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El Ayuntamiento de Cortes castiga a la bandera de la UE tras la decisión de Estrasburgo

Néstor Cenizo

Cortes de la Frontera es un pequeño pueblo de unos 3.000 habitantes en la serranía de Ronda (Málaga) que ha decidido plegar la bandera de la Unión Europea del balcón de su Ayuntamiento. Esta es su forma de mostrar su solidaridad con las víctimas del terrorismo y de protestar contra la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) que condena a España por la aplicación de la 'doctrina Parot'. Su alcalde, el independiente Antonio Granero, dice que pretende animar a todos a defender los derechos humanos. Sin embargo, la UE, que tan frecuentemente aparece en la diana de ciudadanos y políticos, nada tiene que ver con el Tribunal de Estrasburgo.

Granero es médico de urgencias y explica que bordear a diario las fronteras entre la vida y la muerte le ha concedido una sensibilidad especial para comprender que “nadie tiene derecho a quitar la vida a otra persona”. Recién salido de una guardia, explica con voz cansada que su decisión es un “acto de solidaridad con las víctimas del terrorismo” más que un gesto contra las instituciones europeas o los jueces. La retirada de la bandera de las doce estrellas es una “cuarentena”, en terminología médica, de modo que será el equipo de Gobierno local el que decida cuándo se repone. E insiste: “Estamos ante un paciente crítico con un futuro incierto”.

El alcalde de Cortes de la Frontera resalta que recibió el apoyo de los vecinos desde el momento en que decidió arriar la enseña. “¡Alcalde, quita eso de ahí!”, cuenta que le decían. El regidor comenta que solo está obligado a mantener las banderas nacional y autonómica. Según Granero, en Almagro (Ciudad Real), gobernado por el PP, se ha tomado la misma decisión, y algún otro municipio está estudiando la posibilidad de sumarse al grupo. Nadie le ha llamado para reconvenirle su actitud ni para aclararle que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos no es una institución de la UE, sino del Consejo de Europa, una organización internacional constituida en 1949 y que cuenta con 47 miembros (entre ellos, Rusia o Turquía) por los 28 de la Unión. El Consejo de Europa comparte, eso sí, bandera con la UE: el Consejo la adoptó en 1955 y la UE en 1986. Y aunque en el balcón del Ayuntamiento la bandera represente a la UE, las doce estrellas simbolizan la unidad y la identidad europeas.

Quizá el alcalde alude a esa identidad europea genérica cuando expresa su queja. Insiste, en todo caso, en que no pretende ahondar en la cuestión jurídica. Los 17 miembros de la Gran Sala del TEDH decidieron por unanimidad que los jueces españoles habían aplicado un criterio de reducción de penas perjudicial para la etarra Inés del Río de forma retroactiva, y que eso es contrario al derecho a la libertad y a la igualdad recogido en el Convenio Europeo de Derechos Humanos. “Eso lo hablan los abogados y los jueces. Hay una sentencia y hay que aceptarla. Otra cosa es estar de acuerdo o no”. Su gesto es más bien una voz de alarma, porque dice Granero que le gustaría “que España despierte un poco, que se hacen muchas barbaridades y no pueden quedar impunes”. Así que se muestra partidario de revisar “muchas cosas” y de ser “más inflexible con el terrorismo”. Y “que quien la haga, la pague”.

Granero no cree, sin embargo, que deba revisarse la relación con la UE o con otros organismos internacionales. Aunque cree que en la UE siempre hay “favorecidos y desfavorecidos”, defiende también que la unión hace la fuerza. Cortes de la Frontera es un municipio especialmente beneficiado por los Fondos Europeos de Desarrollo Regional (FEDER), según reconoce el alcalde. Así que de momento, bastará con doblar la bandera, una manera de retirar el saludo institucional, aunque esta vez la UE, tantas veces en la diana, tan solo pasara por allí.

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