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Paro, precariedad, sequía, involución: así respira a duras penas el mercado de trabajo en el sector agrario andaluz

La sequía permite hallar en mayor presa de Cuba un sitio aborigen del siglo XVI

Javier Ramajo

El informe 'El mercado de trabajo en el sector agrario andaluz'  elaborado por CCOO Andalucía refleja cómo respira el campo en Andalucía desde el punto de vista laboral. En él se desgrana cómo el paro en el sector agrario se mantiene muy por encima del resto de los sectores y muestra una muy lenta bajada en los últimos años. Indicadores como la tasa de temporalidad o los índices de siniestralidad reflejan la “involución” que experimentan las condiciones laborales, las peores de la población ocupada, asegura el estudio.

El detallado informe, fechado este septiembre y al que ha tenido acceso eldiario.es Andalucía, recoge que el sector primario continúa teniendo una gran importancia en la economía andaluza y su aportación va mucho más allá de lo que podría desprenderse de su simple participación en el empleo o la producción regional. De hecho, en estos últimos años de crisis, el empleo agrario ha crecido hasta las 246.000 personas ocupadas que suponen el 8'7% del total para Andalucía (porcentaje que no pasaba del 7% en 2008) si bien existen fuertes diferencias por provincias que van desde el 2% de Cádiz hasta el casi 28% de Almería.

También señala CCOO que el conglomerado agroindustrial supone casi el 40% de las exportaciones andaluzas y tiene una contribución decisiva en el saldo comercial. El sector primario juega un papel muy relevante en relación con el equilibrio territorial y la conservación del medioambiente, resalta el estudio.

Según los datos aportados por CCOO, el empleo generado en el sector primario es asalariado y el porcentaje de asalarización ha subido de un 71'5% en 2008 hasta casi un 78% en 2016. El empleo agrario se ha masculinizado en los últimos años y apenas hay una mujer ocupada por cada tres hombres. También está envejeciendo y quienes no alcanzan los 35 años de edad suponen ya menos del 30% de la población ocupada. El envejeciendo del empleo agrario es generalizado pero tiene especial incidencia entre la población no asalariada, donde menos del 15% está por debajo de los 35 años y casi el 60% supera los 45 años. El aumento del empleo agrario de los últimos ocho años corresponde a población extranjera, que supone en 2016 el 25% del total, según se desprende del estudio.

La evolución del empleo en el sector agrario no es homogénea y, con independencia de las importantes oscilaciones típicas del sector, muestra una tendencia a concentrarse en las zonas donde predomina la agricultura intensiva más orientada a la exportación. Las comarcas con mayor peso del sector primario son las más despobladas y las únicas que continúan perdiendo población. Únicamente en algunas comarcas de la costa está aumentando la afiliación en el sector agrario, mientras que en el resto predominan los descensos de distinta intensidad, explica el informe.

A pesar de que en la tasa de paro por sectores no se incluye al paro de larga duración, la del sector primario se ha mantenido en los últimos años por encima del 40%, y en 2016 aún está en un 37’3%:

El problema de la sequía

El estudio, uno de los últimos trabajos realizados por Nicolás López, fallecido hace unas semanas, no se centra en las consecuencia de la falta de lluvias de los últimos meses en el campo andaluz y español. Según añaden fuentes del sindicato CCOO, la prolongación de la sequía ha tenido sus efectos en la aceituna de mesa y se vaticina que tenga también sus efectos negativos en la aceituna para la extracción de aceite de oliva ante las altas temperaturas que se han registrado afectando a la futura producción de la cosecha de olivar de aceituna para la producción de aceite de la campaña 2017-2018.

Estas dos campañas aportan el mayor número de empleos para los trabajadores agrarios por cuenta ajena en las comunidades autónomas donde se asienta el olivar (Andalucía, Castilla la Mancha, Extremadura, Bajo Aragón y Catalunya). La producción de aceituna de mesa se reducirá en un 11% con respecto a la campaña anterior, según avanza el sindicato, lo que significará una producción de 529.000 toneladas, es decir, un descenso en jornales del 10% (4.500 jornales/día) con respecto a la campaña anterior.

Según CCOO, la falta de precipitaciones también ha afectado al campo jienense en diferentes cultivos y ha tenido efectos en la campaña de algodón en el valle del Guadalquivir, aunque la incidencia en el empleo agrario es baja dada la alta mecanización de la recolección de este cultivo.

Temporalidad del 85%

Entre las conclusiones del informe se señalan que las fluctuaciones estacionales del empleo agrícola son especialmente intensas en Andalucía y propician también amplias oscilaciones en el paro, obligando a buena parte de la población activa a alternar períodos de ocupación y paro a lo largo del año.

La tendencia de la última década refleja que se está produciendo un cambio sustancial en la composición del paro agrícola, con la pérdida paulatina de Trabajadores Eventuales Agrarios Subsidiados (TEAS) y el incremento del paro registrado integrado principalmente por personas que no cobran ningún tipo de prestación o subsidio por desempleo. El paro agrario tiende a concentrarse en las zonas donde más crece la ocupación, mientras que desciende en zonas que pierden empleo por el descenso de los TEAS.

La tasa de temporalidad en el sector agrario andaluz roza el 85% en 2016,

porcentaje que viene creciendo desde 2011 y se aleja cada vez más del

resto de sectores y del sector agrario del resto de comunidades. De hecho, menos del 0'5% de los contratos que se firman cada año en la agricultura son indefinidos y la mayor parte de los temporales son de duración indeterminada o inferior al mes. En la provincia de Jaén los contratos temporales suponen el 99'9% de los contratos registrados.

En ese sentido, CCOO apunta que la “enorme precariedad” que siempre ha caracterizado al sector primario está “repuntando” en los últimos años y se aleja más aún de la media para el conjunto de la economía y del resto del sector en nuestro país. La siniestralidad laboral en el sector también se sitúa en los últimos años “muy por encima de la media en la economía andaluza” y con una “tendencia al alza” que viene propiciada por “el deterioro de las condiciones laborales”.

La “involución” de las condiciones laborales

El salario medio anual de la agricultura apenas supone el 40% de la media

para el conjunto de sectores en Andalucía, según la Contabilidad Regional. Las diferencias son mayores en las cifras que ofrece la Agencia Tributaria,

según las cuales el salario medio anual del sector primario fue de 4.303

euros en 2015.

“La prolongación de la crisis económica y las reformas laborales aplicadas está acentuando la enorme brecha que separa a las actividades primarias de las no primarias”, dice el informe, que denuncia que el indicador “más sangrante” es la frecuencia con la que se conocen casos muy graves de explotación laboral o de mano de obra inmigrante que malvive en condiciones de vida infrahumanas mientras intenta trabajar en el sector“.

“La deriva actual del mercado de trabajo en el sector primario andaluz es inadmisible socialmente y económicamente inviable a medio y largo plazo, pues difícilmente se puede sustentar una actividad productiva moderna sobre prácticas laborales que las economías desarrolladas superaron ya en siglos pasados”, sentencia el estudio.

También destaca que las rentas salariales en el sector primario quedan “muy por debajo de los ya bajos niveles salariales de la comunidad, debido a los pobres salarios fijados en convenio, los amplios períodos de paro a que obliga la fuerte estacionalidad del trabajo agrícola y la cada vez más reducida cobertura del desempleo”.

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