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Balance agrario: 2015, un año de cambios marcado por la aplicación de la PAC

La recolección de aceituna de mesa alcanza casi las 562.000 toneladas y la del aceite de oliva sube un 67%

Ana Sola

El año 2015, electoral por antonomasia, con cambio de gobierno regional y el paso de dos consejeros de Agricultura y Pesca, ha estado marcado, además de por la sequía y los altos costes de producción, por la aplicación de la nueva Política Comunitaria Agraria (PAC), la crisis láctea, el impacto del veto ruso y las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud sobre el consumo de carne, o en las últimas semanas, la sentencia que anula parte del acuerdo con Marruecos.

Primer año de la PAC

En lo que se refiere a la PAC, este primer año de aplicación tras la reforma aprobada en 2014, que estará vigente hasta el 2020, ha sido muy complicado por los aspectos administrativos de la misma. Agricultores y ganaderos todavía no saben la asignación definitiva del pago básico, y en estos doce meses no sólo han tenido que entender los entresijos de la última reforma, sino que se han enfrentado a una administración colapsada y han intentado adaptar sus explotaciones a los nuevos requerimientos.

En esta campaña se ha aplicado por primera vez el nuevo sistema de pagos directos, formado por regímenes de pagos desacoplados (Pago Básico, Pago Verde o Greening y Pago para Jóvenes Agricultores) y por ayudas asociadas a los agricultores y ganaderos.

La Consejería recibió en agosto un total de 270.483 solicitudes de ayudas directas. Por provincias, el mayor número fue de Jaén (100.891), por delante de Córdoba y Granada (45.722 y 43.374 peticiones respectivamente). En cuarto lugar Sevilla (31.343), seguida de Málaga (22.514), Huelva (9.570), Almería (8.662) y Cádiz (8.407).

Hasta el día 28 de diciembre no se han podido consultar los derechos provisionales de Pago Básico para cada uno de los años desde 2015 hasta 2019, calculados por el Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA), pero en los últimos dos meses se han emitido tres pagos adelantados a los agricultores, con los que queda abonada el 95% de la ayuda, dejando el 5% para 2016.

Sin embargo, una de las asociaciones agrarias, Asaja, no deja de denunciar que no son pocos los agricultores que aún no han cobrado ni un euro del dinero que Europa les otorga. Centenares de profesionales del campo de comunidades de bienes o sociedades que ven retenida su ayuda por problemas burocráticos.

Anulado el acuerdo con Marruecos

Y si el año comenzaba con una nueva PAC, ha finalizado con una sentencia del Tribunal de la UE que anula parte del acuerdo agrícola con Marruecos, sólo en la que afecta al Sahara occidental. La sentencia se refiere a una decisión del Consejo (países de la UE) de marzo de 2012, sobre la conclusión de un acuerdo para liberalizar el comercio de productos agrícolas y pesqueros entre los Veintiocho y Marruecos.

La sentencia sólo impide que las ventajas del acuerdo se apliquen a cualquier producto agrícola o pesquero cuyo origen sea el Sáhara y que Marruecos pretenda exportar a la UE como producto propio, al considerar que no garantiza el desarrollo de la población saharaui y además beneficia exclusivamente a grandes corporaciones extranjeras.

La reacción de las organizaciones agrarias no se hizo esperar, ya que el acuerdo de libre comercio con el país africano permite entrar en condiciones más ventajosas los productos hortofrutícolas de Marruecos. Así, Asaja haya pedido, tras conocer la noticia, la paralización inmediata de las importaciones desde Marruecos, COAG que se aplique ya la sentencia y UPA ha recordado las carencias del acuerdo.

Altos costes de producción y sequía

Las temperaturas casi primaverales con las que finaliza el 2015 no son buenas para el campo. Hay preocupación en el sector y ya se habla de pérdidas por sequía y de que si continúa el clima actual, puede haber mermas importantes en los cereales, el olivar o las hortalizas de invierno.

Los cereales de secano ya se vieron muy afectados por los golpes de calor del mes de mayo, seguido de un verano también cálido. En una campaña donde los precios no remontan, con costes cada vez más altos, ya que aunque el petróleo sigue bajando, los abonos no, especialmente los nitrogenados.

En frutas y hortalizas, la producción sigue aumentando, pero la campaña ha estado marcada por la inestabilidad. Se mantiene la incertidumbre en los precios. De los cultivos subtropicales, la chirimoya ha sufrido bajos precios por las temperaturas altas que han producido un pico de producción en poco tiempo. En cambio, el mango ha ido muy bien y el aguacate ha tenido un comportamiento normal en líneas generales.

Los frutos secos tuvieron una cosecha media-alta, con un precio elevado, manteniendo así la tendencia de la campaña pasada. También ha sido una campaña buena para la castaña, la patata, y el ajo. Peor para el algodón, con una producción menor a esperada, a causa de las plagas.

Las altas temperaturas y las escasas precipitaciones han marcado la campaña del viñedo. De forma que se ha adelantado la vendimia en la mayor parte de las zonas productoras. Sin embargo, la cosecha sólo ha disminuido un 6%, obteniéndose finalmente 175.000 toneladas de uva, de muy buena calidad, aunque de menor graduación que en anteriores campañas.

Pero si hay un sector que se ha visto afectado por la sequía y las altas temperaturas ha sido el de la apicultura. La campaña fue mala, con una muy baja producción en toda Andalucía, con pérdidas en torno a un 50-60% de la cosecha respecto a un año medio. La climatología actual no favorece la formación de la piña invernal y augura un problema en las floraciones tempranas como el romero. De ahí que el mercado de la miel esté paralizado.

Campaña de aceite y aceituna

La campaña de aceite en el periodo 2014-2015, que alcanzó apenas las 675.000 toneladas de aceite en Andalucía (230.000 toneladas en Jaén) generó mucha tensión en los mercados, con un importante aumento del precio en origen, superando los 4 euros en el mes de septiembre, por unas existencias mínimas que hicieron que la campaña de comercialización finalizara con stock cero. Una subida de precio que no afectó sustancialmente a la renta de los olivareros, debido a la escasa producción.

Una tensión a la que no ayudó el que la Comisión decidiera aumentar en 35.000 toneladas el acceso sin arancel de aceite de oliva de Túnez durante dos años, que se suma a las 56.700 toneladas ya concedidas al país magrebí, escudándose en el apoyo al desarrollo del país. Lo que afecta de forma directa al mercado, pero no precisamente para estabilizarlo, ya que altera discriminatoriamente la ley de oferta y demanda a favor de distribuidoras y envasadoras que controlan el mercado del aceite de oliva.

La cosecha actual, a punto de finalizar su recogida, arrastra el déficit de la pasada, donde el stock o enlace de campaña fue nulo. Por tanto, las disponibilidades de aceite para el periodo 2015-2016 serán muy similares a las del año anterior y se volverá a acabar con las cisternas vacías. Sin embargo las previsiones de producción son mejores. Según el aforo oficial de la Junta de Andalucía, de finales de octubre, se producirán 1,03 millones para Andalucía.

En cuanto a la aceituna de mesa, a pesar de que el año ha sido muy seco, con una primavera con golpes de calor en mayo y un verano con temperaturas nocturnas muy elevadas, la producción final no se ha visto mermada, sí la calidad, con menores calibres. Los precios han subido un 30% de media respecto a la campaña pasada, pero un año más no han llegado a cubrir los costes de producción.

Destaca en el sector del olivar, la casi finalización del proceso de creación de la figura de calidad de la IGP (Indicación Geografica Protegida) Aceituna Manzanilla y Gordal de Sevilla, y la aprobación por parte del Ministerio de Agricultura y Alimentación de la solicitud de reconocimiento de la Organización Interprofesional del Aceite de Orujo de Oliva. Nueva Interprofesional que se une a las que ya existen en el sector del olivar, como son la Organización Interprofesional de la Aceituna de mesa y la Organización Interprofesional del Aceite de Oliva Español.

Ganadería

La ganadería en este 2015 ha venido marcada por la Reforma de la PAC y la Lengua Azul, además del reciente informe de la OMS sobre los efectos para la salud del consumo excesivo carnes rojas. Además, la rentabilidad de las explotaciones ganaderas puede verse seriamente afectada en los próximos meses, ante la falta de pasto, lo que obligará a los productores a aumentar el suplemento de alimentación con el consiguiente incremento del gasto.

En cuanto a los mercados, el que se refiere a la carne de ovino y porcino ibérico se ha mantenido estable. En el caso del vacuno, los precios en general han estado muy ajustados y a partir del verano vienen acumulando un ligero descenso. Pero los ganaderos esperan la recuperación para el próximo año.

Lidiando con las crisis

En 2015 se cumplió un año del veto ruso. Una decisión política, cocida en las altas estancias diplomáticas, que ha afectado a los productos agroalimentarios de la Unión Europea. Andalucía, a más de 4.000 kilómetros del conflicto, no ha quedado al margen y aunque el impacto económico se dejó notar más en el balance agrario de 2014 que en el de este año, ha tenido sus consecuencias en el sector agroalimentario andaluz, que ha tenido que buscar mercados alternativos a lo que se consideraba un fuerte potencia.

La crisis del sector lácteo es otra de las cuestiones que ha marcado el 2015. En el caso de la leche de cabra, que en Andalucía produce por encima del 40% del total nacional, inició el año con una bajada histórica de precios, que se logró estabilizar a partir de la primavera (de 14 a 11 pesetas por extracto quesero). En caso de mantenerse la tendencia en 2016 o si bajasen los precios, la rentabilidad de las explotaciones se vería seriamente comprometida.

En el caso del vacuno, un sector estratégico para la alimentación, los vaqueros sufren importantes pérdidas económicas desde finales del año anterior, con cotizaciones de la leche muy ajustadas a los costes de producción y en muchas ocasiones sin llegar a cubrirlos. La crisis ha venido motivada, según explica Coag en su balance agrario, por un cúmulo de factores, entre los que destacan, además de la desaparición del sistema de cuotas lácteas que regulaba la producción de leche de vaca en Europa, los desequilibrios en las relaciones comerciales entre ganaderos e industrias y distribución.

Además, el acuerdo para la sostenibilidad de la cadena de valor del sector lácteo, no ha contentado a las organizaciones agrarias, que consideran que no está sirviendo para garantizar un precio para los ganaderos que menos cubra los costes de producción.

Retos del 2016

A lo largo de 2015 han destacado otros hechos, como los logros fiscales para el agricultor, las modificaciones en el Código Penal que endurecen las penas contra los ladrones del campo, la modificación del seguro de olivar y las trabas a los jóvenes para acceder a las ventajas que les ofrece la PAC o a las ayudas que propician el relevo generacional en el campo.

Pero ya con la mirada puesta en el año que comienza, y aparte de las luchas y metas fijadas de forma concreta en cada sector, la industria agroalimentaria andaluza, que representa casi el 10% del empleo en la región, el 30% de las exportaciones, el 8% del PIB, y una cuarta parte de la producción agraria nacional, tiene ante sí grandes retos. Asegurar el relevo generacional, fomentar la unión para mejorar la dimensión empresarial, especialmente en el sector cooperativo, y poder enfrentarse así a una distribución que en muchos casos fija los precios a la baja, dejando una rentabilidad mínima al productor son algunos de ellos. A los que hay que sumar el aumento de la internacionalización de las empresas, y mejorar en innovación.

También hay que tener en cuenta que se está a la espera de conocer las cifras reales de ejecución del plan de Desarrollo Rural de Andalucía (2007-2013), y la llegada del correspondiente al periodo 2014-2020. En el caso del olivar, el PDRA estará aconsejado por el Consejo Andaluz del Olivar, y con sus fondos se podrá poner en marcha el Plan Director del Olivar, que desarrolla la Ley del Olivar y que hasta ahora, no se ha materializado en ninguna acción concreta, según Asaja, por esa falta de dinero.

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