Uno de los nuestros

Pasan las once y media de la mañana en el juzgado de instrucción número 3. Frente a la jueza, cabizbajo, apesadumbrado, se sienta el vicesecretario de Organización. Trae bajo el brazo una carpeta con papeles y un pen drive con el logotipo del partido, de los que reparten en los mítines. Dentro van archivos, audios, fotos, un par de vídeos caseros. Saca también del bolsillo interior de la chaqueta una tarjeta de móvil. Lo pone todo sobre la mesa mirando por primera vez a los ojos a la magistrada. “Ha sido uno de los nuestros, Señoría”, dice sin que casi le salga la voz del cuerpo. “Haga usted lo que tenga que hacer”.

A la salida, frente a un corrillo anonadado de periodistas convocados sin saber para qué, comparece escoltado por varios miembros de la dirección. Anuncia la presentación de una denuncia por corrupción contra el alto cargo y varios empresarios, su cese con carácter inmediato, la suspensión de militancia y la apertura de una investigación interna para depurar responsabilidades políticas más amplias, si las hubiera.

No lo dice, y nadie se lo pregunta, pero presentará su dimisión al día siguiente. Tendría que haber hecho algo antes, se reprocha. Las sospechas empezaban a ser clamorosas. Aclarándose la garganta, destaca el hecho de ha sido el partido, por iniciativa propia, quien ha decidido llevar ante la justicia a uno de sus más destacados militantes. El sistema funciona, subraya ante los micrófonos repasando fugazmente sus notas. Pese a todo, pide disculpas públicas a los ciudadanos. Aún le cuesta sostener la mirada.

Título de la novela: Uno de los nuestros. Colección Tolerancia Cero. Género: Política Ficción.