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Granada completa este lunes la 'desfusión' hospitalaria después de un año de movilizaciones

Jesús Candel (Spiriman) encabeza la manifestación contra la fusión hospitalaria

Álvaro López

Lo anunciaba la Consejería de Salud que dirige Marina Álvarez: el 26 de marzo Granada diría adiós a la fusión hospitalaria que tantos quebraderos de cabeza le ha dado al Gobierno de Andalucía. El día ha llegado y la realidad es que la llamada desfusión es un hecho a grandes rasgos. El viejo hospital de traumatología que con la fusión iba a pasar a ser maternidad ha terminado su remodelación y vuelve a ser traumatología. Mientras, los dos grandes hospitales (Virgen de las Nieves y Campus de la Salud) cuentan desde ya con urgencias finalistas, es decir, que pueden atender todo lo esencial que precise un enfermo.

Lejos quedan las movilizaciones de la plataforma Granada por su Salud que aglutina tanto a profesionales del sector como a ciudadanos y Justicia por la Sanidad, liderada por Jesús Candel, también conocido como Spiriman. Unas movilizaciones que superaron la decena y que en año y medio lograron revertir el modelo hospitalario que la Junta de Andalucía quería implantar en Granada. Hoy, analizamos con sus protagonistas cómo queda la distribución sanitaria.

Para entender la trascendencia de este 26 marzo hay que fijarse en los hechos que han tenido lugar en los últimos meses. Los primeros y más importantes, las masivas movilizaciones ya mencionadas. Las mismas dieron lugar a que la Consejería de Salud tuviese que hacer diferentes cambios dentro de su estructura destituyendo a cargos de relevancia. Salvo la dimisión de Cristina López, última gerente del Complejo Hospitalario de Granada resultado de la fusión, todo los demás dirigentes fueron invitados a abandonar sus puestos. El anterior gerente, Manuel Bayona; el que lo fuera del SAS, José Miguel Aranda; el viceconsejero de Salud, Martín Blanco; y días después el propio consejero, Aquilino Alonso, fueron a parar a la cuenta de saldo que logró la marea blanca con sus manifestaciones. Con un único superviviente, el delegado provincial de Salud en Granada, Higinio Almagro, todos los que participaron activamente en el proceso de fusión ya no están.

Razón por la que parecía cuestión de tiempo que el Gobierno de Andalucía tuviese que dar marcha atrás al modelo y hacer caso a la petición de “dos hospitales completos” con urgencias finalistas capaces de atender integralmente a cualquier paciente independientemente de su patología.

El acuerdo que lo hacía real se firmó el 7 de febrero de 2017. Un día después, Granada estrenaba gerente con Pilar Espejo y el 27 del mismo mes, la desfusión se hacía real en el BOJA. Por entonces los plazos aún no estaban del todo claros e invitaron a una última manifestación en octubre, pero lo cierto es que ya se trabajaba en acabar con la fusión. Lo primero que se hizo fue firmar dos gerencias incorporando a José Luis Gutiérrez para dirigir el nuevo hospital del Campus de la Salud dejando a Pilar Espejo como directora del Virgen de las Nieves. Después de eso, se comenzó a reordenar sobre el papel las 40 carteras de servicios a dividir entre los dos hospitales (Virgen de las Nieves y Campus de la Salud) y separar asistencialmente todas las unidades. Para paulatinamente ir poniendo en marcha esos cambios en el día a día real de cada uno. Un proceso que, a tenor de lo que asumen sindicatos y la plataforma Granada por su Salud, no ha culminado del todo pese a que desde este 26 de marzo se da por supuesto el final de la fusión.

Trabajo por hacer

Los representantes de CCOO, CSIF, Satse y la plataforma Granada por su Salud valoran qué es lo que falta a juicio de cada uno de ellos. Si bien, todos coinciden en que la desfusión a grandes rasgos ya es una realidad y cualquier ciudadano puede ser tratado integralmente en cualquiera de los hospitales sin importar su dolencia (algo que tenía que tener en cuenta durante la fusión). También coinciden en que aún queda trabajo por hacer. Especialmente en lo que se refiere al personal.

Denuncian abiertamente que el tamaño de la plantilla de profesionales se ha ido disminuyendo progresivamente. Hasta el punto de que, como señala Victorino Girela, del sindicato CSIF, sus estimaciones hablan de que faltan como poco 500 profesionales para atender al más del millón de pacientes a los que dan cobertura los hospitales granadinos. Lo que entienden, según Pepe Sánchez de Satse, es que con la fusión “se llevó a cabo una disminución de personal porque al fusionar los servicios no hacía falta contratar a más personal”. Félix Alonso, de CCOO, lo llega a calificar como “ERE encubierto”. De hecho, desde los sindicatos señalan que el número de profesionales ha decrecido desde que se empezó a gestar la fusión entre 2010 y 2012.

La falta de personal “se debe a la tasa de reposición”

Los actuales gerentes lo reconocen con matices. Pilar Espejo asume que “el número de personas que trabajaban de manera efectiva todo el año ha ido aumentándose” aunque “la tasa de reposición hace que los jubilados sólo puedan sustituirse por personal eventual, pero es algo que afecta a toda España”, concede.

Esa concesión habla del problema que también denuncian los sindicatos: la precarización del empleo. El personal eventual al que hace referencia Pilar Espejo es el mismo del que hablan las organizaciones sindicales para quejarse de que en esa situación “disminuye la calidad de la asistencia porque los trabajadores no saben cuánto tiempo van a estar”. Se hacen contratos de “unos meses” asegura el portavoz del Satse, lo que merma la capacidad para atender a los pacientes. No obstante, las camas y los pacientes se han vuelto a acumular en las urgencias este invierno.

Fuentes de Granada por su Salud van más allá y aportan datos. Según las estadísticas que aportan, el 61% de los facultativos atienden a la población que acude al Virgen de las Nieves mientras que el 39% restante hace lo propio con los del Campus de la Salud. Unas cifras que demuestran poco equilibrio en la distribución de la carga de trabajo entre los dos hospitales. Rafael Nieto, especialista en medicina nuclear, traslada su preocupación por la situación en la que se queda, tras la fusión, el Campus de la Salud en el que trabaja. Deja claro que no buscan “que el Virgen de las Nieves pierda capacidad de trabajo”, sino que el “Campus de la Salud no pierda lo que ya tenía y se vuelva a una situación peor que en 2014”. Porque este facultativo recuerda que en el origen, en 2012, el nuevo hospital iba a ser el resultado del traslado del viejo Clínico de San Cecilio más una inversión que sirviese para dotarlo de mejores medios y de una infraestructura mayor. Lo segundo se ha cumplido pero de lo primero quedan dudas.

Rafael Nieto argumenta que con el proceso de desfusión, aparatos como el de resonancia magnética de 3 Teslas han ido a parar a traumatología perteneciente al Virgen de las Nieves. Cuando en un principio estaba instalado en el Campus de la Salud. Un traslado que “además de suponer una inversión millonaria hace que, por ejemplo, los profesionales que trabajamos en medicina nuclear estemos perdiendo medios”. Cuando, según los datos que aporta la plataforma sanitaria, cada facultativo del Campus de la Salud atiende, en esta especialidad, a cerca de 100.000 habitantes por casi la mitad en el Virgen de las Nieves donde, sin embargo, ha ido a parar este aparato de alta tecnología.

Sobre dicha falta de equidad, el gerente del Campus de la Salud, José Luis Gutiérrez, responde a eldiario.es/andalucia que se trata de “tenerla en los servicios que tenemos en ambos hospitales pero no se puede tener en aquellos que son muy específicos”. José Luis Gutiérrez aclara que la resonancia de alta resolución se ha trasladado del Campus de la Salud porque fue donde estuvo en origen. Y que en todo caso, “vale dinero porque es lo que se ha pedido cuando se solicita que se pare la fusión y se vuelva al modelo anterior”.

El gerente responde también a la polémica surgida por la donación de dos aparatos de radioterapia donados por Amancio Ortega, después de publicar ABC que uno está sin uso y el otro aún permanece en fábrica. Niega la mayor: “Uno de ellos ya se está montando para sustituir a los viejos que había en el Virgen de las Nieves”. No obstante, recalca que la puesta en marcha de estos aparatos no puede ser en ningún caso inmediata. Que ha de hacerse por fases, porque se tarda “meses” y en ese tiempo tiene que haber tres de ellos funcionando. Porque además necesita supervisión especial al tratarse de material nuclear.

Un proceso de “complejidad extrema”

Pilar Espejo y José Luis Gutiérrez, gerentes de Virgen de las Nieves y Campus de la Salud respectivamente, coinciden en las dificultades vividas en el último año para poder llevar a cabo la desfusión. Sin embargo, ambos rechazan valorar cómo habría funcionado la fusión hospitalaria, porque según Pilar Espejo, “es aventurado porque fue un modelo inconcluso”. Lo corrobora su homólogo, con la certeza de que “la fusión también podría haber funcionado”. El mismo gerente recalca que con el anterior modelo “había una crisis de confianza” por lo que la desfusión ha tenido una complejidad “extrema” al haberse hecho en “un solo año”.

Sobre el futuro que se abre tras el fin de la fusión, José Luis Gutiérrez recalca que “la línea roja es que se garantice la equidad en el acceso y en los resultados”. Y agrega: “Una de las cosas más importantes es que a partir del día 26 lo único que podemos hacer es mejorar”. En ello Pilar Espejo incide al hablar del aumento en las listas de espera y el colapso de las urgencias: “No vivimos en Granada nada que no se viviera en el resto de Andalucía en la época de la epidemia de la gripe. No he visto un año de gripe que no digamos lo mismo como no he visto ningún invierno que no digamos que hace frío”. José Luis Gutiérrez considera importante “ver cómo lo hacemos para ofrecer mejor respuesta a quien lo necesita y ver cómo hacemos para que quien no lo necesite no venga”.

¿El fin de las movilizaciones?

Todos coinciden. Sindicatos, plataforma y gerencia descartan movilizaciones como las vividas el año pasado al menos en un horizonte cercano. Lo cual no significa que Spiriman, líder de la mayoría de ellas, haya cejado en su empeño de “desenmascarar” lo que él entiende como “procesos de corrupción dentro de la sanidad pública andaluza” a través de su asociación Justicia por la Sanidad. Por lo que continúa pidiendo dimisiones entre las que se encuentran las de los gerentes. De hecho, advierte que en abril dará “una gran rueda de prensa” en Madrid para “contarlo todo”. Sin embargo, a estos gerentes sus peticiones no les quitan el sueño y aseguran respetar cualquier manifestación: “No se puede despreciar, hay que tenerlo muy presente”.

Si bien concluyen que el movimiento liderado por Spiriman hace bueno el mantra de que es “fácil hacer llegar información interesada”. Para contrarrestarla, Pijar Espejo aporta su receta: “La incertidumbre se quita con información veraz. En el mundo de los profesionales de la salud la evidencia ha de ser científica. Tenemos que hablar con rigor”.

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