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VÍDEOS | Victoria animalista en Cazalilla (Jaén): la pava no se lanza, la pava se pasea

Ana Sola

Finalmente los animalistas parecen haber ganado la batalla de la pava de Cazalilla al conseguir que no se lanzara desde el campanario de la iglesia como se ha venido haciendo desde hace más de un siglo. No ha sido en los juzgados, ni con enfrentamientos como el pasado año, sino calando en la conciencia de quien tenía en su mano evitar el acceso a la torre de la iglesia.

Una veintena de miembros de la Coordinadora Animalista de Jaén (CAJ) han participado desde las cinco de la tarde en una concentración donde los agentes de la Guardia Civil los doblaban en número. Se encontraban a casi tres calles de distancia de la plaza donde cada año tiene lugar el lanzamiento de la pava. Portaban cartulinas en las que se podía leer: “Quien es cruel con los animales no puede ser buena persona”, o “Que no hablen no significa que no sientan”. Al tiempo coreaban cánticos como “yo no me divierto con el sufrimiento” contestados por algunos vecinos que les recriminaban que el pasado año la pava sufriese porque ellos se la llevaron tirando del animal.

Una hora después, en otro punto de la localidad, finalizaba en la plaza la procesión del patrón, San Blas, lo que cada año ha marcado el punto de inicio para el lanzamiento de la pava desde el campanario y así lo esperaban cientos de personas que la abarrotaban, mezclados con gran cantidad de medios de comunicación y agentes de la Guardia Civil.

A pesar de los cánticos pidiendo el lanzamiento, incluso de personas que desde los balcones de las casas saludaban con pañuelos blancos, no se conseguía ver actividad en el campanario y los presentes, cansados de mirar hacia arriba y ante el rumor de que la puerta de la torre estaba cerrada, fueron abandonando el lugar.

“Sí, sí, sí, la pava ya está aquí”

Poco antes de las siete de la tarde, entre el desconcierto de las personas que aún permanecían en la plaza, se ha producido un tumulto en una de las calles junto a la iglesia y ha aparecido una persona llevando una pava blanca cogida de las patas, a la que ha paseado por la plaza rodeada de gente. Después ha salido de la misma y ha continuado por una de las calles seguido por cientos de personas que coreaban “sí, sí, sí, la pava ya está aquí”.

Un hecho insólito en esta localidad que ha sido recibido de distinta forma por sus habitantes. Mientras algunos consideraban que de alguna forma se ha cumplido con la tradición, o que incluso decían que lo importante es el santo y no la pava, otros, descontentos, la han tomado con los animalistas concentrados a los que les han echado la culpa de lo sucedido.

Al final, gracias a la presencia de la Guardia Civil, que ha desplegado en el pueblo un dispositivo de medio centenar de agentes, sólo ha habido algunos enfrentamientos verbales entre detractores y partidarios, pero sin altercados.

Los vecinos siempre han negado que la pava sufra maltrato, incluso los comentarios antes de la hora prevista para el lanzamiento eran de ese estilo, asegurando que el que la cogía la alimentaba y cuidaba hasta que moría de vieja. Pero lo cierto es que hace años que la Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales (ANPBA) denuncia esta práctica. Desde ANPBA han llegado a proponer al Ayuntamiento que en el acto se sustituyera la pava por cajitas en las que se incluyeran papeletas, o que se lanzara simbólicamente una pava de plástico.

También sus denuncias obligaron a la Consejería de Agricultura a sancionar a la persona que lanzaba la pava con una multa de 2.001 euros, el mínimo previsto para estos hechos, dinero que se pagaba cada año en el pueblo a través de una cuestación popular.

En los últimos meses el Partido Animalista Contra el Maltrato Animal aumentó sus protestas contra esta tradición, consiguiendo reunir más de 51.000 firmas que entregaron a la Delegación del Gobierno pidiendo que se prohibiera. Se reunieron con el obispo y con el subdelegado del Gobierno. También llevaron la práctica a los juzgados, pidiendo medidas cautelares. Que esta misma semana el juzgado número tres de Jaén acordaba no adoptar, al considerar que el animal “no sufre daño” y que “resulta más que dudoso entender que el mero acto de lanzamiento de una pava sea delito de maltrato animal”, remitiendo los hechos a la vía administrativa.

Cuando parecía que un año más la pava revolotearía por los tejados de la plaza de Cazalilla, como ha hecho cada 3 de febrero desde hace más de un siglo, para sorpresa de casi todos, les ha sido imposible acceder al campanario. De esta forma, la pava no se ha lanzado sino que se ha paseado por el pueblo.

Así protestaban colectivos animalistas antes de lo que se preveía, otro año más, como otro lanzamiento de la pava: “Yo no me divierto con el sufrimiento”, coreaban:

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