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Francisco Vega pone fin a la huelga de hambre por la renta básica: “El cuerpo me dijo no”

Francisco Vega, poco después de comenzar la huelga, frente a la Delegación del Gobierno en Málaga | N.C.

Néstor Cenizo

Francisco Vega, el malagueño que inició una huelga de hambre para reclamar una renta básica en cumplimiento de lo establecido en el artículo 23 del Estatuto de Autonomía de Andalucía, ha abandonado la protesta. El pasado martes, después de 21 días, Vega se mareó y sufrió un desvanecimiento. Fue atendido en Urgencias, donde le recomendaron que abandonara la huelga, y así lo hizo. “El cuerpo me dijo que no, que me dejara de tonterías”, explica a eldiario.es/Andalucía.

El hombre, que tiene 64 años, llevaba varios días decaído, con tos y fiebre, por lo que había abandonado su puesto habitual frente a la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía. Explica que la fiebre le subió a 39 grados el martes por la tarde y que tuvo que llamar a una ambulancia. El chequeo confirmó que después de 21 días sin comer, la infección podía derivar fácilmente en una neumonía, de modo que el médico le recomendó parar. Ha perdido siete de los 88 kilos que pesaba el 2 de noviembre, cuando comenzó su protesta.

Vega publicó una carta en redes sociales en la que asegura que finalizar la huelga de hambre no implica “dejar de seguir luchando por la consecución de este derecho”. “Termino con la conciencia tranquila de haber puesto mi granito de arena, para hacer que el derecho a la renta básica sea una realidad, tras llevar diez años recogido en nuestro Estatuto de Autonomía sin que se haya aplicado su cumplimiento”, comenta en esa carta pública.

La protesta de este veterano activista ha generado una nueva corriente de atención hacia la renta básica. “Ha servido para remover conciencias de personas que quizá han sido activistas pero estaban cansadas y con esto han reverdecido principios, y también de gente joven que ni sabía lo que era la renta básica ni que estaba recogida en nuestro Estatuto”, opina el activista, que cree que la reivindicación debe seguir ahora cauces institucionales.

Pocos días después de que Vega comenzara su protesta, Podemos pidió al Gobierno de la Junta de Andalucía que desarrollara el artículo 23.2 del Estatuto, que contempla una “renta básica que garantice unas condiciones de vida digna y a recibirla, en caso de necesidad, de los poderes públicos”. Su portavoz en el Parlamento andaluz, Carmen Lizárraga, visitó a Vega y anunció que el grupo presentaría una enmienda para que el Presupuesto de la Junta de Andalucía recoja una partida de “unos 300 millones de euros” para la renta básica, que estaría en todo caso condicionada. El miércoles fue Antonio Maíllo, portavoz de IU, quien anunció que entre las enmiendas al Presupuesto incluirán una que pide la implantación de la renta básica y su dotación con 528 millones de euros.

“Como ciudadano puedo hacer lo que he hecho, pero esto debe tener un cauce político y parlamentario. Tengo la conciencia de que el proceso está bien encaminado”, razona Vega, quien asegura que desconocía que su iniciativa fuese a recibir apoyo de los grupos políticos. El hombre espera que el asunto no sea tanto un motivo de disputa política como una oportunidad para dar cumplimiento a la norma básica: “Esto está aprobado en nuestro Estatuto, y entonces no existía ni Podemos ni Ciudadanos. Está votado por PP, PSOE e IU”. Por eso concluye: “No es populismo, sino que se cumpla lo que está recogido en la ley. Son ellos los que escribieron ese texto, y son ellos los que tienen que definir qué es una vida digna”.

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