La noche más negra de los investigadores
Con la inversión en I+D+i bajo mínimos parece que hay poco que celebrar, pero los investigadores se vuelcan, un año más, con un proyecto que pretende acerca la ciencia a la ciudadanía. El 27 de septiembre se celebra la conocida como Noche de los Investigadores, un proyecto europeo de divulgación científica con talleres, experimentos y simuladores que tendrá lugar en 350 ciudades. En Andalucía la coordina la Fundación Descubre, con propuestas en las ocho provincias y con la participación de los distintos centros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y las universidades.
Es también una ocasión para recordar la complicada situación por la que están pasando estos profesionales por los recortes en I+D+i. Entre 2009 y 2013 se ha pasado de unos presupuestos de 4.276 millones de euros a 2.267, un 47% menos. “Harían falta aumentar las dotaciones en 636 millones en tres años solo para recuperar lo perdido”, recuerda desde el colectivo Carta por la Ciencia. En esta plataforma están representados la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE), la Confederación de Rectores Universitarios de España (CRUE), la Federación de Jóvenes Investigadores (FJI), la Plataforma de Investigación Digna (PID) y los sindicatos CCOO y UGT. Se les han unido, además, un centenar de directores de institutos del CSIC, cuya delicada situación financiera afecta especialmente a Andalucía por ser la segunda comunidad autónoma con más centros de este organismo (un total de 23).
Sus científicos abordan, pues, con desánimo las perspectivas de futuro, y encuentran en esta Noche de los Investigadores una oportunidad para recordar por qué su labor es clave en el futuro de un país. Lo expone así Miguel Ferrer, coordinador en Andalucía del CSIC. En su opinión, si las administraciones siguen dando la espalda a la investigación “habremos perdido la única oportunidad de construir una economía solida y estable basada en el conocimiento y la innovación quedando como opción seguir apostando por sectores volubles y especulativos, como hicimos en el pasado y que explican nuestro presente”.
“Una noche oscura y triste como decía el malhadado Urquijo de la movida madrileña. La política de recortes en investigación es un error. Es minar el futuro del país y ralentizar la creación de empleo y la recuperación de la economía”, apunta por su parte Federico Valverde, del Instituto de Bioquímica Vegetal y Fotosíntesis. Y pone un ejemplo, que discutía con un colega: “Cuando Alemania se enfrentó a una crisis similar a la nuestra actual en los años 1990-2000 decidió incrementar su inversión en ciencia un 10% convencido de que para salir de la crisis había que aumentar en innovación y desarrollo. Hoy Alemania sigue apostando por ello y está en la posición industrial y económica que está. Nosotros, o más bien nuestros gobernantes, siguen sin tomar nota”.
“Andalucía en particular nunca ha sido tan productiva en ciencia como ahora, cuando hemos logrado situarnos con ventaja en los campos de energías renovables, industria agroalimentaria y aeronáutica. Parar esas investigaciones, y las mejoras que estamos perdiendo ya por falta de fondos, frenará a Andalucía como no lo han logrado crisis ni guerras”, agrega.
En cualquier caso, es optimista: “Es una época ideal para reestructurar nuestra política, dar voto al ciudadano y que se implique en los problemas que le incumben. Un pacto a largo plazo que nos permita mantener y mejorar nuestra educación, salud y ciencia son condiciones irrenunciables de nuestra sociedad moderna si no queremos volver a tiempos de pandereta y chascarrillo que tanto daño han hecho en la imagen de España en general y Andalucía en particular”.
“Los recortes no han frenado la investigación de mi grupo porque recibimos fondos a través de proyectos europeos y contratos con empresas privadas, pero sí sufrimos un claro descenso del número de investigadores en formación como consecuencia del retraso en la convocatoria de becas o la desaparición de los fondos que se destinaban a ese fin”, expone por su parte Hernán Míguez, del Instituto de Ciencias de Materiales de Sevilla. Considera también que “el abandono de líneas de investigación en las que España está muy bien posicionada, lo que ha costado mucho tiempo y esfuerzo conseguir, mermará tanto nuestra capacidad de innovación como la de decisión en organismos internacionales. Los recortes están ya afectando a los grupos de investigación más productivos del país, y sólo medidas urgentes y responsables pueden evitar que este deterioro sea irreparable”.
