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Un adolescente lidera la iniciativa #yocreo: “Debemos hacernos oír porque el país va a explotar”

Mario Guerrero

Francisco J. Jiménez

Aún no tiene edad para votar, pero sí para cambiar el país. Así es Mario Guerrero, un chiclanero de 16 años que rompe con el estereotipo del joven apático. Ha creado una iniciativa a través de las redes sociales con el objetivo de recopilar las soluciones que envían los ciudadanos.

En contraposición con el entramado de complicaciones que debe afrontar el hombre de la calle para hacer llegar su voz a los dirigentes, en este caso todo se resume en el hastag #yocreo. A partir de ahí se puede lanzar la propuesta a través de Twitter, Facebook e Instagram. La cuenta @yocreo_es se encarga de canalizar toda la información para, más adelante, hacérsela llegar a los políticos de turno.

“Lo pusimos en marcha y no creíamos que fuera a tener esta aceptación. Lo primero que nos marcamos fue concienciar a todos de que los ciudadanos debemos tener la palabra y ser los que llevemos las riendas del país aunque tengamos representantes oficiales. Era lo primero, cosa que se ha conseguido porque a día de hoy tenemos más de 2.000 seguidores y unas 200 propuestas”, explica el joven.

“Los dirigentes de este país parece que viven en otro mundo, los ciudadanos debemos salir y opinar, independientemente de la ideología porque tenemos ansias por encontrar soluciones a todo lo que está pasando”, plantea inicialmente Mario Guerrero.

Es una evidencia que el movimiento provocado por el chiclanero no está pasando inadvertido. A través de los medios de comunicación está llegando al pueblo y también a los políticos, que están especialmente receptivos, ahora que las elecciones aparecen en el horizonte. “Bajo mi humildad, debo decir que estamos en plena campaña de elecciones y esto va a hacer que la iniciativa se escuche. Lo importante es que están receptivos. Ya habló con nosotros Juanma Moreno, presidente del PP en Andalucía, el PSOE, e incluso la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha interactuado. Somos conscientes de que no todos tenemos vocación de políticos, pero sí debemos decirles lo que pensamos y que se pongan manos a la obra. Si no nos escuchan, se demostrará que miran más por sus intereses”, sentencia Guerrero.

Las elecciones más próximas son las municipales, pero en la iniciativa del joven gaditano no se abordan cuestiones domésticas porque considera que ahora imperan los males globales: “Los problemas que sufre la gente no son a nivel local. Si te vas a Extremadura verás que la gente piensa lo mismo, están igual de indignados”. No hay fronteras para las pesadillas ni tampoco hay límites en las redes sociales. “La indignación entra en 140 caracteres. Los ciudadanos de a pie no damos rodeos, no necesitamos más”, señala el joven.

¿Qué cuestiones inquietan a los ciudadanos? Mario Guerrero pone algunos ejemplos: “El sueldo de los políticos, rebajarlo. Suena a Podemos o a utópico, pero es una regla de tres. Si bajamos el sueldo a uno normal, 1.500 euros ó 2.000 se regeneraría la economía en nuestro país. Los políticos cobran mucho y hacen de la política su profesión. Otra cuestión es bajar los precios de los cines. Ya se ve que si el precio está a 2,90 la gente va. No sé por qué hay que pagar seis o siete euros. Si los políticos quieren que sólo accedan los ricos a la cultura, eso refleja su ideología. También se plantea el hecho de ayudar a los autónomos. Si no, no hay empresa ni empleo. Otra cuestión es crear empleo juvenil y para ello deben bajar la edad de jubilación y así favorecer a que los jóvenes tengan más trabajo. Y son muchos más los temas que se hablan. Problemas con sus soluciones”.

“Para ser político hay que saber hablar de tú a tú”

Según el joven, “debemos hacernos oír ya porque el país va a explotar. Los políticos hablan con palabras muy difíciles y las cosas reales la mayoría no se perciben. Para ser político hay que saber hablar de tú a tú. El término política nació en Grecia y viene de polis, de ciudad. Ése es el problema, que ya no creemos en ellos porque se están desvinculando de los ciudadanos y eso es grave porque vamos a pique”, reflexiona en voz alta.

Hasta hace poco era un joven más, un gran desconocido. Ahora es reclamado por la prensa y puede estar cerca un debut televisivo al más alto nivel, pero lo lleva bien… “A veces mi teléfono no para, pero me gusta. Tengo 16 años y me canso, pero es señal de que hasta los periodistas se dan cuenta de que algo pasa. Me da coraje ver que el 80 ó 90 por ciento de los medios está copado por políticos y por la política. Hay que darle la voz al pueblo. Deben salir menos que los ciudadanos. Tenemos ansias de alzar nuestra voz. Mis padres me dijeron que esperara a tener más edad para saltar al ruedo, pero yo les dije que las cosas hay que hacerlas ya. Hay que dejar el miedo a un lado y centrarse en los ciudadanos. Los políticos deben saber que no están solos y que si nos movemos, pueden caer”.

“Hace unos días veía al presidente Rajoy diciendo que estamos saliendo de la crisis, hablando de los brotes verdes, y yo sólo veo a la gente hablando de crisis y de corrupción. Y veo que no soy yo sólo el que lo está pensando. Es lo que veo en la calle y eso está haciendo que el país vaya a pique. Me deprime mucho ver a padres de familia pidiendo para dar de comer. Había que hacer algo”, relata Guerrero sobre el momento en el que decidió dar un salto desde la pubertad a la madurez.

Ahora tiene que lidiar con los comentarios maledicentes que lo vinculan con algún partido político en cuestión. “A mí no me gusta que se me politice porque no me gustaría entrar ahora, pero quiero que se me relacione con el ciudadano. La diferencia que hay entre lo que yo promulgo y Podemos es que ellos piden a su gente que entren en un partido político y los ciudadanos no queremos hacer eso. Aquí cualquiera puede crear una solución. Podemos no está abarcando todo tipo de ciudadanos, sólo los que quieren entrar en política. Hay un medio que nos ha pedido un cara a cara con Pablo Iglesias y no me importaría hablar con él. Tengo 16 años y puede resultar chocante, pero no tengo miedo a nada”.

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