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Una ópera contra el mito elitista: 350 personas se unen para dar vida a El diluvio de Noé en Jerez de la Frontera

Imagen de uno de los ensayos para la ópera.

Francisco J. Jiménez

Decían algunos que la ópera era elitista y que provocaba desigualdades en la sociedad, pero no será la que se podrá disfrutar este fin de semana en Jerez de la Frontera. El diluvio de Noé, una producción propia del Teatro Villamarta, se presenta como “una ópera con todos y para todos” y es un montaje que implica a colectivos educativos, culturales y de integración de toda la localidad.

El Teatro Villamarta, a través del Centro Lírico del Sur, ha querido convertir la ópera El diluvio de Noé de Benjamin Britten en un proyecto de ciudad al cual se han unido hasta 350 personas. Además de los cantantes solistas, los directores de escena y musical y el equipo técnico del coliseo jerezano, participan como grupo de animales alumnos de la Escuela de Música y Danza Belén Fernández, la Escuela de Música y Danza Musicry y el Conservatorio de Música Joaquín Villatoro; harán de congregación miembros del Taller de Música Copad de Afanas y del Coro Teatro Villamarta, además de su formación coral joven.

María Jesús Durán, profesora de música y de piano en la Escuela de Música y Danza Belén Fernández, resalta que es “una oportunidad maravillosa que nos brinda el teatro de participar en música y danza. Para niños que están empezando en la música es muy bonito y codearse con gente profesional en este tema. Musicalmente estamos trabajando desde enero todos los domingos y eso supone un gran esfuerzo para las familias porque se privan de hacer otras cosas un día libre. Los niños están muy ilusionados y deseando que haya público delante”.

Los cantantes Ángel Rodríguez y Leticia Rodríguez, junto al actor Felipe García Vélez, interpretarán los papeles principales. El elenco solista lo completan personas que han sido seleccionadas tras un proceso de audición. Además, colaboran en labores de escenografía y vestuario alumnos de la Escuela de Arte de Jerez y el IES La Granja. A ellos se suma el centro de UPACE, cuyos alumnos harán un mural photocall inspirado en esta obra operística, que podrá verse en el vestíbulo.

Nuria Sosa, directora pedagógica del centro de educación especial de UPACE explica la experiencia: “Iniciativas como ésta son muy importantes para la inclusión de nuestro alumnado y para dar visibilidad a niños con diversidad funcional. En esta obra han contado con muchos colectivos infantiles y juveniles y para nosotros ha sido la primera vez. Ha sido una experiencia muy positiva”.

El mismo espíritu original de participación

Para la realización de esta ópera, Benjamin Britten se basó en uno de los históricos misterios medievales, que eran interpretados por gentes sencillas. Las partes vocales infantiles solían ser cantadas por coristas de la iglesia local o la catedral, y cada gremio de artesanos realizaba una obra del ciclo desde lo alto de un carro. Ese mismo espíritu original de participación es el que está presente e inspira este nuevo montaje, una nueva producción del Teatro Villamarta que podrá verse los días 20 y 21 de abril.

Eduardo Aguirre de Cárcer, director de escena, explica que la puesta en escena propone “una vuelta de tuerca” al mito del diluvio universal. Esto viene dado de ese nuevo enfoque que fue trasladado a los colectivos participantes para que cada cual aportara su perspectiva, desde la dirección escénica de la ópera, lo que, en palabras de Aguirre de Cárcer, “dejará un poso indeleble en espectadores y participantes”, además de servir de impulso “a una nueva generación de músicos, cantantes, bailarines, escenógrafos”, etc.

Para José Miguel Román, que debuta en El diluvio de Noé como director musical, la puesta en escena de este título operístico lleva implícita la palabra “sinergia”, sinergias que han recorrido todas las direcciones posibles “en un proyecto con tantas patas”. Es de tener en cuenta que desde el punto de vista musical, a los 14 profesores de música que forman parte de la orquesta se suman casi 40 músicos amateurs previamente seleccionados. “El hecho de tocar juntos ha generado un proceso de retroalimentación. Cuando veo esto se me escapa una sonrisa: la música compartida es mucho más”.

En palabras de Isamay Benavente, directora del Teatro Villamarta, “estamos ante un proyecto que da sentido a un espacio cultural público, pues implica en el mismo multitud de valores, y a parte de la sociedad jerezana, con un trabajo que comenzó en el mes de octubre para hacerse realidad este viernes y sábado”.

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