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El tesoro que guarda todos los olivos del mundo

Banco Mundial de Germoplasma del Olivo

Carmen Reina

A simple vista, son unas cuantas hectáreas más de olivos de las que pueblan gran parte del paisaje andaluz. Pero cada uno de estos olivos es un tesoro en sí mismo, árboles cuidados y mimados para mantener su especie. Los terrenos anexos al Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (IFAPA) de Córdoba guardan el Banco Mundial de Germoplasma del Olivo, el lugar donde se preservan todas las variedades de olivo existentes en el mundo.

Son 885 variedades de olivo, provenientes de 24 países, las que se extienden en dos terrenos diferenciados, uno de secano y otro de regadío. En cada uno de ellos, dos olivos de cada variedad guardan la esencia de este árbol que se expande en países tan distintos como Italia, Siria, Grecia o Egipto. Nombres que resultan desconocidos como mahati, abbou kanani o toffahi.mahatiabbou kananitoffahi Pero, por supuesto, también de las variedades más propias de Andalucía, como las conocidas gordal, hojiblanca o manzanilla. Pero no una ni dos. Para hacerse una idea: allí se pueden ver los 17 tipos de aceituna manzanilla que existen.

Cada una de estas variedades posee unas características específicas que conforman una gran gama de perfiles genéticos de olivo, utilizada en la investigación para la mejora de la especie y las nuevas posibilidades para la producción de los aceites de oliva virgen extra.

De cuando en cuando, el IFAPA organiza una actividad para que el gran público conozca este banco mundial del olivo, posibilitando así una visita organizada en grupo que da cuenta sobre el terreno de los olivos de todo el mundo que han venido a congregarse a la orilla del Guadalquivir a su paso por Córdoba.

Grupos de visitantes con un guía técnico avistan cómo de cada ejemplar de olivo cuelga una etiqueta que le pone nombre y apellidos a la variedad del árbol. Y en esta época de otoño, puede incluso tocar con sus propias manos las aceitunas que cada uno de los olivos da y comprobar, en uno de sus rasgos más característicos, las diferencias entre unas y otras.

Esas diferencias son precisamente las que salvaguarda este banco tan particular, donde la información y el estudio de esta colección de olivos son básicos para los programas de mejora genética del olivo. Es el gran valor de este conjunto de olivos, que se explica al visitante sobre el terreno, en pleno cultivo, y también en los invernaderos donde durante todo el año es verano y crecen nuevos ejemplares para mejorar las variedades de este árbol.

Y, no puede faltar, la parte más sensitiva para conocer la riqueza del olivo y de su producto estrella: una cata de aceites donde el visitante comprueba las diferencias de sabor y olor entre unas variedades y otras de las aceitunas originarias de todo el mundo que se cultivan en un trocito de Córdoba.

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