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Sobre este blog

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) cuenta con 24 institutos o centros de investigación -propios o mixtos con otras instituciones- tres centros nacionales adscritos al organismo (IEO, INIA e IGME) y un centro de divulgación, el Museo Casa de la Ciencia de Sevilla. En este espacio divulgativo, las opiniones de los/as autores/as son de exclusiva responsabilidad suya.

Un pequeño ácaro, un gran impacto

La cabra montés (Capra pyrenaica Schinz, 1838) es una de las especies más emblemáticas de la fauna española, tanto por ser un endemismo ibérico, como por los beneficios ecológicos, cinegéticos y sociales que genera. Las enfermedades parasitarias e infectocontagiosas pueden afectar a las poblaciones de esta especie, comprometiendo tanto la biodiversidad de los ecosistemas de montaña que ocupan como el aprovechamiento económico.

La sarna sarcóptica es una enfermedad contagiosa producida por minúsculo ácaro, Sarcoptes scabiei, que afecta a una gran variedad de mamíferos, incluido el hombre, en todo el mundo. Los ácaros penetran en la piel del hospedador segregando compuestos que disuelven la epidermis y excavan galerías donde se alimentan de citoplasma de células vivas, excretan y se reproducen. Además, los orificios de entrada de los ácaros son aprovechados por otros microorganismos que producen infecciones secundarias.

Las infestaciones crónicas por S. scabiei deterioran la salud del hospedador y pueden llegar a causarle la muerte. Sin embargo, al igual que el curso clínico en los individuos afectados, y probablemente como consecuencia de éste, los efectos de la sarna sarcóptica sobre las poblaciones de ungulados salvajes son variables. Así, la sarna puede comportarse como una enfermedad enzoótica, con prevalencias inferiores al 1%, y una mortalidad también baja, con brotes esporádicos que no superan el 20% de mortalidad. También puede actuar como una epizootia catastrófica, con incidencias superiores al 90% y mortalidades de hasta el 99%.

En la Península Ibérica, las epidemias de sarna con efectos poblacionales más importantes son las que han afectado de manera catastrófica a las poblaciones de rebeco pirenaico, arruí en Sierra Espuña y a las poblaciones andaluzas de cabra montés. Desde finales de los años 80 del siglo pasado, varias de las poblaciones más importantes de cabra montés de la Península Ibérica se han visto afectadas por la sarna sarcóptica, que ha causado epizootias con mortalidad de hasta el 99%, llegando a prácticamente la extinción local de la especie. Desde entonces, la sarna permanece en el ecosistema como un nuevo elemento de regulación de las poblaciones, pudiendo considerarse endémica.

A pesar de los numerosos estudios realizados sobre la sarna en diversas poblaciones de ungulados de la Península Ibérica, y en concreto sobre la cabra montés, aún no se conoce bien la patogenia de la infestación, la respuesta inmune, los factores intrínsecos (propios del animal, como sexo, edad, genética, contacto previo con los ácaros, etcétera) y extrínsecos (densidad poblacional, estación del año, climatología, etcétera) que influyen en la evolución de la enfermedad, tanto en el individuo como en la población, ni la causa última de la muerte. Esto se debe a que la mayoría de estudios han sido descriptivos, epidemiológicos y/o demográficos, y pocos estudios han estudiado la mortalidad y la respuesta del individuo a la infestación por Sarcoptes scabiei.

Uno de los problemas para la gestión de la sarna en las poblaciones salvajes de cabra montés es la dificultad para diagnosticar las fases iniciales de la infestación en animales en libertad.

Sierra Nevada es el mayor número núcleo poblacional de cabra montés de toda la Península Ibérica. Desde que aparecieron los primeros casos de sarna, en 1992, hasta la actualidad, cuando la sarna está presente en toda la superficie del Espacio Natural, se han georreferenciado los animales avistados con sarna. Los primeros casos de sarna en Sierra Nevada aparecieron en 1992, en el extremo occidental del macizo nevadense, estando presente en la actualidad en toda la superficie del espacio natural, sobrepasando incluso los límites administrativos del mismo. La velocidad de propagación determinada es de unos 8 kilómetros al año, estimándose una prevalencia media del 5 por ciento.

Publicación científica:

Javier Cano-Manuel1, José Enrique Granados1, Jesus Pérez Jimenez2 y Ramon C. Soriguer3

Grupo de Investigación, PAIDI RNM118, Consejería de Innovación Ciencia y Empresa, Junta de Andalucía

1 Parque Nacional de Sierra Nevada. 2 Universidad de Jaén. 3 CSIC

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