VÍDEOS | Economía colaborativa, un modelo empresarial en auge

A menudo escuchamos que la clave del éxito está en saber adaptarse a las circunstancias. Salir de la zona de confort y adquirir nuevas actitudes acordes a lo que nos rodea. Hablamos del terreno personal, laboral e incluso en nuestra vida social.

Fruto de esta filosofía surgen nuevos modelos de negocio. El consumo o economía colaborativa es un buen ejemplo. La irrupción de las nuevas tecnologías, además de propiciar una mayor conexión entre toda la comunidad, ha facilitado el acceso a bienes y servicios de todo tipo. El intercambio de bienes o servicios, que es lo más característico, no es nada nuevo, pero las plataformas digitales han ayudado a su explosión. Según datos ofrecidos por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, las organizaciones inmersas en este nuevo modelo económico movieron en torno a los 3.500 millones de dólares en todo el mundo (un 25 % más que en 2012).

Archiconocidas son plataformas como BlaBlaCar y Airbnb, pero más allá de los gigantes hay muchas otras plataformas que pertenecen al universo colaborativo. Por ejemplo Ecofoodnet, una red social para intercambiar comida casera a cambio de puntos canjeables. También entra en juego la valoración entre usuarios, algo característico del consumo colaborativo.

Un abanico mucho más amplio tiene Obsso, una app para intercambiar objetos que no usamos y que supone el primer mercado sin dinero de Europa. Trueque y consumo colaborativo para que todos los usuarios encuentren aquello que buscan a cambio de lo que no usan.

La cultura también tiene un hueco en el nuevo escenario colaborativo a través de Youfeelm, una plataforma de cine a demanda en sala. Los usuarios pueden promover la proyección de la película que deseen en una sala de su ciudad. A la misma vez hace posible que obras inéditas o con dificultades de distribución lleguen al público.

Otra iniciativa en la que la filosofía colaborativa impera es Myfixpert, una plataforma que facilita al usuario la reparación de sus dispositivos tecnológicos sin salir de casa. Tan solo tiene que especificar qué le ocurre y varios técnicos ofrecerán un presupuesto. Será el cliente el que elija entre ellos para posteriormente recibirlo en su propia casa. Un modelo de negocio que facilita las cosas al usuario a la vez que da más posibilidades de trabajo a los técnicos.

La economía colaborativa, sin embargo, no solo encuentra hueco en la red. Aunque las nuevas tecnologías hayan facilitado su crecimiento, también puede trasladarse a la economía local. Es el caso de Jimena de la Frontera, un pueblo blanco de la provincia de Cádiz donde han creado una moneda local. Los vecinos recuperan así la cultura del trueque con el jimeno, que así se llama la moneda, y que se consigue mediante la prestación de servicios o la venta de productos artesanos y de segunda mano.

Nuevos modelos económicos como alternativa a los habituales. Con la filosofía de la eficiencia y la participación como aderezo. Y, una vez más, con las nuevas tecnologías con un papel destacable en la sociedad.