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Colgados de los 'pirineos malagueños'

Bernabé Fernández, en plena actividad.

Nacho S. Corbacho

Hay quien conoce la zona como los Pirineos malagueños. Basta adentrarse en alguna de sus rutas senderistas para entenderlo: enormes moles de piedra caliza se alzan hacia el cielo entre hermosos valles donde pasta el ganado y paisajes esculpidos por el agua y el viento. Es ahí, entre multitud de recovecos, muros naturales y bloques calizos, donde se encuentra una de las vías de escaladas más difíciles de todo el mundo. Se llama Chilam Balam y cuando el malagueño Bernabé Fernández la realizó por primera vez a finales de los años 90 se convirtió en la ruta de mayor dificultad de todo el planeta.

“Hoy existen ya varias similares en otros países, pero entonces era única”, recuerda Fernández. La noticia hizo que escaladores de todo el mundo, de Japón a Australia, Europa o Estados unidos viajaran hasta Villanueva del Rosario, en cuyo término municipal se encuentra esta vía. “La vía fue innovadora para su época y le dio un impulso increíble a la escalada en esta comarca, donde sigue llegando gente de medio planeta”, subraya Emilio Tamayo, presidente de la Asociación de Montaña Chamizo, entidad que trabaja para el desarrollo del deporte de la escalada en la comarca.

Chilam Balam es la punta del iceberg de un deporte que tiene en Málaga uno de sus lugares de peregrinaje. La provincia malagueña cuenta con alrededor de 10.000 rutas de escalada y medio millar de ellas se encuentran en Villanueva del Rosario, en la zona de las sierras de El Jobo y Camarolos o en parajes como el Desprendimiento de Hondonero.

Tradicionalmente, ha sido la zona de El Chorro el principal atractivo para los deportistas con casi 1.400 vías para escalar, pero desde hace unos años se empezaron a abrir rutas en otros lugares. El Torcal es otra de las zonas clásicas para practicar este deporte, pero también municipios como Archidona. “Málaga siempre ha sido una de las zonas más relevantes de toda Europa”, subraya Bernabé Fernández. El hecho de ser la segunda provincia más montañosa de España y el predominio de la piedra caliza son dos de los factores más importantes para ello. Pero también otro aspecto fundamental: el clima. “Aquí hay opciones par todos los niveles. Y existen algunas a más de 1.500 metros de altura. También se puede escalar todo el año: hay rutas que dan al sur perfectas para el invierno y otras orientadas al norte que permiten subir en pleno verano”, añade este reconocido escalador.

Bernabé Fernández lleva la escalada en la sangre, deporte con el que mantiene una relación muy personal desde hace casi tres décadas. Comenzó a escalar a los 13 años, a los 14 fue el escalador más joven en completar una ruta 8a+ (una de las más difíciles) y a los 17 ya había equipado la ruta más difícil de España (que en 1991 era la denominada Harakiri). Ha viajado por todo el mundo practicando este deporte. Y, a nivel local, su relevancia no sólo se debe a su trabajo para equipar la Chilam Balam: Bernabé ha abierto otro medio millar de rutas a lo largo de toda la provincia, situando a la provincia en el mapa mundial de la escalada e impulsando un deporte que ya cuenta con más de 3.000 deportistas federados en Málaga.

Arrancó en El Chorro, para posteriormente continuar por zonas como la Cueva de las Grajas en Archidona, para seguir por El Torcal de Antequera y, finalmente, Villanueva del Rosario. “Y aunque hace ya casi 20 años de aquello, es hoy cuando la zona empieza a ser realmente conocida”, subraya este profesional de la escalada, que subraya que la montaña saucedeña “es un lugar fantástico, con zonas de muchísima dificultad y muy agradecido para los aficionados a la escalada. Y todo en un entorno muy bonito”.

“Es una zona muy interesante y por su orientación hacia el norte permite la escalada a lo largo de todo el año. Es una de sus grandes ventajas”, añade por su parte Luis Pérez, Técnico deportivo en escalada y que acude con frecuencia a la zona con diferentes grupos para realizar cursos de escalada, ya sea para primerizos o para quienes ya tienen práctica. Pérez, que lleva dos décadas y media practicando este deporte, explica también que en la zona de Villanueva del Rosario hay menos zonas protegidas y eso hace que “todo sea más sencillo”.

Además, la visita en los últimos años de escaladores punteros a nivel mundial ha dado un impulso definitivo. Uno de ellos es Adam Ondra, joven deportista checo que realizó la vía Chilam Balam en 2011 acompañado del propio Bernabé Fernández. Y que, de paso, consiguió abrir una nueva ruta denominada La planta de Shiva, que volvió a poner en la órbita mundial a esta zona de escalada. “El tirón realmente importante llegó a partir de aquello: es cuando aparecen los primeros vídeos en la misma zona de la Chilam Balam, se multiplica el efecto por las redes sociales y eso hace que venga cada vez más gente”, cuenta por su parte Luis Pérez, que destaca también la presencia de profesionales como el francés Sebastian Bouid o los españoles Eduardo Marín y Daniel Andrada.

De esta manera, la zona se va consolidando frente a espacios como El Chorro, donde la puesta en marcha del nuevo Caminito del Rey y su impulso turístico ha hecho que se prohíba la práctica de este deporte en diferentes sectores. “Siempre había sido un paraíso para los escaladores: había que ir con cuerdas y material y por eso había muy poca gente, pero ahora es distinto, claro”, dice Luis Pérez. Un hecho que está trasladando a muchos aficionados hacia Villanueva del Rosario. “Cada vez viene más gente y eso lo notamos en el pueblo. El turismo rural es cada vez más importante, se nota la mayor venta de material deportivo especializado y si hace años muchas gente nos decía locos hoy se nos respeta más”, cuenta Emilio Tamayo, que destaca que la sierra saucedeña es apta para cualquier tipo de escalador y nivel, ya que se puede practicar escalada con cuerda, sin cuerda, de bloque, de manera clásica…

Y, mientras, tanto la Asociación de Montaña Chamizo como el propio Bernabé Fernández trabajan por la educación y la promoción del deporte de la escalada. Los primeros han realizado numerosas actividades, jornadas y campeonatos en la comarca desde su nacimiento en 2008. Desde entonces, han conseguido poner en marcha un rocódromo en Villanueva del Rosario, donde ha habido hasta este año una escuela de escalada, hoy inactiva por falta de apoyo municipal. “Es complicada nuestra labor porque las administraciones apenas ayudan, pero este es un club que se mueve para dinamizar un deporte como la escalada y la defensa del medio ambiente”, subraya Emilio Tamayo.

Mientras, Bernabé Fernández inauguró a comienzos de 2015 una escuela de escalada que lleva su nombre donde hoy acuden un centenar de personas a entrenar, “desde niños de cinco años hasta personas que rondan los 80 años”. Las instalaciones, ubicadas en el polígono de Santa Bárbara de la capital malagueña, cuenta con más de 400 metros cuadrados de superficie escalable, que cuentan con unas 4.000 presas y 40 volúmenes de distintos tipos para poder escalar hasta 50 vías de todos los niveles. “La escalada es un deporte que puede practicar todo el mundo, pero siempre con formación previa. Conocer el uso del material es básico y debe hacerse con un curso en condiciones, porque si no luego llegan los accidentes. Y la montaña a veces no te da una segunda oportunidad”, concluye Bernabé Fernández.

 

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