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Ocho gráficos y un testimonio de que encontrar trabajo antes de los 35 sigue siendo díficil

Javier Ramajo

Los jóvenes andaluces no parece que se estén beneficiando de la supuesta mejora del mercado laboral que se pregona desde hace meses desde el Gobierno pero que los datos se empeñan en rebatir. Así queda de manifiesto en el informe Jóvenes y mercado laboral andaluz’ publicado por CCOO Andalucía. Tan sólo hacen falta unos cuantos datos y gráficos, elaborados a partir de cifras oficiales, para comprobar que el optimismo a la hora de que los jóvenes se labren un futuro adecuado está aún complicado. El empleo sigue estando marcado por la temporalidad, la precariedad y la eventualidad.

Durante bastante años en activo en el Consejo de la Juventud de Andalucía, Álvaro habla con conocimiento de causa. Tiene 26 años y trabaja “con las mismas dificultades” que muchos otros jóvenes andaluces. “La mayoría de mis amigos de aquí o bien trabajan fuera o bien tienen una situación complicada, no se dedican a aquello para lo que se han formado o no tienen un empleo de calidad. Muchos tienen una preparación más que cualificada, con una preparación por encima de lo que exige el mercado”, apunta. “Los contratos o bien no se cumplen o no se reflejan las condiciones acordadas, y se producen bastantes abusos”, y añade: “no conozco a ningún joven que esté ejerciendo en un trabajo para el que se ha preparado o formado y esté contento con sus condiciones laborales”.

De hecho, la población en edad de trabajar que no alcanza los 35 años viene manteniendo una tendencia descendente en la última década, que en la Encuesta de Población Activa (EPA) reduce su número en Andalucía por debajo de los 2 millones de personas (a principios 2014) y recorta hasta 1.919.400 personas (en la media de 2015). La tendencia implica caídas interanuales que superan el 2’5% durante los últimos seis años, contrastando con el incremento que continúa mostrando la población que supera los 35 años, cuya cifra total se va aproximando a los 5 millones, aunque el ritmo de crecimiento es cada vez menor y apenas supera ya el 1% anual. Es decir, un creciente envejecimiento de la población en edad de trabajar. La aportación de los menores de 35 años sigue desplomándose por debajo del 28% en los últimos trimestres, cuando hace una década se superaba el 36%.

Tasa de actividad en continuo descenso. Hasta la llegada de la crisis, la tasa de actividad venía aumentando, tanto en quienes no alcanzan los 35 años como entre quienes los superaban, pero a medida que se prolongaba la crisis la tasa de actividad ha ido cambiando de tendencia y en los últimos años es ya claramente negativa, pasando de superar el 71% en 2008 a menos del 67% en 2015:

Prolongación de estudios. Las estimaciones de la EPA muestran, según CC.OO, que la prolongación de los estudios es la causa que explica en gran medida la más tardía incorporación de jóvenes al mercado laboral. Y es que el 55% de quienes tienen menos de 25 años continúa estudiando y sin buscar empleo, porcentaje que al principio de la crisis el 40%:

Un 44% de empleo juvenil perdido. Las personas menores de 35 años alcanzaron su mayor cifra de ocupación en Andalucía durante 2007, con 1.356.500 personas jóvenes ocupadas. Sin embargo, en los seis años siguientes se produjeron caídas ininterrumpidas de ocupación hasta quedar la cifra en 2013 en 760.100 personas menores de 35 años ocupadas, lo que implica un desplome del 44%. Durante estos mismos seis años, el descenso acumulado de la ocupación en la población mayor de 35 años no llegó al 4%. En los dos últimos años creció la ocupación de mayores y menores de 35 años pero, mientras en los primeros aumentó un 10%, en los menores no se llegó al 2%:

Tasa de paro, 11 puntos mayor. La tasa de paro alcanzó sus niveles más elevados en 2013 cuando superó el 45% como media anual para menores de 35 años. En los dos años siguientes se redujo hasta el 39’2% de media en 2015, lo que implicaba un descenso significativo pero, según el informe, “poco dado a la autocomplacencia ya que se mantiene lejísimos del 16% que se rondaba al inicio de la crisis”. La tasa de paro de menores de 35 años se mantiene más de 11 puntos porcentuales por encima de la población que sí supera esa edad:

Nueve puntos más que la media nacional. Es conocido que la tasa de paro de Andalucía viene siendo superior a la media nacional en todos los tramos de edad. En 2015, los grandes grupos de edad mantuvieron diferencias que rondaban los 9 puntos porcentuales. La principal excepción se corresponde con quienes no llegan a 20 años, que mantienen un diferencial que supera los 6 puntos porcentuales:

Más temporalidad que antes de la crisis. La tasa de temporalidad muestra en los últimos años un repunte generalizado pero es mucho más acentuado entre los colectivos de menor edad, explica el informe. En los menores de 25 años se acumulan tres años de fuertes subidas y la tasa de temporalidad pasó de menos del 70% en 2012 a un 83% en 2015, cifras que superan ampliamente a las tasas previas a la crisis. Entre los jóvenes que pasan de los 25 años sin llegar a 30, la subida es también muy acusada, mientras que el 60% que se sobrepasó en 2015 está igualmente muy por encima de los niveles previos a la crisis. Por encima de los 30 años de edad, las subidas de la temporalidad no son tan elevadas como entre los más jóvenes y las tasas de temporalidad aún no alcanzan los niveles máximos que se padecían antes de iniciarse la crisis:

Descenso de contratos indefinidos. Antes de la crisis, solo el 6% de los contratos de trabajo que se registraban en Andalucía eran indefinidos. Ese porcentaje ha ido disminuyendo a lo largo de los últimos años hasta caer por debajo del 4% en el último lustro. El descenso ha sido más pronunciado entre las personas más jóvenes, y ha caído por debajo del 3% para menores de 30 años y baja hasta rozar el 2% en quienes no superan los 25 años de edad:

Los salarios, cuesta abajo. Según los últimos datos publicados, referidos a 2014, el salario medio anual que se percibe en Andalucía habría bajado hasta los 14.365 euros, lo que implica un descenso próximo al 8% respecto a los 15.592 euros alcanzados en 2008, tras seis años con descensos ininterrumpidos. Sin embargo, la retribución media que percibe la población asalariada que no alcanza los 26 años es de solo 4.638 euros anuales, menos de la tercera parte del salario medio. En el conjunto de los últimos siete años, el salario de las personas más jóvenes acumula un descenso próximo al 38% y ha pasado de equivaler a casi la mitad del salario medio andaluz (49’5%) a menos de un tercera parte (32’3%):

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