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Literatura y donación de órganos: cuando la vida se ata al compromiso social

El alcalde de Sevilla, Juan Espadas, junto al autor de 'El atardecer sin mí', Agustín López-Raya.

Juan Miguel Baquero

La vida puede pender de un hilo muy fino. Y la enfermedad puede estar ahí, amenazante. Con el fin de partida en curso queda una heroicidad que llega con nombre y apellidos: donantes de órganos. “Una lucha contra el tiempo en busca de la luz”, como narra en El atardecer sin mí el periodista Agustín López-Raya.

En su primera y autobiográfica novela, el autor une literatura y donación como seña conjunta de “altruismo” y compromiso social. “Cuando era insuficiente renal tenía media vida”, dice. “Mi hermana Encarna me donó un riñón hace cuatro años y me salvó la vida”. Escribir sirvió para canalizar el dolor, para entender la salida al padecimiento. Compartir la experiencia, luego, como recompensa. “Hay enfermos que me lo han dicho: me ha sentado bien leer tu novela”.

El escritor ha presentado su primer libro el Día del Donante de Órganos en la Biblioteca Infanta Elena de Sevilla. Una fecha marcada, “muy importante”, en un acto presidido por el alcalde sevillano, Juan Espadas. Acompañaron la introducción de la novela el vicedecano de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla (US), Fernando Contreras, el catedrático de Literatura de la US, Miguel Nieto, y el vicepresidente de la Asociación para la Lucha Contra las Enfermedades de Sevilla (Alcer Giralda), Mario Palacios.

La elección del género literario, dice, ha contribuido al éxito de El atardecer sin mí. “Una novela se lee mejor que un documento ensayo”. Primero en el universo digital, versión que ha suscitado el interés en 25 países, caso de EEUU, Canadá, Argentina, Colombia, México, Venezuela, Italia, Portugal, Polonia… Drama, personalidad, calidad literaria y emociones entrelazadas para lograr el beneplácito de los lectores y, de paso, el salto al papel. A la edición impresa “por petición popular”.

La heroicidad de donar vida

Salud y literatura unidas para curar una cicatriz marcada en el recuerdo: la enfermedad superada. Las páginas de El atardecer sin mí recrean la aventura de un insuficiente renal obsesionado con salvar la vida con un riñón procedente de los donantes de su propia familia. El protagonista comparte con el autor el objetivo de solventar el padecimiento e incluso el nombre, Agustín López.

“Cuando llegué a la asociación, la sicóloga me decía: tú que eres periodista, escribe”. Eran los primeros momentos de asimilación cruda de la enfermedad y trazar letras sirvió de terapia. “La ficción me ha servido para soltar los miedos y sanar”, reconoce López-Raya. Aunque tuvo “que aprender, porque los escritores mostramos la realidad y los periodistas la explicamos”.

“La novela va para agradecer a la sociedad, a la familia”. A los donantes de órganos. “A todos los héroes y heroínas que dan parte de su vida a los demás”, explica López-Raya. Un libro que regala el relato de su propio trance tras el diagnóstico y el cuento con final feliz que acude cuando es sometido a un trasplante. Una obra que enseña cómo el salvamento que tiene nombre, rostro.

La donación “es el valor de compartir, el altruismo”. Dar vida. Y la literatura también es ofrecer, regalar, donar historias. “Eso que nos hace más personas”, en palabras de Agustín López-Raya, doctor en Comunicación por la Universidad de Sevilla, “ciberperiodista” en Canal Sur Televisión y fundador de elcultural.com.

“El mejor de los regalos: la vida”

En la presentación de su obra busca además fijar el “fuerte compromiso social” de asociaciones como Alcer Giralda “con la mejora de la calidad de vida de los pacientes que esperan un trasplante”. Colaboran en un objetivo, “fomentar la donación de órganos entre personas vivas”, la sensibilización ciudadana. Para ello, aglutina a figuras conocidas de la literatura, el periodismo, la medicina o las instituciones públicas.

“Este tipo de creaciones personales merecen todo el reconocimiento”, según el alcalde de Sevilla. El compromiso del escritor “y el de quien le da vida a otro” sirven “para difundir esta importante labor”, apunta Juan Espadas. Un trabajo que no arrancó sin dificultades. “Cuando llegó a la asociación nos pidió ayuda, se la dimos y salió adelante como salimos todos”, ha recordado el vicepresidente de Alcer.

“Agustín es una figura modélica que representa el espíritu de superación”, define Fernando Contreras. La “lucha por la vida cuando se tuerce ante la enfermedad”, y el modo de superar “el estado de desconcierto de toda persona que se enfrenta a la muerte”. La novela, apela Miguel Nieto, “describe la situación angustiosa de una vida que parece que se acaba”. Hasta que llegan la heroicidad esperada de la donación y el trasplante.

El atardecer sin mí es, en suma, “un acto de generosidad, de agradecimiento”. Una donación literaria, “sobre todo sabiendo que he tenido el mejor de los regalos: la vida”. Agustín López-Raya tiene ya una idea en mente, “empezar la segunda parte de la novela”. Ya tiene nombre: El amanecer contigo. Pero para eso, el escritor y periodista tiene toda la vida por delante.

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