Nueva marcha reivindicativa para recuperar “para el pueblo” la finca de Queipo de Llano en Sevilla

Jornaleros en el cortijo de Gambogaz.

Javier Ramajo

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Este sábado tiene lugar en Sevilla la segunda marcha reivindicativa 'Gambogaz para el pueblo', que pretende recuperar para lo público el cortijo propiedad de los herederos del general golpista Gonzalo Queipo de Llano en Camas (Sevilla). Tras el golpe de estado del 36, Queipo se quedó con Gambogaz, donde posteriormente trabajaron esclavos del franquismo, según investigaciones históricas. El militar logró la propiedad con una suerte de compra 'en diferido': creó una fundación como puente y usó dinero público, según la Plataforma Gambogaz, organizadora de la marcha. “Es una vergüenza que el cortijo de Gambogaz siga en manos de los herederos del criminal de guerra. Es una vergüenza sin precedentes en un estado democrático, una ofensa a las víctimas de la represión y una ignominia para el pueblo andaluz”, clama en su manifiesto la plataforma.

En Sevilla no hubo guerra, aunque los golpistas dejaron miles de víctimas. Andalucía es la región más castigada por la violencia rebelde con al menos 45.566 asesinados en 708 fosas comunes, según el Mapa de Fosas. En su recuerdo, a las 11.00 horas partirán desde la plaza del Ayuntamiento de Camas. La marcha será presentada por Lourdes Farratel, con la presencia y la palabra del cantautor memorialista Paco Narváez, y las canciones de Jesús Perez con su '¡A desalambrar!'. Ya en la explanada del cortijo, a unos dos kilómetros, se abrirá el micrófono para los participantes, también amenizados con los temas de Javi Triana y Lucía Sócam. “Del conocimiento sale el compromiso. Sombrero, zapatillas, agua, banderas y mucha firmeza y alegría para conseguir Gambogaz para el pueblo”, proclaman los organizadores.

Según el manifiesto de la convocatoria, “tras los muros de Gambogaz murió aquel que mandó ejecutar a más de 50.000 personas en Andalucía y Extremadura; aquel que dio la orden de matar a García Lorca y Blas Infante; el que autorizó la masacre de civiles que huían por la carretera Málaga-Almería, el golpista que arengó y alentó el asesinato de sindicalistas, que utilizó la humillación y la violación hacia las mujeres como botín de guerra; el que arrasó los barrios de Sevilla y masacró a todas las personas que no apoyaron el golpe de estado. En ese cortijo vivió y murió Gonzalo Queipo de Llano, el criminal de guerra bajo cuyo mando Andalucía se convirtió en una orgía de sangre y destrucción. Esa fue la casa del sádico homicida que llenó de luto, de terror, de destrucción y de hambre a nuestro pueblo”.

“Nos plantamos aquí en nombre de todas las víctimas”

La plataforma recuerda que Queipo tuvo “los mayores niveles de vileza que puede alcanzar el ser humano, aprovechó la guerra y el sufrimiento que los golpistas trajeron a Andalucía para hacer ley del saqueo y enriquecerse personalmente. Con la colaboración de sus correligionarios, mediante amenazas y simulaciones legales, se hizo con el cortijo de Gambogaz, que había sido un modelo en la agricultura andaluza y que él convirtió en un campo de concentración, donde se utilizó para su explotación mano de obra esclava, de los presos republicanos”.

“Por eso nos plantamos aquí, para sacar de las tinieblas la dignidad de los hombres y de las mujeres que quedaron en las cunetas de la historia, reconocer su anonimato generoso. Y poner nombre a las bestias que aún hoy siguen adornando calles, canciones, homenajes, sepulturas... Y señalar a aquellos criminales que siguen disfrutando de lo robado”. (...) “Nos plantamos aquí en nombre de todas las víctimas de las que nos sentimos sus herederas y herederos para exigir que este patrimonio sea devuelto al pueblo”.

La plataforma propone a la Junta de Andalucía, al Ayuntamiento de Sevilla y al Ayuntamiento de Camas que “una vez recuperado este espacio para toda la ciudadanía andaluza, sin demora y mediante los procedimientos jurídicos y democráticos pertinentes, unan sus esfuerzos y recursos para que dicho espacio sea proyectado y utilizado como Centro Cultural y Educativo Público de la Memoria Histórica y Democrática de Andalucía, para que así la infancia y la juventud andaluzas no solo conozcan la verdad de nuestra historia sino que comprendan, aprendan y se comprometan con los valores que fundamentan los Derechos Humanos universales”.

“Mientras esta injusticia no sea reparada, el fantasma de la dictadura seguirá sobrevolando sobre nuestra democracia. Mientras no sea devuelto Gambogaz, ese cortijo seguirá siendo una herida colosal en la memoria del pueblo andaluz, una herida por donde supura aún el dolor de las víctimas, de los hijos de las víctimas”, señala también el manifiesto.

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