Siguiendo la huella de mujeres que hicieron historia en Jaén

Rosario, Encarnación, Amalia, Pilar, Mari Luz, Concha, Chari, Dolores, Josiane… son algunos de los nombres de las mujeres que han formado parte de la historia de la ciudad de Jaén. Mujeres pioneras, luchadoras, solidarias, que han sido recordadas hoy en un itinerario por la ciudad siguiendo no sólo sus pasos físicos sino también simbólicos.

El acto, organizado por diversos colectivos feministas de Jaén con motivo del 8 de marzo, ha comenzado a las 11 de la mañana en la plaza de la Magdalena con una presentación de Carmen Molina y para recordar a Rosario Soto, una mujer que durante la República y primeros años de la Dictadura ayudó e incluso albergó a familias necesitadas del barrio. 

A continuación, medio centenar de personas han escuchado las explicaciones y recordado algunos de los nombres de las mujeres que atendían el viejo hospital de San Juan de Dios. Hoy un lugar de cultura, donde se ha puesto de manifiesto que en la época en la que estaba en funcionamiento como lugar de salud, uno de los requisitos para que las mujeres pudieran ejercer la enfermería es que fueran solteras o viudas.

Dentro del barrio, un poco más adelante, la tercera parada ha sido en el edificio donde se encuentran los Baños Árabes,  antiguos lavaderos y orfanato. Allí no solo se ha recordado a mujeres anónimas, sino también a la matrona Encarnación Rueda Herrera.

Amalia López, ha sido la protagonista de la cuarta parada de este itinerario con el que se ha querido recordar a las mujeres a través de los espacios concretos en los que desarrollaron su vida: sus barrios, sus lugares de trabajo, los lugares en los que desarrollaron su actividad política, sindical, artística, profesional.

Precisamente, en el barrio de la Merced, en el número dos de la calle Obispo Arquellada, instaló Amalia en 1860 el que fue el primer estudio profesional de fotografía de una mujer en España. En su domicilio, junto a la imprenta de su marido, Amalia retrató a las familias de la época, hacía tarjetas de visita e incluso fotos potsmorten. Una almeriense que llegó a Jaén con apenas 20 años, recién casada con un viudo editor. Esta joven aprendió la técnica de la fotografía del conde de Lippa, un capitán del ejército polaco exiliado en Francia.  

Unas calles más abajo, ante el Ayuntamiento de la ciudad, las palabras han sido para tener en cuenta a las concejalas de los primeros mandatos democráticos tras la dictadura: Pilar Palazón, Rosario Ramírez Mora, Mari Luz Tirado. Y en frente,  en la Plaza de Santa María, se ha recordado a Concha Caballero y Chari Vicente, ambas pertenecientes al Partido Comunista.  

De un tiempo más atrás es Dolores García-Negrete, que ha sido recordada en la calle Ramón y Cajal, lugar donde vivía con su familia. Madre de 23 hijos, de los que llegó a tener vivos a la vez 14, fue una política comunista, fusilada el 1 de marzo de 1940 en el cementerio de san Eufrasio. Afiliada a UGT, era conocida como “Dolores la Bella”. El historiador Miguel Sánchez Tostado la define como mujer “de formación religiosa pero profesando una fuerte empatía por el ideario republicano y de todas las causas sociales de su época”.

El itinerario, que se ha alargado durante más de tres horas, ha finalizado en la Plaza del Pósito, recordando a Josiane Phelix. Galerista francesa, afincada en Jaén durante más de cincuenta años y directora de la Sala de Arte Jabalcuz entre los años 80 y 2003.

Allí se ha destacado su empoderamiento como mujer, en una época, del siglo XX en la que las mujeres son infravaloradas en las galerías de arte, donde su trabajo no es visible. De ella dice su hijo José Olivares que “Josiane lo que quiere y lo que le importa en el fondo, es crear una identidad que distinga a los pintores de su territorio y, como no se contaba con una situación geográfica privilegiada, lo que había que hacer era salir, salir, sin complejos y con valentía, a buscar las oportunidades ”.

El itinerario “Siguiendo sus huellas” ha permitido hoy a decenas de personas recordar, o tal vez reconocer por primera vez, a algunas de las mujeres que hicieron la historia de Jaén,  siguiendo sus huellas físicas de los lugares por los que pasaron y pisaron, y sus huellas simbólicas, de lo que significaron sus vidas, según ha asegurado Carmen Molina. Mujeres que sin saberlo, abrieron espacios vetados a las mujeres, que después se han ido ensanchando con la incorporación de muchas más.