Rota y Morón, Rusia y Siria

Siria, Turquía, Egipto … Como suele suceder, los hechos acaban iluminando las sombras que ocultan lo que los poderes del Estado no nos quieren contar. Ayer, el BOE publicó que el pasado 21 de mayo entró en vigor el acuerdo firmado entre el Reino de España y los Estados Unidos de América por el que la que la VI Flota vuelve a instalarse en la base naval gaditana de Rota.

Apenas cinco días después de que el ministro de defensa Pedro Morenés consiguiera en Bruselas su primera audiencia con el nuevo secretario de Defensa estadounidense Chuck Hagel. Su saludo fue públicamente amistoso, quedó claro que se mostraba agradecido.

Para que no quedaran dudas, el Departamento de Defensa emitió una nota, ampliamente reproducida, sobre el encuentro de trabajo entre ambos. En ella no sólo agradecía su nuevo acceso a la base de Rota, sino también el siguiente acuerdo por el que los EEUU acaban de desplegar 500 marines, y su acompañamiento logístico, en la cercana base de Morón (Sevilla).

Aseguran que todo ello es para poder intervenir rápidamente en el centro y norte de África, el peligroso Sahel. La realidad es muy otra. Tiene que ver con la posición geoestratégica del Estrecho de Gibraltar en la puerta del Mediterráneo, un mar que cobra cada día que pasa más importancia en los intereses de EEUU.

¿No lo sabían? Después de 20 años alejados de ese escenario (argot militar), del que se retiraron tras darse por terminada la Guerra Fría, a mediados de mayo navíos rusos de su Flota del Pacifico empezaron a cruzar el Canal de Suez camino del Mediterráneo. En él Rusia está creando una nueva flota con vocación de permanencia. Incluye destructores, petroleros y buques de desembarco.

¿La logística? Su antigua base naval en el viejo Mediterráneo. ¿Dónde? En Tartus, Siria.