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Cines de verano de Córdoba: películas con olor a azahar

El público va llegando a una sesión en el cine Fuenseca, que data de 1945.

Laura Ferrer

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El verano cordobés no sería el mismo sin sus cines al aire libre. Apenas conocidos por los miles de turistas que la visitan cada día, son casi religión para muchos cordobeses.

En su época de apogeo, entre los años 40 y 50, Córdoba llegó a albergar nada menos que 30 cines de verano. Hoy se mantienen cuatro en activo: El Coliseo de San Andrés (el más antiguo, que data de 1935), además de el Delicias (1943), el Fuenseca (1945) y el Olimpia (1947). Los cuatro han funcionado de manera ininterrumpida desde su apertura, aunque los altibajos han sido frecuentes. 

La temporada acaba de arrancar. Suele hacerlo en torno al 15 de junio pero la fecha de inicio varía de año en año porque siempre hay que tener la vista puesta en el cielo. “Lo normal es que haga buen tiempo, pero hay que estar pendiente de los últimos partes. Más de una vez nos ha ocurrido que el día de la apertura ha llovido”, explica Martín Cañuelo quien, al frente de Esplendor Cinemas, ha conseguido mantener a flote la tradición de los cines veraniegos cordobeses.

 Así, Cañuelo tomó las riendas de los cines de verano en el año 1986, al principio como empresario, y desde 1998 con el nombre de Esplendor Cinemas S.L. Nada más y nada menos que 34 años al frente de los cines de verano. 

El empresario admite que los cines no estaban precisamente en su mejor momento cuando se hizo cargo de ellos en los años 80. “El cine ha vivido diferentes crisis. Los avances de la tecnología y los cambios sociales le han afectado de manera muy directa”, puntualiza. 

“El momento de la gran eclosión de los cines en Córdoba, tanto de verano como de invierno, fue en los años 40 del siglo pasado, aunque ya en los años 20 y 30 había muchos cines al aire libre”, relata.

¿Por qué surgieron los cines al aire libre?

Pero, ¿por qué surgieron estos cines al aire libre? “Antiguamente los teatros y los cines cerraban cuando llegaba el calor porque no contaban con sistemas de aire acondicionado. Hacía demasiado calor para estar en las salas. Desde mayo o junio hasta septiembre echaban el telón”. Es ahí cuando surgen los cines de verano, para que las películas siguieran llegando a los espectadores, incluso en las noches más tórridas. “En todos los pueblos de Andalucía llegó a haber tantos cines de verano como teatros o cines convencionales”, asegura el empresario. 

A finales de los años 60 el cine vivió su primera crisis por la llegada de la televisión a las casas. “Después, el desarrollo urbanístico también tuvo un gran impacto. Donde hoy hay edificios o urbanizaciones antes había grandes patios o casas con huerto donde se instalaban los cines de verano. Eso era una tradición de los cascos antiguos porque no hay que olvidar el origen agrícola de Córdoba”, recuerda Cañuelo.

En los años 80 llega otra crisis, la que provoca la irrupción de los videoclubs y del vídeo comunitario. “Provoca un descenso de espectadores en los cines en general y también en los de verano. Entonces cerraron muchos cines pero fue el momento en el que nosotros tomamos el relevo y hemos conseguido mantenerlos”, asevera Cañuelo.

Cines de verano en Córdoba: 84.000 espectadores en 2018

A los cordobeses les encantan sus cines de verano aunque, por supuesto, la taquilla también depende de la oferta cinematográfica que haya cada temporada. En la de 2018 acudieron un total de 84.000 espectadores a los cuatro locales. Claro que el tirón de ‘Campeones’ tuvo mucho que ver en esta cifra tan positiva. “No todos los años hay películas con el mismo tirón. Eso hace variar el número de espectadores, obviamente, pero las cifras se mantienen bastante bien. En conjunto son cines que mantienen un número de espectadores bastante aceptables, por lo menos para mantenerse”, explica el empresario de Esplendor. Y es que el cine de verano es una experiencia que remite a una vida de barrio casi perdida. El Cinema Paradiso que regresa en los tiempos de las pantallas digitales y las plataformas online.

 Cada uno de los cines dispone de su propio servicio de bar con bebidas frías, bocadillos calientes de lomo, tortilla, pechuga de pollo, perritos, hamburguesas… Las familias pueden acudir con su propia comida de casa, siempre dentro de unos límites. “Se tolera. No es que nos haga mucha gracia”, bromea Martín Cañuelo. En todo caso, las viandas que se traen de casa no deben ser muy voluminosas. Nada de llevarse la olla. Pero es que no merece la pena. “Los precios que ofrecemos por los bocadillos y las bebidas frías no son superiores a los de cualquier bar, con lo que es más molestia preparar y traer la comida de casa. Es bastante asequible y más cómodo”, subraya el empresario.

La velada cinematográfica alcanza tintes casi bucólicos por tratarse de espacios rodeados de naranjos, limoneros y plantas aromáticas típicas de Córdoba como la dama de noche y el jazmín. Los perfumes naturales de estas plantas hacen de la experiencia del cine de verano algo todavía más delicioso.

Además, “el suelo es terrizo y se riega todas las tardes antes de la función, con lo que la temperatura es más fresca que en el exterior, entre cuatro o cinco grados menos”, afirma Cañuelo, que recuerda que la palabra terraza viene precisamente de terrizo.

Funciones todos los días

En total, los cuatro cines de verano de Córdoba tienen disponibles unas 2.500 localidades. Hay funciones todos los días del verano hasta mediados de septiembre y normalmente hay dos sesiones si la duración de la película lo permite.

La programación es muy variada, ya que está pensada para los distintos públicos: el familiar, con estrenos y reestrenos con las películas más importantes de la temporada; el cinéfilo, que busca películas de autor premiadas en festivales; además de la cartelera para un público heterogéneo, que incluye clásicos de cine y comedias, un género especialmente atractivo para el público durante el verano.

 “Al tener cuatro locales, podemos ofrecer más variedad. Hay que tener en cuenta que el público de cine ya no es tan masivo como en otros tiempos. Por eso hay que intentar atender y fidelizar tanto a quienes les gustan más las películas que tengan más sustancia como a los que buscan cosas más ligeras. Ni solo programar blockbusters americanos, ni solo programar películas independientes o exquisitas. De este modo, sea cual sea el público y sus intereses, siempre tendrán una opción para acudir a los cines.”, concluye Cañuelo.

 Al margen de los Esplendor, también hay que citar el cine que se habilita en la Plaza de Toros de Córdoba y que comienza su actividad el 25 de junio.

 

 

 

 

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