Enfermos de cáncer piden que se renueven y amplíen los equipos de radioterapia en Huelva
Entre la localidad onubense de Santa Olalla del Cala y la capital de la provincia hay 155 kilómetros. Un paciente con cáncer que necesite radioterapia para su tratamiento tiene que recorrer esa distancia para llegar al hospital Juan Ramón Jiménez. PAra ello cuenta con un servicio de ambulancia público. Pero si no funciona el servicio, son 310 kilómetros en una jornada que no han servido para nada, una situación que se ha vivido en el centro onubense al menos tres veces desde mediados del pasado agosto, y los pacientes han empezado a protestar y a pedir no sólo que se amplíen los equipos, sino que se cuente con más máquinas, y no sólo en la capital.
Sólo en grandes centros hospitalarios
La Delegación de Salud en Huelva, que habla en algunos casos de “ajustes” y no de averías, recuerda que este tipo de equipos sólo pueden funcionar en grandes centros hospitalarios por la infraestructura que precisan. Descartado que puedan estar en un hospital como el Comarcal de Minas de Riotinto, situado a las puertas de la comarca de la Sierra, y con ningún tratamiento derivado a Sevilla, las dos máquinas del Juan Ramón Jiménez son las únicas que realizan el servicio en la provincia. La Junta sostiene que la ratio de la provincia es la adecuada.
Sin embargo, los propios enfermos de cáncer que reciben radioterapia en el hospital onubense han denunciado las constantes averías en el acelerador lineal que aplica sus tratamientos. El pasado viernes se estropeaba por tercera vez en tres semanas. Lo denuncia, como portavoz, una de las enfermas, Esperanza Benítez, una mujer vecina de Lepe que se quedó esa semana sin terapia durante cuatro días por este motivo.
“Las averías en este servicio son una constante, pero a veces son especialmente graves, ya que el día antes fue fiesta en Huelva, los fines de semana no hay radioterapia, de modo que el tratamiento se interrumpe durante cuatro días, con lo que nadie nos puede garantizar su eficacia”, explica, para recordar que el pasado agosto se tardó tres días en solucionar el problema, “y mientras que algunos pacientes recorren treinta kilómetros, otros tienen que recorrer decenas de kilómetros para recibir el tratamiento y en numerosas ocasiones tienen que darse la vuelta sin haber recibido la sesión”.
Avisos a tiempo
A veces, explica Esperanza, los enfermos son avisados a tiempo para que no se desplacen, o para cambiarles la hora. La información, dicen, la tienen por vía de los propios trabajadores del hospital, que les han dicho que la maquinaria fue adquirida en torno a 2007 y se estropea por el propio uso; y que esperan renovar los equipos en enero con la donación de la Fundación Amancio Ortega, que en mayo pasado firmó un acuerdo con la Junta para destinar 40 millones para la instalación de 25 aceleradores lineales para radioterapia en la región.
Tras cuatro días sin radioterapia, Esperanza pudo recibir su sesión en la tarde del pasado lunes. Usa la misma máquina que cuando contrajo la enfermedad por primera vez en 2009. La Junta sostiene que la vida útil de estos aparatos supera el tiempo que estas máquinas llevan funcionando en Huelva. De hecho, cuando en enero se inicie el proceso de renovación, se cambiará una de ellas por una de las nuevas.
Irradiación
Con respecto a las averías, Salud confirma una, registrada el pasado 22 de agosto, que califica como “leve” y dice que se resolvió en pocas horas. La última, la de la pasada semana, no se centró, explican, en el acelerador, sino en la puerta de acceso al búnker donde está instalado el equipo, por lo que “la máquina, al no detectar que la puerta está correctamente cerrada, no irradia para evitar accidentes, ya que es una instalación altamente segura”.
En este sentido, han indicado que el hecho de contar con un segundo acelerador permitió tratar a los pacientes en esa segunda máquina, alternando los tratamientos. La avería de la puerta se solucionó cuatro días después, y el martes se volvió a la normalidad.
“En casos como estos se aplica el mecanismo de compensación, que se sigue de forma habitual cuando no se pueden llevar a cabo las sesiones, como es el caso de los festivos o cuando los pacientes no pueden acudir a la cita por algún motivo”, dice la Junta.
Añade que los equipos de radioterapia (aceleradores lineales) son un equipamiento de alta tecnología, con búnkeres de protección y cualificación profesional que solo se pueden ubicar en las unidades de referencia provinciales. “Pasa así en toda Andalucía y el resto de España, y por volumen de población y ratios, a Huelva le corresponden los dos que tiene”, señala Salud.
Ambulancias
Sobre el traslado de los pacientes, concreta que hay una red de ambulancias de transporte secundario que los desplazan desde sus localidades de origen al hospital si fuera necesario para que accedan a los equipos, algo parecido a lo que sucede con la hemodiálisis.
La Junta pone el acento, por último, en que desde que Huelva tiene estos equipos desde hace más de 15 años, ya no es necesario derivar a pacientes a Sevilla.