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De 'Este hotel es un infierno' a la victoria: cómo el discurso contra la inmigración aupó a Vox en un feudo izquierdista de Málaga

N.C.

Néstor Cenizo

Desde el mirador de la Pedreta en Manilva se ve el mar encrespado y la Sierra Crestellina. Urbanizaciones acabadas y alguna por terminar. Viñedos. Y, si se gira la vista a la izquierda, en dirección a una hilera de adosados, una bandera de España con un toro estampado junto a una Jolly Roger, la enseña pirata. La España tradicionalista junto a un símbolo de rebeldía. En Manilva, feudo tradicional de Izquierda Unida, ganó el domingo Vox, que en las últimas elecciones municipales había logrado 141 votos, el 2,57%. Su candidato local no arrastra buena fama, y en las generales el partido de Abascal se llevó diez veces más, 1.509 sufragios, el 31,4%. “Hartazgo”, diagnostican los vecinos. Frente al hartazgo, orden y (supuesta) rebeldía.

A las 12 del mediodía del miércoles sólo hay dos señoras en la Plaza de la Vendimia. María (prefiere no dar el apellido) asume el peso de la conversación, que deviene en monólogo: “¿Por qué creo que se ha votado a Vox? Pues porque lo de Sánchez es una vergüenza. Sólo trae moros para que nos roben y ocupen”. Pregunta del periodista: “¿Pero conoce usted casos concretos?”. Respuesta: “Sí, a mi hermana le han ocupado en Estepona. Ya los ha echado”. “¿Y han sido extranjeros?”. “Extranjeros no, moros. Y le han robado hasta los ganchillos”. Los datos no sostienen el supuesto vínculo entre inmigración y criminalidad.

Cuando se le pregunta por la diferencia con las municipales, cuando empataron en cabeza Compromiso por Manilva (escisión de IU), PSOE e IU, María ofrece un perfecto resumen del argumentario más radical de Vox: “A esos los votan porque les dan casas, comida, la luz. Los moros se lo llevan todo. Trabajan en las viñas, les dan 50 euros, pero como tienen las ayudas y todo gratis, tienen Mercedes”.

“¿Cómo puede ser que a un mena le paguen 750 euros?”

Rafael y Santiago son dos operarios que están pintando los bancos de la plaza. Santiago: “La gente está muy quemada. Es como el 15M. ¿Por qué votaron a Podemos?”. “Aquí ganas 700 euros, y llegan los inmigrantes y cobran 800. Y está el tema de los okupas. Yo tengo que pagar 150 euros de guardería y los inmigrantes gratis”, añade Rafael. Sin embargo, un ejercicio de contraste demuestra que no es cierto que los extranjeros tengan más facilidad para acceder a ayudas sociales.

“La gratuidad, ¿puede ser porque tengan ingresos muy bajos?”. Rafael: “Claro, no tienen ingresos por los papeles. Aquí los ves en los comedores y aparecen luego con un BMW o un Audi que no voy a tener yo en mi vida”. “Sólo cambian las leyes que les interesan a los políticos. ¿A ti te gustaría cobrar la pensión? ¿Cómo puede ser que a un mena le paguen 750 euros y a tu padre 600?”, se pregunta Santiago. Sin embargo, no es cierto que haya una paga a extranjeros menores de 23 años.

Cuarto vecino: Paco Martos. Para explicar el resultado habla de “hartazgo”, de “cambio” y apunta otra posible clave. “Este verano detuvieron allí [señala unos edificios junto a la plaza] a un yihadista que pensaba atentar en la Feria. Me imagino que ese tipo de situaciones asusta a la gente”. No fue en verano, sino el 18 de enero cuando la Policía Nacional detuvo a un marroquí de 27 años, que ingresó en prisión provisional por orden de la Audiencia Nacional. Según la Policía, había grabado un vídeo mostrando su intención de inmolarse y jurado lealtad al ISIS en sus redes sociales.

Vox ha logrado algunas de sus victorias más importantes en municipios con mucha inmigración, como Lepe (Huelva), El Ejido o Roquetas (Almería). Sentado en los columpios, un magrebí interrumpe una charla por Skype. No tiene ni idea de que hubo elecciones el domingo, ni de qué es Vox, ni de cuál es su programa. O eso dice.

La convulsa y judicializada vida política local

El discurso de Vox ha superado las particularidades locales. A la salida del colegio se oye a una madre hablar a sus hijos en alemán, y a otra hacerlo en árabe. Manilva tenía 14.977 habitantes censados a 1 de enero de 2018, según datos del INE. El número de extranjeros era de 5.301 (el 35,39% del total de habitantes censados), entre los que había 2006 británicos (el 13,3% del total) y 647 marroquíes (el 4,3%). Los británicos viven generalmente en las urbanizaciones que hay hasta Sabinillas, la pedanía costera de Manilva. Este municipio, el más occidental de la Costa del Sol, es más barato que Marbella y está a tiro de piedra de Gibraltar, donde muchos trabajan.

Mario Jiménez, alcalde de Manilva, dice que la convivencia es buena y que los problemas han sido “puntuales”. Quiere dejar clara una idea: “Yo no achaco la victoria de Vox a ningún motivo municipal”. En su respuesta no hay tono de preocupación. Para él, lo ocurrido es un síntoma nacional de hartazgo de los partidos tradicionales.

Pone el ejemplo de Estepona. Allí también ha ganado Vox y el PP, que arrasa en las municipales, ha quedado relegado al tercer lugar. En toda la provincia, el partido de extrema derecha ha sido el más votado en once municipios. Sin embargo, el porcentaje de votos a Vox en Manilva, 31,4%, es muy superior al que ha logrado en Málaga provincia (21,49%), en Andalucía (20,39%) y en España (15,09%).

Manilva es eso que suele llamarse “feudo histórico” de la izquierda. Al menos en el Gobierno municipal, donde se han alternado el PC, el PSOE, IU y partidos locales como Compromiso por Manilva. Tras las últimas elecciones municipales, Jiménez retuvo el bastón de mando gracias a un pacto con los socialistas, a quienes había apartado de la alcaldía a mitad de la legislatura pasada con una moción de censura conjunta… con IU. Por su parte, IU llegó a ofrecer la alcaldía al PSOE, según informaron los medios locales. “Es verdad que no ha sido un municipio con mucha estabilidad política”, concede el alcalde.

A este batiburrillo se añade que la reciente historia municipal de Manilva está ligada a un presunto caso de enchufismo masivo en el Ayuntamiento. En enero de 2018 el juzgado de instrucción 5 de Estepona acordó la apertura de juicio oral para varios antiguos cargos de IU, incluidos la exalcaldesa Antonia Muñoz, el exalcalde Emilio López y el actual alcalde, Mario Jiménez, a quien se investiga en una pieza separada por el trasvase de fondos a cuatro entidades municipales. “Lo hice por interés general y tengo la conciencia tranquila”, replica el regidor.

En este contexto, Vox logró 141 votos en las municipales, el 2,57%, y fue superado por todos los demás: IU, Compromiso, PSOE, PP, Ciudadanos y Agrupación Socialista por Manilva. Varios integrantes de la lista renunciaron días antes de las elecciones. En las generales de abril había sido tercera fuerza, con el 21,19%. Es relativamente común que el voto en clave local no coincida con el estatal, pero el vuelco del domingo respecto a las locales de mayo es radical: Vox ha subido un 1000%.

Las diferencias entre el voto en clave local y general no acaban ahí. En las generales de 2016 se impuso el PP. Gran parte de aquellos votos han acabado en Vox. En las generales, la suma de Vox, PP y Ciudadanos supera holgadamente la mayoría absoluta.

El coordinador local de Vox no pagaba a sus trabajadores

El candidato municipal y coordinador local, David Oliver Rodríguez, fue director adjunto del Hotel Hacienda La Herriza, situado en un edificio alquilado al Ayuntamiento en el municipio vecino de Gaucín. Su padre era dueño y gerente. En enero de 2017, el establecimiento apareció en Este hotel es un infierno, un programa sobre casos de mala gestión hotelera, en el que el empresario Kike Sarasola hace las veces de Chicote.

El vídeo de aquel programa no deja en buen lugar al líder municipal de Vox. Los trabajadores denunciaban que les debían dinero, hasta 32.000 euros en algún caso, y que los dueños se habían desentendido del establecimiento. José, un cocinero, explicaba que se habían aprovechado de su situación prolongada de desempleo. “He estado siete meses dando desayunos y haciendo comidas cobrando 250 euros. Ahora llevo un año sacando la cocina ganando 1.000 euros, trabajando 17 o 18 horas”.

“Vete a lavar vasos… Mejor que te vayas, que si no te empiezo a hacer llorar otra vez”, espeta Oliver a un trabajador con el que mantiene una discusión. “Yo soy aquí como un general. Y tengo algunos mandatos (sic) que siguen las reglas y otros reclutas que no lo tienen (sic)”, dice también.

Seis meses después de la emisión, un juzgado desahució del hotel a la empresa de Oliver y su padre. Debían al Ayuntamiento de Gaucín 110.000 euros por el alquiler atrasado. No pagaban desde 2014. En el BOE también consta una resolución de un Juzgado de lo Social que declara la insolvencia por una deuda con los trabajadores de casi 40.000 euros.

Oliver pidió a eldiario.es/Andalucía que enviase por escrito el nombre del medio para consultar a los servicios de prensa provinciales si podía contestar. Después, no volvió a contactar.

“Es que las municipales aquí no tienen nada que ver con las demás elecciones”, dicen los vecinos. “IU ha ganado elecciones aquí, pero es cuestión de personas”, añade el alcalde. Sobre el tablón electoral de la plaza, sólo son visibles los carteles del PSOE y de Vox, que no necesitó ningún acto electoral ni implantación local para ganar en Manilva. En la carretera de acceso a la autovía, otra bandera de España con su toro estampado despide al visitante.

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