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Historia y humor en las visitas teatralizadas al emblemático Alcázar de Jerez

Detalle de la visita en los jardines del Alcázar.

Francisco J. Jiménez

Hay muchas maneras de visitar un conjunto monumental como el Alcázar de Jerez. Una tradicional y otra divertida y amena. La elección parece clara. Hasta el mes de septiembre se pueden conocer la historia y las leyendas de uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad jerezana de la mano de la empresa de animación cultural De Ida y Vuelta, que da vida a las visitas teatralizadas organizadas por la delegación de Urbanismo, Dinamización Cultural, Patrimonio y Seguridad del Ayuntamiento jerezano.

El Alcázar se levantó en el siglo XII y constituye uno de los escasos ejemplos de arquitectura almohade que existen en la península. Jerez era en este siglo una de las ciudades más importantes de la Baja Andalucía y su Alcázar era una fortaleza-palacio con funcionamiento autónomo; una pequeña ciudad que era la sede del poder que regía la ciudad y su territorio.

Serán los propios personajes históricos los que contarán de una manera divertida lo que ocurrió entre aquellos muros tan bien conservados a lo largo de los siglos. Los guiones se han planteado con rigor histórico, aunque permitiendo ciertas licencias literarias y humorísticas. Se verá a Aben Obeit, el reyezuelo que reinaba en Jerez y habitaba en El Alcázar, durante el periodo de los segundos reinos de Taifas, y que pactó con los almohades; o a Abul-Abbas Ahmad Al-Xeriri, poeta y filólogo jerezano; o a la infortunada reina Doña Blanca de Borbón, esposa de Pedro I de Castilla, apodado ‘El Cruel’, asesinada por mandato de su esposo y que según cuenta la leyenda estuvo prisionera en el Alcázar.

El grupo de visitantes es recibido en el Patio de Armas y tras una breve presentación, inicia el recorrido empezando por la Mezquita. En primera persona, el poeta Abul, interpretado por Sergio Torrecilla, explica que el Alcázar se erigió allí por ser el punto más elevado de la zona, con su importancia estratégica. En la sala más solemne de la Mezquita, la de la oración, es donde aparece el gobernador Abel Obeit, al que da vida Joaquín Varela.

El paseo por los jardines es otro momento mágico de la visita. El sonido de la fuente, el olor de las flores... “Es una representación del paraíso en la tierra”, remarca el poeta. Aisha, interpretada por María Fernández, una de las almohadas del gobernador, realiza un baile ante los presentes para darle mayor realismo a la situación.

El primer giro histórico se da con la aparición de un caballero castellano que pide a los “infieles” que abandonen el Alcázar. Interpretado por Monchi Cruz, se bate en duelo con el gobernador y, tras salir ganador, se firman las capitulaciones, en las que se respetó a la población musulmana, sus creencias y posesiones. En este pasaje de la visita se habla de la leyenda de Don Fortún de Torres, un alférez que sostuvo el pendón real de Alfonso X El Sabio con los dientes y los muñones hasta su muerte, tras perder los pies y los manos en la batalla.

La recuperación del Alcázar, con la expulsión definitiva de los musulmanes, se produjo a finales del siglo XIII. Ya no hubo capitulación, sino expulsión de la población musulmana. Llegaron tiempos de reformas en el Alcázar, que ya era cristiano, y en la visita se llega a uno de los platos fuertes: la leyenda de la reina Doña Blanca, a la que interpreta Ana del Corral. El humor inteligente y gaditano se mantiene en la explicación de la vida de este personaje.

Después llegará el turno para Don Rodrigo Ponce de León, el Marqués de Cádiz, alcaide del Alcázar, que firmó las reformas para hacer de la fortaleza su propia vivienda en el siglo XV.

Ya la noche ha caído sobre Jerez, pero la visita no se hace pesada por los golpes de humor de unos actores que, además, son historiadores. Ya nos encontramos en el siglo XVIII y el Marqués Lorenzo Fernández de Villavicencio muestra la belleza de su palacio, también presente dentro de la fortaleza, y el Molino del Aceite. Allí Paula del Corral le da vida a Paquita, la molinera, en la penúltima escena del recorrido antes de una fiesta final en el Patio de Armas.

En una hora y media se ha hecho un viaje en el tiempo para regresar finalmente a la actualidad. Gracias a De Ida y Vuelta ha sido posible conocer la historia del Alcázar. La empresa, paralelamente, también ofrece actividades en Cádiz, en el Castillo de San Sebastián, y con la obra Cádiz Oculto en el Palacio de Aramburu. Una manera didáctica y divertida de acceder a la historia a precios populares.

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