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Andalucía en la España plurinacional
Sobre este blog
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El concepto de nación es polisémico y ha tenido diversas acepciones a lo largo de la historia. En España, se utilizaba en el siglo XVIII para definir la identidad política y emocional de la población con un déspota más o menos ilustrado; por los efectos de la Guerra de Independencia de 1808, la nación se identificó con el común, con la soberanía compartida y la voluntad de pertenencia. En el segundo tercio del siglo XIX, la clase burguesa se fue dotando de los mecanismos institucionales que le permitieron poner en marcha un proceso acelerado de acumulación de capital; como es sabido, uno de esos mecanismos fueron las leyes de desamortización eclesiástica y civil que posibilitaron la usurpación legal de bienes colectivos; otro, fue la ley de sufragio censitario que concedía el capital político a menos del 4% de la población, la adinerada y propietaria; finalmente otro, fue revisar, o mejor inventar, un concepto de nación basado en la tergiversación de la historia.
España fue considerada una nación forjada de santiagos y pelayos que cerraban España de la misma manera que la burguesía trataba de cerrar el mercado interior a la competencia extranjera y usaba Ejército e Iglesia para conservar los últimos baluartes de un imperio en decadencia. Mientras esos objetivos se cumplieron, la nación española fue solo una; los vivas a España se oían en todos las lenguas y dialectos del territorio español.
Mientras el concepto militarista y místico de nación ganaba terreno, Andalucía era la vanguardia de un nacionalismo cívico, republicano
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