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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Granada recurre a las cámaras en la calle ante el problema de las pintadas

Puerta de Las Pesas

Valme Cortés

Granada, en principio, podrá contar con cámaras en la calle para vigilar parte de su patrimonio y luchar contra el problema de las pintadas. La Comisión de Garantías de la Videovigilancia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha acordado este viernes solicitar al Ayuntamiento de la ciudad, que ha presentado un proyecto para poder instalarlas, un informe técnico complementario detallando más aspectos de esa petición que se centra sobre todo en el barrio del Albaicín con el fin de evitar actos vandálicos, fundamentalmente pintadas.

En principio, lo comisión considera que la solicitud puede “responder a los principios de idoneidad, intervención mínima y proporcionalidad que requiere la Ley” y por eso considera que podría estar “justificada”, según ha informado el TSJA tras la reunión mantenida.

La capital granadina hace años que convive con ese problema. La Fiscalía Superior de Andalucía ya mostró su preocupación por el hecho de que el 64% de los Bienes de Interés Cultural (BIC) tuviera grafitis, era el año 2011, y desde entonces poco se ha avanzado en ese sentido. El Ayuntamiento quiere, por ello, instalar varias cámaras.

Y aunque esta petición no es nueva, es ahora cuando la comisión la considera viable, si bien la documentación obrante en el expediente que le ha remitido para solicitar este proyecto “no contiene todos los elementos para que pueda emitir su dictamen”. Le piden al Ayuntamiento que especifique los siguientes elementos técnicos: la definición genérica del ámbito físico susceptible de ser grabado y ubicación concreta de las cámaras, el tipo de cámara y sus condiciones técnicas, el período de tiempo en el que se pretenda efectuar las grabaciones así como la cualificación de las personas encargadas de la explotación del sistema de tratamiento de las imágenes y sonidos.

Cuando todo eso se haya remitido a la comisión, se emitirá el dictamen correspondiente. La nueva reunión se ha fijado para el próximo 17 de febrero.

Es cierto que no sólo Granada sufre el problema, pero sí que es la que lo sufre de forma más grave, según los datos de las memorias de Fiscalía. Ni Policía Local destinada a ello, ni la colaboración ciudadana, que es obviamente insuficiente, ni campañas de concienciación. El caso es que la ciudad, con el turismo como principal reclamo, está manchada por las pintadas.

El Ayuntamiento, que gobierna desde hace cuatro mandatos el PP, aunque ahora está en minoría, puso en marcha hace un año un plan para difundir por un lado el arte urbano, que lo hay, por ejemplo con las obras de El Niño de las Pinturas, y por otro, controlar esas pintadas que ensucian la ciudad. Una aplicación móvil (Granada Grafiti) indica los lugares donde se pueden ver y también sirve para notificar al Consistorio las pintadas a eliminar.

Por ahora todo ha sido insuficiente, por lo que el Ayuntamiento ha ido más allá. Apenas una veintena de denuncias penales en casi dos años se han registrado en Granada. Por ello el Gobierno municipal ha pedido instalar seis cámaras en el Albaicín, un barrio declarado Patrimonio de la Humanidad pero duramente castigado por este problema, aunque no sea el único.

El expediente presentado, que se ha pedido completar por parte de la comisión, prevé la colocación en seis puntos. Grabaría imágenes, por tanto, en las puertas de Las Pesas (siglo XII), Monaita y Elvira (siglo XI), el Aljibe del Zenete (siglo XVI) y el entorno del Palacio de Dar Al-Horra, que tendría dos por sus dimensiones.

Un intento previo fallido

Un intento previo fallidoNo es la primera vez que el gobierno del PP lo intenta. En 2008 ya obtuvo la negativa de la comisión. Entonces la instalación de cámaras fue una petición para el centro comercial abierto y pretendía garantizar la seguridad ciudadana y también luchar contra este tipo de vandalismo. Se planteó entonces la instalación de unas 15 cámaras por el centro, pero primó preservar la intimidad y libertad de los ciudadanos frente a la seguridad. Según la propuesta remitida esta vez al TSJA, las cámaras contarían con sensores que sólo grabarían cuando cambie la textura de un monumento o haya movimientos extraños en su entorno, con el fin de no afectar a la intimidad.

El barrio histórico no es el único que sufre el problema y de hecho hace unas semanas una gran pintada apareció en la fachada lateral de la Curia Metropolitana, en plena plaza de las Paniegas, donde está la Catedral, de nuevo en un BIC.

El Ayuntamiento aprovechó la ocasión para reclamar al TSJA que se agilizara la tramitación del citado expediente, al tiempo que el Arzobispado denunció la pintura ante Fiscalía.

El problema por tanto es grave y de difícil solución. En una nueva medida, el Ayuntamiento ha propuesto recientemente que las multas por los grafitis, que se han elevado de cuantía, se puedan conmutar por limpieza. Las sanciones leves y graves, que es a las que se puede aplicar este supuesto, tienen multas de entre 751 y 900 euros. Las muy graves o las ocasionadas por reincidentes quedan fuera de esta propuesta.

La idea es que se pueda imponer a menores infractores (de entre 14 y 18 años) dos horas de servicios comunitarios por cada 50 euros para concienciar y formarlos en vez de sancionarlos económicamente.

Subvenciones para limpiar fachadas y muros a disposición de grafiteros para, previo permiso municipal, poder actuar sobre ellos son otras de las medidas planteadas.

Las sanciones administrativas son más comunes, pero estos delitos, que a veces lo son, permanecen casi “invisibles” al derecho penal, como ha reiterado el fiscal superior de Andalucía, Jesús García Calderón.

La frontera entre el arte y vandalismo se desdibuja en ocasiones, como le ha ocurrido a El Niño de las Pinturas, que ha sido aplaudido, promocionado y sancionado por el mismo Ayuntamiento. El problema es que el daño, en muchos casos, va más allá de la imagen turística, ya que son bienes con materiales de difícil limpieza cuyas tareas requieren además supervisión.

Si las cámaras disuaden o no está por ver, aunque es cierto que en los monumentos que cuentan con ellas la incidencia es menor. La comisión, en cualquier caso, va a ser meticulosa. Málaga es la única ciudad andaluza con una instalación de características similares y necesitó tres intentos y una detallada documentación para lograr la autorización.

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