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¿Cuando la música termina? Los Suaves, en 16 recuerdos

Javier Ramajo

“Aunque todo vaya bien, que triste es el final”, dice la letra de 'Cuando la música termina', que abría allá por 1984 el segundo álbum de estudio de Los Suaves. Casi 34 años después de hacer de teloneros de Los Ramones, al grupo ourensano apenas le queda mes y medio de su gira de despedida, que arrancó en primavera de este año. El 29 de diciembre darán su último concierto en La Riviera de Madrid, “trastienda del rock and roll, el fin de la función”. Van agotando las localidades allá por donde pasan. Vienen de tocar en Londres y Edimburgo, y este fin de semana visitan Andalucía (este viernes 6 en la Sala Custom de Sevilla y el sábado 7 en la Sala Paris 15 de Málaga).

Después de una veintena de discos, los numerosos seguidores de su música y de sus desagarradoras letras a buen seguro que echarán de menos nuevos temas y actuaciones. ¿La música termina? No. Charli Domínguez le pone signos de interrogación a la gira del adiós y prefiere pensar que “las canciones siempre estarán ahí”. Un mensaje melancólico pero optimista que contradice en cierto modo la mentalidad derrotista de muchas de las letras compuestas por su hermano Yosi, alma y voz de la banda, pero que combate con su pasión por el rock and roll. eldiarioes/andalucia somete a Charli un test de 15 recuerdos: “se acaba la fiesta, comienza el funeral”.

Un concierto mítico. “El de Los Ramones, el 13 de noviembre de 1981. Fue el punto de partida de todo lo que han sido Los Suaves. Fueron 30 minutos donde la gente enloqueció con nosotros y empezaron a hablar del grupo. A partir de ahí, casi 35 años de música ininterrumpida...te lo digo yo”.

Una canción olvidada. “Para el resto de la banda no sé, pero te diría 'Llegaste hasta mí', de nuestro primer disco. Me trae muy buenos recuerdos de aquella primera época”.

Un disco indispensable. “Aquí se complican ya un poco las preguntas... A mí gusto, el primero es fundamental. En 'Esta vida me va a matar' se aprecia ilusión, ingenuidad, inocencia si quieres. En aquellos tiempos éramos unos valientes, casí ni sabíamos tocar. Luego nuestro tercer disco nos trajo 'Dolores se llamaba Lola', que nos dio un espaldarazo. Para mi gusto, de trabajos más recientes como 'Si yo fuera dios' o 'Adiós, adiós' no se ha hablado tanto pero creo que son discazos. Pero si me das a elegir uno solo, me matas”.

Una mujer (Dolores, María, Luisa, Julia...). “Me quedo con Julia, mi compañera del alma, y con Luisa, mi madre. María escondía perversidad y malicia. Y Dolores, bueno, Dolores es un himno en Los Suaves”.

Una letra optimista. “Las hay, las hay. Tenemos letras divertidas como 'Sólo pienso en dormir' (”me lleva a su apartamento, pero yo no sé mentir“). O por qué no, la de 'Palabras para Julia', de José Agustín Goytisolo, que nos advierte de que ”a pesar de los pesares, tendrás amor, tendrás amigos“.

Una frase desgarradora. “En el tema 'Viejo' hay muchas (”cambiaste polvos por pastillas“, ”llegas y te vas como un soplo de viento, aparta de una vez, deja el camino abierto“...). ¡Dan ganas de desaparecer! Es la decrepitud de la naturaleza en todo su sentido”.

Una foto para el recuerdo. “Las de la portada y la contra de nuestro primer disco, hechas por gente inexperta. Fue un concierto que dimos en un jardín cerca de donde ensayábamos. Y la contraportada en la puerta del estudio de grabación. Aquello marcaba nuestra esencia, ahora hay demasiadas fotos y se pierde el atractivo y la sorpresa. Después de los conciertos, a mí me gusta mucho hablar con nuestros seguidores, a quienes nos debemos, y ya muchas veces solo quieren la foto. También estuvo muy bien la de la portada de 'Maldita sea mi suerte'. Nos hicieron varias fotos ¡y ya fueron bastantes!”.

Un sueño hecho realidad. “Los Suaves, poder haber tocado en tantos sitios y con gente tan estupenda, con tantas sonrisas y miradas de amistad, cuando no nos lo imaginábamos al principio, cuando no era nuestro proyecto vital. Nos han hecho sentirnos especiales. Yo seguiré relacionado con la música hasta el fin de los días”.

Una pesadilla. “Recuerdo con horror un concierto, una vez, en un recinto cerrado. En ese momento, quería que viniese un tsunami o algo así. Mejor ni recordarlo. Por suerte, el tiempo y la memoria se olvidan de los malos momentos...”.

Un lugar después de tocar. “Normalmente terminan, terminaban, en los 'garitos'. Siempre me gustó mucho la comunicación con la gente, acabar a altas horas de la noche hablando de lo divino y lo humano. De alguna forma es mi manera de darles las gracias por acompañarnos. No soporto a la gente que se siente estrella. A ese tipo de gente me las imagino sentadas en el water. Las estrellas, en el cielo y en el fondo del mar”.

Un momento de gloria. “Ver 80.000 cabezas en la playa de Riazor en un concierto a finales de lo 90. Fue una auténtica locura, aunque en realidad prefiero conciertos pequeños, en un local. Tocar en campos de fútbol o en plazas de toros, a mí me parecen más eventos sociales. Pero aquello fue muy bestia”.

Un pensamiento para el futuro. “Como te digo, seguir con la música. Si no, me muero. Siempre he estado rodeado de ambiente musical, cuando pinchaba en la radio, etc. Es empezar a hablar de Thin Lizzy y hacer camino. El otro día dijo Yosi que siempre le gustó componer para otros”.

Una ilusión perdida. “Ninguna. No me voy a quejar. No hay reproches”.

Un vínculo con Andalucía. “Pues en lo personal mis otros dos hermanos, aparte de Yosi, hicieron la mili en Granada y en Sevilla. Respecto al grupo, hemos tocado en muchas ciudades andaluzas, creo que de capitales solo nos han quedado Cádiz y Huelva. Ah, y nuestro primer batería, Ángel Ruiz, que era de Porcuna (Jaén) y que de broma decía siempre que su pueblo era el primero que aparecía en la Biblia (”...y le dio por cuna un pesebre“). En Andalucía recuerdo conciertos fantásticos y gente muy entregada y generosa”.

Un recuerdo para los fans. “Que se sientan orgullosos de nosotros, que nos acompañen siempre. El mérito es suyo”.

¿La música termina? “Sí, ahora la música termina, pero en realidad la música no terminará jamás. Sobrevive Beethoven, ¿no? Todo lo que mueva el sentimiento, siempre permanecerá. Las canciones siempre estarán ahí, siguen vigentes. Las primeras canciones que escuchaste de alguna manera te indicaron el camino. A mí me pasó con Jimi Hendrix, tuvo un impacto en aquel momento iniciático, cuando somos más receptivos. La música es atemporal”.

Parece que aún fue ayer...

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