O son galgos o son Podemos

No sé a qué viene tanta alharaca por la renuncia de Campechano I, cuando en este país hay muchos millones de personas que tras ser despedidas de sus trabajos, de sus viviendas y hasta de sus vidas, han abdicado de su mismidad y se han cruzado de brazos, resignados, a la espera de que les caduque de forma definitiva el DNI. Tanto tumulto mediático choca con las encuestas que señalan que para el 90% de los españoles el principal problema es el paro y la economía, seguido de cerca por la corrupción y por la clase política, mientras que la Familia Real es un incordio para el uno por ciento de la población, que gente hay para todo. Un asunto menor, si el pirómano Rajoy no se empeña en atizar el fuego a base de detenciones y multas, como ha hecho en Granada.

Lo malo es que este infecundo debate viene a sumarse también al de la consulta catalana y demos gracias, no vaya a ser que también haya que hacer un referéndum sobre la necesidad de que los trajes de lagarterana sean declarados patrimonio de la Humanidad y así poder reelegir a Cospedal hasta que no quede ni un solo lugar de la Mancha de cuyo nombre queramos acordarnos, que serán todos propiedad privada.

Y no es que no sea importante el debate sobre el advenimiento de la III República, utopía romántica que también comparto, y que quedó medianamente satisfecha con la república monárquica o la monarquía republicana que sufrimos a día de hoy. Porque puestos a confundir términos podríamos preguntar a los iraquíes qué cariño profesan al republicano Bush o al monárquico Aznar después de que arrasaran sus pueblos con sus democráticas bombas. También deberían pensar los puristas ideológicos en una República Popular presidida por Su Majestad Esperanza Aguirre, que no la descartemos, pues tiene vocación, ya es duquesa y además ganaría la carrera presidencial, que ser perseguida por la Policía Municipal siempre es un incentivo.

Vistas así las cosas, que es una manera de verlas, mucho me traspone que la primera propuesta del exitoso debutante ‘Podemos’ sea un asunto de banderas y no la contrarreforma laboral, por poner un verbigracia. Y que su segunda acción política sea decretar las listas cerradas para designar a su nueva dirección, el mismo sistema que critican cuando se trata de elegir a diputados y senadores de la casta.

Ya tenemos Cinco Llagas

A pesar de todas mis prevenciones, quiero dar la bienvenida a la política andaluza a ‘Podemos’, que si no se equivoca hasta podría ser la quinta úlcera que sufriremos desde el Hospital de las Cinco Llagas, sede del Parlamento andaluz, en la que ya nos están supurando PSOE, PP, IU y en el futuro hasta UPYD, que más que una llaga es una fístula. Y además de darles una calurosa bienvenida, también les agradezco que hayan logrado, contra todo pronóstico, que nuestros jóvenes y jóvenas levantaran el culo del skay, dejaran el ‘Candy Crush’ y fueran a votar en las elecciones europeas. Un empeño que no era nada fácil, hay que reconocérselo.

Por todo ello es por lo que deseo a ‘Podemos’ larga vida y más ímpetu que el de su ancestro el PSOE decimonónico o de su prima lejana IU, a la que no es raro que se le vaya la pinza y vote con el PP. Y que eviten tanta riña estéril como tuvimos con la I y II Repúblicas, que es lo que quiere la derechona patria: que mientras seguimos discutiendo si son galgos o si son Podemos, los dóberman siguen con los dientes hincados en nuestras rabadillas. Incluso tras las victoria pérrica de Rajoy, que ahora dice que hay más alegría en las calles, eso sí, con mucho Rintintín, el muy perro.