Las papeletas “invisibles” del 19J: “¿Quién necesita conocer al PP o al PSOE?”
Cerca de treinta candidaturas se disputarán 109 escaños del Parlamento de Andalucía el próximo 19 de junio. PSOE, PP, Ciudadanos, Vox y Por Andalucía tendrán visibilidad y participarán en los debates en la televisión pública, con la presencia de Adelante Andalucía todavía en el aire. Sin embargo, la diversidad del ecosistema electoral andaluz es más amplia. Una miríada de candidaturas completa un tablero con sensibilidades que abarcan de lo local al paneuropeismo, del falangismo al anticapitalismo, pasando por la defensa de los autónomos o de los derechos de los animales.
La Junta Electoral ha proclamado 27 candidaturas diferentes, cuatro más que en 2018. Algunas tienen listas por todas las provincias. Es el caso de PACMA, Por un Mundo Más Justo, Nación Andaluza, Andaluces Levantaos y Recortes Cero, además de las que ya tienen representación y Adelante Andalucía. El resto se presentan en alguna de las ocho provincias, lo que arroja un mapa con perfil irregular: en Málaga, las papeletas disponibles serán 20; en Granada y Sevilla, 19; en Cádiz, 17; en Jaén, 16; en Córdoba, 15; en Almería, 14; y en Huelva, 13.
Sus posibilidades de lograr escaño son pocas o ninguna. De las 23 candidaturas de 2018, tan solo cinco obtuvieron representación: PSOE, PP, Ciudadanos, Adelante Andalucía y Vox. Sin embargo, el caladero de los partidos sin representación no es pequeño. 155.643 votantes se quedaron “huérfanos” de representación en 2018. Cerca de 70.000 eligieron a PACMA, el más votado entre quienes no lograron entrar en el Parlamento.
Ninguno de ellos dispone de subvenciones. Nadie ve un duro de esta actividad. Se presentan a pulmón, con aportaciones militantes de tiempo y dinero, y campañas de mucho callo en red y calle. De sus candidatos se extrae un par de rasgos comunes: el desapego por los modelos clásicos de partido, sus modos y peajes internos, y una vocación política que trasciende, al menos por ahora, la mera aspiración representativa. Hace falta una alta dosis de genuino entusiasmo para perseverar cuando sabes que la meta queda lejos.
ElDiario.es Andalucía ha charlado con algunos de ellos.
Escaños en Blanco: aspirar a representación para no ejercerla
Escaños en Blanco es una candidatura que aspira a tener representación para no ejercerla. Si lograran un escaño, recogerían el acta pero no tomarían posesión. Solo buscan llamar la atención para que se introduzcan elementos de democratización y rendición de cuentas en el sistema electoral. “Estamos más cerca de una asociación civil”, admite Juan Soler, su coordinador regional: “Nosotros no tenemos ninguna ambición política. Somos un partido finalista. Un político profesional es de otra pasta”.
Dice Soler que entre los 60 afiliados hay gente de todo tipo: de personas con alta especialización jurídica a el que piensa que algo no va bien, y encuentra aquí el modo de expresarlo. Suficientes para conformar lista electoral en todas las provincias menos Huelva. Se han presentado a todas las autonómicas andaluzas desde 2012, cuando tocaron techo: 5.759 votos. Después, el voto protesta que aglutinaban se difuminó en nuevos partidos como Podemos y Ciudadanos. Ahora aspiran a recuperar el pulso.
Sus militantes han participado en comisiones del Congreso o del Parlamento de Catalunya para exponer los defectos de la ley electoral. “Todo el mundo te dice que sí, pero la realidad es que no hay ningún apoyo”. Soler apunta al voto rogado (cuya modificación se ha aprobado recientemente), las circunscripciones electorales o los umbrales como algunos de los déficits de la representatividad del sistema electoral. El candidato admite que hay algo “naif” en su propuesta, pero a la vez denuncia una falla muy concreta: “No puede ser que votemos, y esperemos cuatro años a ver qué han hecho”. Aspira a un sistema “parecido al suizo”, con mayor control ciudadano de la acción de Gobierno.
Escaños en Blanco ha obtenido representación (que no ha ejercido) en las tres últimas elecciones municipales en Foixà (Girona). Soler sabe que no lo lograrán ahora, pero no le quita el sueño. Aspira a un resultado que ponga el foco sobre la calidad democrática del sistema electoral, de modo que otros partidos introduzcan el asunto en su agenda. “Somos una herramienta”. Y está convencido de que tendrían más apoyos si la mesa no se inclinase siempre hacia el statu quo: “¿Quién necesita conocer ya al PP o al PSOE? ¿Por qué se reducen las posibilidades de que el votante pueda conocer nuevas opciones? Es un claro sesgo que limita la incorporación de nuevos puntos de vista”.
Somos FUTURO: el partido más joven que llegó sobre la bocina
Somos FUTURO está registrado con un nombre que más bien parece un programa electoral: “Somos Fuerza, Unión, Trabajo, Utilidad, Regeneración y Oportunidad”. “Había un par de empresas con un nombre similar a Somos FUTURO y preferimos evitar problemas”, cuenta Elena Bago, profesora de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Sevilla y candidata por la provincia, única en la que se presentan. Dice que preparó sus clases de estos meses por adelantado, y ahora todo su tiempo libre lo dedica a la candidatura: ocho o diez horas al día.
Bago fue afiliada de Ciudadanos y en diciembre disputó las primarias a Juan Marín, que finalmente revalidó su cargo como coordinador regional. Dejó el partido y fundó Somos FUTURO junto Amalia Sierra (psicóloga sanitaria) y Jesús Moreno (profesor de Geografía en la Universidad de Sevilla). “Somos pocos, pero hay muchos que están esperando al día 20 para venirse”, dice Sierra. Llegaron por los pelos a esta convocatoria [el registro lo confirmaron el 18 de abril] y si no tienen más listas provinciales es porque Sierra se rompió la pierna en el peor momento. “Creo que el sistema está hecho para que los partidos pequeños o nuevos no nos presentemos. Los plazos son inviables”, dice Elena Bago.
“Queremos más ideas y menos ideología”, resume. Asegura que ha recibido un aluvión de propuestas para el programa, hasta que han cerrado el grifo. Y opina que ningún partido se ha preocupado hasta ahora de ofrecer un proyecto netamente andaluz. Todos están condicionados por la posición nacional, a su vez determinada por un enfoque ideológico.
“Nunca podrán decir que no lo intentamos”, dice su perfil en Twitter. “Nosotros a lo que aspiramos es a poner la semilla para crear un partido diferente a lo que hay hasta ahora y que la gente se involucre”, explica: “En las próximas municipales tendremos representación, seguro. Bastante”.
Volt: “Andalucía made in Europa”
Frente a las identidades locales, Volt se presenta como el único partido genuinamente “europeísta y paneuropeo”. Eso no significa que no tenga la vista puesta en el territorio. Su lema es “Andalucía made in Europa”, y su programa se basa en cinco ejes con recetas aplicadas a la realidad social de Andalucía. Se definen como “progresistas” y proponen acabar con la tauromaquia, la digitalización de la administración o el fomento de la participación a través de “comités ciudadanos”.
Volt, que iba a llamarse Vox hasta que se dieron cuenta de que ese nombre ya tenía dueño, tiene un genoma indisociable de la Unión Europea. Cuenta Luis Rodríguez Vives, cabeza de lista por Málaga, que surgió de la puesta en común de las preocupaciones de dos jóvenes de Erasmus, en 2017. Algo tuvo que ver también el Brexit. Desde entonces, han logrado representación en Países Bajos (tres diputados), en el propio Parlamento Europeo (un eurodiputado por Alemania) o en Bulgaria. También participan en coaliciones de gobierno en Múnich o Frankfurt. Esta es su cuarta campaña electoral en España, tras participar en las europeas y en las elecciones autonómicas de Madrid y de Castilla y León.
Cuando se bucea en las redes sociales de Volt, llama la atención su cuidadísima imagen: los encuadres son dinámicos, el mensaje es nítido y la terminología, positiva. “Trabajamos mucho la imagen de marca. Es importante que se nos reconozca de la misma forma en toda Europa”, concede Rodríguez. Él encabeza la única lista, por Málaga. “A las primarias nos presentamos tres y los volters me dieron su confianza”, comenta. “Sí, nos llamamos así entre nosotros. A mí me gusta mucho saludar: buenos días, volters”, aclara. “No es tan distinto del viejo ”camaradas“ o ”compañeros“”. El fin de semana electoral habrá un encuentro de “volters” de toda Europa en Málaga.
En tiempos de Zapatero, Rodríguez llegó a militar en el PSOE, donde no encontró acomodo. “Yo quiero estar en un sitio donde me sienta bien”. Es politólogo, fue militar, ha trabajado como consultor en cuestiones de transparencia y ahora es asesor inmobiliario. En su perfil de LinkedIn se define como “Candidato a la Presidencia de la Junta de Andalucía”, pero sabe que el éxito está en otro sitio: “Sería un honor representar a los andaluces y andaluzas, pero lo mío es vocacional. Nuestro objetivo es que nos conozcan. Que digan: ”Ahí va Luis, ese chico europeísta“.
Recortes Cero: con la redistribución de la riqueza por bandera
Surgida en plena tempestad de la gran crisis económica de la década pasada, Recortes Cero mantiene la esencia de su espíritu fundacional. “Nosotros defendemos redistribuir la riqueza. Arrastramos una crisis que se está agudizando con la guerra, y esto afecta de forma particular a Andalucía. Nos oponemos a que la crisis la paguen una vez más los trabajadores y los sectores desfavorecidos”, resume Violeta Tercedor, su candidata. Proponen “revertir los recortes en Sanidad y Educación”, recuperar los rescates bancarios, invertir en la reindustrialización. También un salario mínimo y un salario máximo, aumentando al 50% el IRPF de las rentas más altas para poder establecer un complemento a las pensiones que las equiparen a la media estatal.
Tercedor resalta que, a nivel nacional, ninguna fuerza de la izquierda parlamentaria tiene tanto peso: se han presentado a todas las elecciones desde 2014, lograron 91.000 votos al Senado en las últimas generales, y ahora tienen lista en todas las provincias andaluzas, gracias a una confluencia electoral con Izquierda por Almería, Izquierda en Positivo y ¡Jaén Viva! Su aspiración es lograr representación. “Vamos a trabajar para que el voto útil sea conseguir algo con lo que tú estés de acuerdo”.
Ella no es nueva, aunque sí joven. En 2015, con 21 años, esta profesora de Biología se convirtió en la más joven candidata que haya optado a presidir la Junta de Andalucía. Ahora repite y dice que está “por principios”: “Defendemos un programa justo y es un error pensar que podemos cambiar las cosas dejándolo todo en manos de quien nos han traído hasta aquí”.
Por un Mundo Más Justo: una “ciudadanía global fraterna”
Por un Mundo Más Justo tiene una noble misión. “Nuestra propuesta desde 2004, que hemos ido desarrollando, es por una ciudadanía global fraterna, basada en el artículo primero de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: que todos los ciudadanos son libres e iguales y están llamados a entenderse fraternalmente”, explica Manuel López, su candidato en las próximas elecciones andaluzas. “El fin de la pobreza es una decisión política”, dicen en su web.
El objetivo es poner el foco en lo esencial, desarrollando políticas encaminadas a la “reconstrucción de relaciones” entre generaciones, colectivos, sectores económicos y culturas. Ahora están inmersos en un “proceso de deliberación del relato político-ideológico”, algo que no es poca cosa. ¿Qué es un mundo más justo? Para empezar, una regularización extraordinaria de todas las personas migrantes, objetivo de una ILP para la que ya han recogido 250.000 firmas.
Por un Mundo Más Justo se presenta en las ocho provincias. Aunque nació en 2004, el movimiento ha pasado de 250 a 850 militantes en los últimos tres años, explica López. La primera sede regional ha sido la andaluza.
Manuel López es arquitecto técnico, y dedica las tardes a este proyecto, además de a atender a sus dos hijas. Hace años estuvo afiliado al PSOE (“por poco tiempo”) y en su momento se acercó a los círculos de Podemos: “Esto te va enganchando. Para muchos es una vocación tardía. Aquí hemos descubierto un partido que nos ilusiona porque transmite un mensaje con un valor en sí mismo”. La prioridad, dice, son los sectores más desfavorecidos: “Ese es el sentido de la política”.
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