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“Siempre se ataca a la libertad de expresión ejercida en un sentido: el de la gente de a pie hacia estructuras de poder”

Arkano

Javier Ramajo

Le pillamos de paso por Sevilla antes de firmar ejemplares de su segundo libro, 'Castillos en el espacio', de Ediciones Martínez Roca, donde se desnuda con versos intimistas. Interrumpen la entrevista telefónica unos altavoces del centro comercial en el que se encuentra y que, por un momento, se asemejan a los de una estación. “No, no me estoy fugando con Valtònyc”.

La broma de Guillermo Rodríguez (Arkano) sobre el rapero mallorquín se produce apenas unas horas después de que la causa contra el cómico Dani Mateo por sonarse la nariz con una bandera de España haya sido archivada. Guille, joven alicantino de 24 años referencia del rap y de la improvisación, no evita ningún tema. Sólo se queda callado en su 'Poema a la libertad de expresión en España', la única página en blanco de un libro plagado de reflexiones, anhelos, sentimientos y experiencias vitales donde las libertades, el tiempo, el amor y las apariencias juegan un papel importante. “El confeti de la verdad”, le llama Marwan en el epílogo.

¿Ese poema es una clara reivindicación a lo que está pasando en nuestro país?

Es una referencia muy clara a lo que está pasando en España en los últimos años. Ya lo veíamos con las portadas de 'El Jueves' secuestradas por hacer parodia de la monarquía. Es absurdo. Y la persecución a cómicos, músicos, raperos, es tremenda. Era necesario incluir algo así en el libro. Siempre se ataca a la libertad de expresión en un sentido: el de la gente de a pie hacia las estructuras de poder.

¿Nos dirigimos entonces al 'hipatético' futuro que dibuja en uno de sus textos?'hipatético'

Todo empieza como una broma y así suele pasar en los problemas más graves. Se empieza como algo leve, poco a poco se va introduciendo, se va normalizando y es cuando ese hipatético futuro se cumple. Entra de manera subrepticia y de repente toma una forma sólida contra la que ya es más difícil luchar. Creo que es un síntoma, ya no de España, sino del mundo en general. La historia nos ha dado muchísimas lecciones y parece que nos empeñamos en olvidarla. También pasa a nivel personal. ¿Cuántas veces hemos dicho que no íbamos a volver a hacer una cosa de una relación y a los años te ves haciendo lo mismo en otra relación? Parece que el ser humano es así.

El libro tiene un enfoque muy personal, ¿qué texto le ha costado más trabajo publicar?

Hay cosas que me ha costado mucho contarme a mí mismo, me ha costado escribirlas y mucho más me ha costado publicarlas, ya no por la gente que me sigue sino por mis amigos y familiares. Normalmente tendemos a proteger a nuestros amigos, a nuestra familia, a mostrar nuestra mejor cara, y aquí hay cosas bastante oscuras de mi vida. Pero, bueno, al final me lo planteé como que esta es mi historia, este soy yo, y si quiero transmitir mi verdad mediante el arte tengo todo el derecho del mundo, así que vamos allá.

Un joven de su edad lo hubiera colgado directamente en alguna red social, ¿no cree?

Las redes sociales están prácticamente configurando cómo nos comunicamos hoy en día pero, dentro de los constructos sociales, están estableciendo la losa de lo que es la definición de éxito. Estamos viendo a gente feliz todo el día, estamos recibiendo estímulos breves e impactantes que nos hacen estar pendientes de una pantalla continuamente. Creo que nos están aislando, metiendo en una burbuja y nos están alejando de la sociedad. Yo estoy ahora en un proceso de desconexión de las redes sociales para intentar vivirlas de la manera más sana posible.

¿Su libro se puede considerar un especie de biografía en verso?

Lo bonito del arte, para mí, es que seguramente yo esté intentando contar una historia con cada uno de los textos y, según la persona que lo lea, generará una historia distinta. De una historia nacerán mil historias diferentes. En la contraportada hablo de crear vida, de que una idea genere tantas cosas ajenas a mí.

¿Esa ha sido la intención a la hora de publicar el libro?

Uno de los grandes problemas del mundo en el que vivimos es el de que siempre le queremos encontrar una intención a todo. Compartir todo lo que tengo dentro no tiene ningún tipo de intención literaria y obviamente tampoco económica porque dime tú qué voy a ganar vendiendo libros. No hay nada más allá que sacar lo que llevo dentro y, lo que es más importante de nuestra existencia, intentar impactar en otros seres humanos. Ya solo con que una persona venga a una firma y me diga que le ha servido para plantearse tal o cual pregunta, o sentir determinada cosa, ya es un logro. Pero como finalidad, de verdad que no hay intención concreta.

El amor está muy presente en la obra. Incluso habla del poliamor como ideal.

Para mí el poliamor es un objetivo, un horizonte. A nivel personal no me siento capaz de practicarlo, pero me parece de gente evolucionada. Cargamos con muchas losas a nivel social de las que es muy difícil escapar. A nivel conceptual, racional, entiendo que es un constructo artificial al que estamos adheridos, que percibimos como algo natural o divino, pero que sería ideal que pudiéramos salir de eso. De ahí el título del texto en el que hablo de ello.

¿Qué otras losas cree que nos suelen acompañar?

La culpabilidad. Todo lo que nace de la culpabilidad. Cuando empezamos a tirar del hilo hasta su origen, vemos que nace de una losa a nivel social. Le puedes ver más sentido o le puedes ver menos, pero no es más que un constructo social. Hay algunos que son útiles, pero hay otros... Por ejemplo, las mujeres tienen muchísima culpabilidad asociada que es absurda, que no tiene ningún puto sentido.

¿Cómo ve el panorama político actual?

Se están cruzando líneas que pensaba que a nivel público no se iban a cruzar, por ejemplo con la violencia de género. Aunque hubiera partidos que se intuyera que a nivel interno o la gente que les seguía tenían esas conversaciones en privado, nunca hubiera pensado que de verdad ciertas afirmaciones fueran a pasar a la esfera pública. Algunos dirigentes de partidos como Vox, cuando hablan en público, representan la típica conversación casposa de barra de bar.

También le dedica un texto a sus mayores.

Muchas veces es muy complicada la relación que tenemos con nuestros mayores por la brecha generacional. Pero la lanza que rompo a su favor es que ellos no han tenido las herramientas de educación emocional que tenemos a nuestro alcance hoy día. Toda esa información, todas esas charlas, todos los libros. Vamos a intentar, aunque nos cueste, ponernos en su lugar. Lo que pido es un poco de empatía.

Volviendo al tema del amor, lo denomina en otro pasaje como “la definición tangible de volar”.

Soy un entregado al amor. Vivo enamorado, vivo desenamorado. Soy un 'intensito' y eso se ve reflejado en muchas de las páginas del libro.

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