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Monte Prieto: el bosque que resucitó por el empeño de la ciudadanía

Reforestación en Monte Prieto, en la Sierra de Grazalema.

Francisco J. Jiménez

Septiembre de 1992. Un incendio arrasa 824 hectáreas en Monte Prieto, situado en el Parque Natural de la Sierra de Grazalema, entre los términos municipales de Grazalema y Zahara de la Sierra. Fue un desastre tanto ecológico como humano, ya que se llevó la vida de cinco personas. En aquel momento parecía una pérdida irreparable, pero si la sinrazón del hombre puede provocar algo tan horrible, la voluntad lo puede reparar.

Así, 22 años después, se ha producido la reapertura de esta zona, que ha pasado de estar calcinada a resucitada gracias a la regeneración iniciada por Ecologistas en Acción y apoyada por un batallón de voluntarios, así como por la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio. Entre todos han revivido un paraje natural paradisíaco. Durante la siguiente década al desastre, Ecologistas en Acción desarrolló un proyecto en el que participaron 5.700 voluntarios, consiguiendo la recuperación del bosque mediterráneo en una parcela de 35 hectáreas, junto al Puerto de los Acebuches.

Los objetivos del proyecto eran concienciar a la población sobre la necesidad de colaborar en la conservación, defensa y regeneración de las masas forestales, así como regenerar una zona incendiada, como símbolo del compromiso de los ciudadanos en defensa de sus montes. Había que configurar un paisaje semejante al preexistente y un hábitat óptimo para la fauna.

Objetivos cumplidos

Ahora se puede comprobar que la mayor parte de esos objetivos se han cumplido. Lo que era tierra calcinada se ha convertido en un bosque mediterráneo joven pero vigoroso, en plena recuperación y expansión, que cubre toda la ladera de Monte Prieto. Ecologistas en Acción presentó una propuesta a la Junta Rectora para que este bosque se convirtiera en un ejemplo del compromiso ciudadano con la protección y regeneración de nuestros bosques, abriéndolo al público y divulgando la labor desarrollada por los voluntarios y voluntarias.

Este mes se ha iniciado un programa de visitas de los voluntarios que colaboraron en este proyecto y de los centros escolares que participaron, para que los actuales alumnos puedan comprobar el resultado del trabajo que realizaron sus antiguos compañeros y que constaten que el trabajo voluntario tiene su recompensa.

La denominada Ruta de Monte Prieto pretende mostrar de una forma didáctica las devastadoras consecuencias del fuego y la importancia de la participación social en las labores de reforestación. Un panel situado a la entrada del sendero explica lo ocurrido e invita al visitante a recorrer parte de la zona restaurada durante un kilómetro.

“Hay muchas campañas de reforestación en muchos sitios, pero ésta es la primera de esta magnitud. Lo normal es que la gente vaya un año, colabore de algún modo y ya no vuelva. Aquí han sido 11 años de trabajo. Gracias a eso ahora el visitante que venga puede recorrer una zona que se quemó, puede ver que se ha recuperado monte, no como hace 22 años, pero sí a un nivel muy importante. La gente pasa por un bosque y se queda sorprendida porque hace dos décadas no había nada”, destaca Juan Clavero, de Ecologistas en Acción y alma mater de este proyecto.

El visitante que quiera comprobar el estado de este sendero se encuentra con un acceso cómodo, cerca de un mirador amplio. Así que primero se adetrará en el sendero y después descubrirá la entrada al Pinsapar, que es la joya de la corona de esta zona. Es para no perdérselo porque aunque ya es muy conocido, se trata de un paraje de lo más singular. En este punto de Andalucía se llega a dar un clima casi monzónico. Un bosque con un paisaje nórdico, los Alpes, Canadá o Siberia, pero en pleno corazón de Cádiz. Clavero, catedrático de Biología y Geología del Instituto de Enseñanza Secundaria Santo Domingo en El Puerto de anta María, asegura que “en Andalucía hay que cosas que conocer, como la Alhambra, la Mezquita, la Giralda o Doñana, pero también el Pinsapar. Debería ser obligado que todos los niños lo conocieran”.

Son muchas las rutas posibles para los que no conozca la zona y afectan no sólo a la Sierra de Grazalema y al Pinsapar, sino también a las localidades de Grazalema y Zahara de la Sierra, que son las más próximas a Monte Prieto. La visita a la Garganta Verde sería también de obligado cumplimiento para cualquier excursionista con un mínimo de sensibilidad ecológica. No debe olvidarse que para acceder a algunas zonas es necesario el permiso de la Consejería de Medio Ambiente, que se obtiene en la oficina del Parque Natural de Grazalema que está en la localidad de El Bosque.

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