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El Ayuntamiento de Málaga cambia de lugar el parque canino que instaló sobre una fosa de la guerra civil

Una imagen del panteón, el día en que se inauguró | Fotografía: Miguel Heredia

Néstor Cenizo

El Ayuntamiento de Málaga ha reconocido este martes que instaló un parque canino sobre parte de la mayor fosa común de la Guerra Civil. El Ayuntamiento disponía de los datos de planimetría donde se señalaban las fosas que precisión, pero ese documento no llegó a los técnicos de Urbanismo que trazaron los planos del Parque de San Rafael. El resultado fue que sobre la tierra que un día contuvo los restos de cientos de fusilados el ayuntamiento delimitó un espacio para que los perros pudieran hacer sus necesidades. El parque, que ha existido durante algo más de un año, ha sido cerrado cautelarmente y será desplazado unos metros.

“Desecuentro cartográfico”

Francisco Pomares, concejal de Urbanismo, ha atribuido este hecho a un “desfase” entre los datos del ayuntamiento y los que tenía Andrés Fernández, el arqueólogo que colaboró con la Asociación contra el Olvido y para la Recuperación de la Memoria Histórica de Málaga. Un “error técnico”, que Pomares también ha llamado “desencuentro cartográfico”, sobre el llamado “sector ocho”.

El desencuentro consiste en que Urbanismo delimitó el parque canino (o pipi can) partiendo de una información incompleta remitida por los arqueólogos que colaboraron con la asociación en febrero de 2014. Sin embargo, el ayuntamiento disponía de las ubicaciones precisas de todas las fosas. Andrés Fernández había presentado el informe final de las excavaciones en marzo de 2010 y en el documento de planimetría adjunto cada fosa está georeferenciada por GPS. “La asociación entregó toda la documentación correspondiente. Yo lo entrego al ayuntamiento y espero que sea el ayuntamiento quien reparta”, explicó José Sánchez, presidente de la asociación, en rueda de prensa. Esos datos nunca llegaron a los arquitectos que diseñaron el parque y se extraviaron en algún punto entre el registro de entrada y la gerencia de Urbanismo.

Visiblemente molesto, Luis Felipe González-Cebrián, jefe del servicio de obras en Urbanismo, lo explicó así: “No voy a admitir errores. Hemos redactado el proyecto con los datos que nos han dado”. “En el proyecto que nos envían a Urbanismo aparece el sector ocho como un punto sin más. Actuamos de acuerdo con los datos que nos dio la asociación. Es un error técnico por falta de información”, explicó.

En octubre de 2015 la asociación, por medio de su presidente, dio la voz de alarma: tenía la “intuición” de que aquel parque canino se levantaba sobre una fosa. Lo comunicó al ayuntamiento, y lo que vino después es una historia de lentitud burocrática, en la que se han cruzado instancias pidiendo reuniones y respuestas en las que los técnicos de Urbanismo se aferraban a la información de la que disponían, que era incompleta.

Han pasado nueve meses desde que la asociación comunicara su intuición hasta hoy, cuando el ayuntamiento ha clausurado temporalmente el pipi can. No se ha explicado por qué no se buscó el documento planimétrico que se acompañaba al informe de 2010. Todavía ayer el ayuntamiento negaba que se hubiese instalado nada sobre las antiguas fosas, y discutía si se trataba de un parque canino o un pipi can. Transcurrido desde que Cadena Ser desvelara este entuerto, “se han superpuesto los planos y se ve claramente”, en palabras de Pomares: el parque canino estaba justo encima de las 21 fosas que integran el sector ocho. Una superficie de entre 40 y 50 metros de longitud y diez metros de ancho, ocupada casi totalmente por un espacio dedicado a que los perros hagan sus necesidades.

En marzo, el Pleno aprobó por unanimidad una moción presentada grupo municipal Málaga para la Gente, (integrado por IU, Alternativa Republicana y Alternativa Socialista) en el que se pedía el traslado urgente del parque canino. Nada se hizo y el parque, aún por terminar, presenta un aspecto descuidado, en el que las cacas de perro se esparcen por toda la superficie porque alguien ha roto las vallas que delimitan los espacios. “A día de hoy nos encontramos con un supuesto Parque de la Memoria completamente descontextualizado y aséptico. El estado es vergonzoso, en ruina, descuidado, abandonado y con el peligro de un proyecto de parque que nada tiene que ver con la Memoria”, se lee en una moción de urgencia presentada por el grupo municipal esta misma mañana en la que se pide el cese del concejal Pomares. El PSOE ha exigido su dimisión.

El cementerio de San Rafael fue un siniestro depósito donde se arrojaron los cuerpos de los fusilados ante su tapia desde 1937 hasta 1957. En cuatro, cinco o hasta seis “estratos”, según explicaba el profesor y director de las excavaciones Sebastián Fernández, en cada fosa se acumulaban hasta 250 cuerpos, hasta 2.840 que fueron encontrados. No se sabe dónde fueron a parar las otras víctimas, hasta las 4.571 que documentó la asociación. El panteón con forma de pirámide en honor de las víctimas de la represión enterradas en el Cementerio de San Rafael fue inaugurado el 11 de enero de 2014, como elemento central de un parque que aún no ha sido construido, y cuya tercera fase debe comenzar en septiembre.

El entendimiento entre la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento de Málaga y la Universidad fue elogiado entonces y puesto como ejemplo en un momento en que algunas instituciones gobernadas por el PP no facilitaban los trabajos relacionados con la memoria histórica. Sánchez ha concluído su intervención emocionado: “Esa tierra tiene mucha sangre. Respetar las fosas y el muro es labor de todos los malagueños”.

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