando en toda regla contra los avances en la lucha contra la violencia de género. Ya sé que de inmediato comenzarán a alzarse voces asegurando que esa decisión lo es sólo a efectos de estadística y que una sola bofetada seguirá considerándose como delito, sin embargo la barbaridad que nos ocupa supone un auténtico desprecio para las víctimas y una carga de profundidad gravísima contra los tímidos avances que venían registrándose en esta materia.

Cerca de 12.000 mujeres han denunciado ser víctimas de malos tratos durante el primer semestre en Andalucía, de las que siete han perdido la vida a manos de sus agresores. De haber estado en vigor el singular nuevo método estadístico, es muy probable que la mayoría no figuraran como víctimas de malos tratos por la “muy científica” razón de no haber ingresado 24 horas en un hospital, al menos hasta el momento de ser cadáveres.

En una obra de extraordinaria lucidez y con un título tan esclarecedor como Mi marido me pega lo normal, mi compañero de tribuna, el profesor Miguel Lorente Acosta, se pregunta ¿cómo puede una mujer llegar a pensar que es normal que su marido la maltrate? Está claro que una vez que entre en vigor este “revolucionario” método estadístico, el profesor Lorente debería ir preparando otro libro para explicarnos cómo es posible que en pleno siglo XXI, el Gobierno de un país del primer mundo no considere violencia machista una paliza que no precise hospitalización.

Vistas las últimas intenciones por parte del Gobierno respecto de la mujer, el Ministerio de Ana Mato se asemeja más a la difunta Sección Femenina, de Pilar Primo de Rivera, que a lo que debe esperarse de un gobierno demócrata y actual. Sin entrar en lo que para la mujer supone la reforma de la Ley del Aborto –eso daría para toda una enciclopedia- el ejecutivo de Rajoy ha intentado impedir adoptar a las parejas homosexuales y más recientemente ha decidido no financiar tratamientos de fertilidad a toda mujer no casada “como Dios manda”.

Y es que, como dijo Santo Tomás de Aquino, “la mujer está hecha para obedecer al hombre, la mujer debe aprender a sufrir injusticias y a aguantar tiranías de un esposo cruel sin protestar... la docilidad por parte de una esposa hará a menudo que el esposo no sea tan bruto y entre en razón”.

No es de extrañar pues que, dado el profundo sentimiento religioso de la señora ministra y sus compañeros de gabinete, los escritos de tan preclaro doctor de la Iglesia inspiren decisiones tan medievales como la que nos ocupa. Otra cosa es que la ciudadanía las acate sin rechistar.