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Lora-Tamayo: “El CSIC tiene que militar exclusivamente en el campo de la generación del conocimiento”

Emilio Lora-Tamayo D'Ocón, presidente del CSIC

Javier Ramajo

Lleva al frente del mayor organismo público de investigación de España desde que en enero de 2012 fuera nombrado por el Consejo de Ministros. Pero a Emilio Lora-Tamayo D'Ocón (Madrid, 1950) no le pilló de nuevas. En el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) lleva desde 1996 y fue director del Centro Nacional de Microelectrónica, vicepresidente y, de 2003 a 2004, presidente. En esta su segunda etapa, de mayores dificultades presupuestarias sin duda, espera al menos que, antes de que acabe la legislatura, el Consejo disponga de un nuevo contrato de gestión.

Lo repite hasta la saciedad porque eso, insiste, le permitirá “poder incorporar a los mejores en puestos estables”. Esta semana ha estado inaugurando la temporada 2015/16 del Museo Casa de la Ciencia de Sevilla y este sábado se vive en media España la resaca de 'La Noche Europea de los Investigadores'  Antes de todo eso, en su hotel, atendió a eldiario.es/andalucia

Lleva ya casi cuatro años en el cargo. ¿Qué diferencias más notables aprecia entre esta etapa y la que vivió entre 2003 y 2004 también como presidente?

Creo que el Consejo no ha parado de tener una línea ascendente en capacidad y competencia, y no es amor de padre. Es una situación muy diferente desde el punto de vista económico y de recursos. Hubo salud económica desde 2002 ó 2003, que permitió hacer ofertas de empleo público para incorporar una cantidad sustancial de plazas de investigadores. Desde 2008 entramos en plena recesión, por cierto no reconocida hasta 2011. Yo sólo sufrí una reducción de 20 millones en 2012, los otros más de 100 millones venían de antes. Ha sido la peor situación económica de la vida del Consejo.

¿Habla en pasado?

Afortunadamente. Podemos hablar en pasado. El plan de viabilidad supuso un ahorro muy importante de los gastos del Consejo, con un par de créditos extraordinarios de 95 millones por parte del Ministerio. El apoyo del Ministerio lo he tenido siempre. Ya en 2014 abrimos sin déficit, una situación que se ha prolongado en 2015, y aspiramos a que sea constante. Prefiero una cantidad asegurada y continuada a lo largo de los años que un presupuesto fuerte. Ese crecimiento permite un desarrollo, a mi juicio, como deben desarrollarse las ciencias, a largo plazo.

Y la estructura del Consejo, ¿en qué situación queda cuando expira la legislatura?

La estructura y la gestión tampoco es positiva si lo comparamos con la otra etapa cuando fui presidente en 2003. Ya en 1996 decíamos que la estructura no era la adecuada, porque carecía de la flexibilidad de gestión para adecuarse a un organismo público de investigación a escala europea. En 2004, presentamos un borrador de proyecto de ley para cambiar la estructura del Consejo. En 2007 se convirtió en agencia estatal, pero nunca tuvo un contrato de gestión. Es una cosa muy fácil para conseguir equilibrio entre recursos del Estado y resultados. Organismos, incluso nacionales, tienen capacidades más amplias en cuanto a la gestión.

¿Para cuándo ese cambio?

Tenemos muy avanzado el poder presentar un contrato de gestión que dote al Consejo de capacidad operativa de gestión y flexibilidad. El Ministerio empezó a empujarlo en las otras instancias para que pudiera salir adelante. Quiero pensar que en esta misma legislatura podría estar. Sería una orden ministerial de Presidencia a propuesta de dos ministerios (Hacienda y Economía). Llevamos meses trabajándolo y puliéndolo. Hay holgura desde el punto de vista temporal.

¿Dónde está haciendo hincapié la ciencia española? ¿Qué es lo que tiene más futuro?

Eso es una pregunta de bola de cristal. ¡Yo que sé que es lo que va a ser necesario dentro de cinco años! Podría contestar en plan gallego: pues todo aquello que genere conocimiento y revierta en el bienestar de la sociedad. Nosotros en el Consejo vemos lo que tiene más relevancia internacional y puedo hablar de cómo la Biología y la Biomedicina están en los primeros puestos. En Astrofísica estamos muy en vanguardia, o en Agroalimentación. También podría hablar de la química verde, los catalizadores… Se nos están rifando a nivel de conocimiento y de empresas. Somos muy competitivos en muchos terrenos.

¿Cómo trabajan ustedes la vocación científica? ¿Tienen programas que la incentiven desde la escuela?

Es muy, muy necesario, y veo con envidia cómo otros países empiezan a despertar el interés por la ciencia en niños desde la cuna, no ya tanto esto de que les enseñan a ser emprendedores desde pequeños. Tenemos mucho que hacer. Llevamos siete años con el Movillab, un autobús que recorre cada año una docena de localidades donde no suelen llegar los investigadores, fidelizando a los profesores de institutos en un programa para intercambiar experiencias. También está El CSIC en la escuela, con el BBVA, despertando el interés por los fenómenos físicos a niños de entre cinco y siete años. La formación científica forma parte de nuestra misión. Los investigadores son muy receptivos a esta cuestión, pero hay mucho que hacer todavía.

Pero, y si esos niños se hacen mayores, se forman y luego se van del país ¿Sigue pensando que la 'fuga de cerebros' es una “leyenda urbana exagerada” como dijo hace casi un año?como dijo hace casi un año

Eso me lo preguntaron hablando del Consejo. Y le hablo del staff del Consejo, de los investigadores y técnicos que tienen posiciones estables. Solamente una veintena de personas se han perdido porque les han hecho una oferta mejor. Punto. Eso no es una fuga de cerebros. Hablaría de una carencia de posiciones estables para incorporar a una cantidad de investigadores potenciales. De eso es de lo que yo me quejo, no de que se me vaya mi gente estable. Mi gente estable no se me va. No queremos perder a nadie que estuviera en posiciones estables, y esa ha sido una línea roja en este periodo de recesión.

¿A qué se refiere con su “gente estable”?

Pues que si tenemos que no convocar nuevos programas de contratación temporal, pues lo haremos. Queremos posiciones estables para incorporar a la gente que sale estupendamente preparada de España, o de fuera de España. Es lógico que un doctorado salga fuera de España a contrastar si la valía que él se ha autodemostrado es capaz de reproducirla en un ambiente, digamos, más hostil, menos entre algodones. Esa persona tiene que tener una oportunidad de volver si quiere. Esa persona u otra extranjera. El Consejo tiene un 13% de personal extranjero.

En cualquier caso, ¿tiene el CSIC algún plan para el rescate de cerebros en el ámbito estatal?

Tenemos dos líneas de actuación. Con el programa ComFuturo pretendemos movilizar la financiación de empresas en un programa público-privado. Son 13 jóvenes posdoctorales brillantes contratados por el Consejo pero con dinero de las empresas durante tres años. Queremos seguir esa línea de colaboración público-privada. Más que un programa especial lo que me gustaría es fichar a gente en puestos estables. En el contrato de gestión planteamos unas ofertas de empleo público con plazas estables para poder incorporar, con los mecanismos todo lo exigentes que haga falta, bajo los principios de igualdad, mérito y capacidad en procesos transparentes para incorporar en posiciones estables a lo mejor que haya en el mercado. Insisto, del mercado interior y exterior. Eso es lo necesario. Este año ya tenemos 125 plazas nuevas que nos va a permitir promocionar investigadores a un nivel superior, incorporar 18 investigadores distinguidos y 475 licenciados o FP superiores durante dos años y hacerlos más competitivos en el mercado. Si esto lo tuviera todos los años, me daría con un canto en los dientes.

Pero CCOO ha denunciado recientemente que convocan una oferta de 475 contratos en prácticas es una estrategia para precarizar puestos en sus centros de investigación. ¿Qué dice al respecto?

Ningún otro sindicato lo ha dicho, ¿no? Creo además que la denuncia viene de un grupo de jóvenes del sindicato, que siempre está en contra de nuestros programas de formación. Pues yo creo que es una magnífica ocasión para incorporar a licenciados recientes, darles una experiencia que en otros sitios no ofrecen y que estén desarrollando una actividad reglada por parte de la institución. No es un becario que viene a servir café sino que responde a un programa de formación y que en dos años estará en el mercado laboral tras una experiencia en centros punteros del Consejo. Para ellos, es una ocasión estupenda. Es una forma de capacitar absolutamente atractiva.

El sindicato dice que podría ser un intento para cubrir puestos estructurales.

En absoluto se cubren puestos estructurales. Esos puestos vamos a intentar llenarlos porque necesitamos posiciones estables. La mejor prueba es que en 2012 planteamos el plan de viabilidad y se habló de un ERE. Dije que no, que la gente estructural se quedara, porque el mayor activo que tiene el Consejo es su personal, su personal estructural, fijo, estable. Y hemos perdido 18 en cuatro años porque les han hecho una oferta mejor. Niego que intentemos suplir carencias estructurales con este tipo de cosas. Estamos poniendo nuestra capacidad en juego para contribuir a la formación de jóvenes.

De cualquier forma, ¿cree que los investigadores del CSIC se mueven en las mejores condiciones posibles para generar conocimiento?

Tienen buenas condiciones, y lo que falta es la capacidad de incorporar puestos estables. La primera condición para que haya futuro en la investigación es que el nivel del país sea homologable al del país más avanzado. Eso lo tenemos en el Consejo y en las universidades. Tenemos instalaciones y laboratorios de primera línea. ¿Qué es lo que falta? Soy machacón: tener esa capacidad de incorporar a los mejores. Y para eso necesitamos tener tanto en el Consejo como en la Universidad unas ofertas públicas de empleo que al menos se doten con el 100% de la tasa de reposición, porque desde 2011 las tenemos bastante negativas. Si establecemos unas condiciones estables y continuistas en el tiempo, tendremos oportunidad de quedarnos con la crema del café. Las condiciones para investigar en España, los laboratorios o los grupos están ofreciendo una cancha en la que poder desarrollarse. Lo que falta es la capacidad para retener a la gente.

CCOO también denunció una práctica para evitar hacer fijos a cientos de trabajadores, impidiendo que los candidatos inscritos en la bolsa de empleo del Consejo con contratos encadenados durante 24 meses puedan ser elegibles para un puesto durante cuatro meses.

La bolsa de trabajo del Consejo tiene 12.000 inscritos, de los que sólo 2.000 trabajan en el Consejo y se van reproduciendo cíclicamente, es decir, hay unos 10.000 que no trabajan. Y te preguntas, ¿por qué? Hay que dar oportunidades a todos los que cumplen unos determinados requisitos. Si tú necesitas una persona temporal para una obra y servicio, busca en la bolsa a ver si hay más agente aparte del que tú quieras, porque si el que tú quieres lleva más de dos años, lo que tiene que hacer es una moratoria de cuatro meses antes de volver a entrar para trabajar en ese mismo centro porque puede trabajar en cualquiera de los 130 centros que tenemos, muchos de la misma especialidad. Si el investigador que necesita ese contrato demuestra que es el único que sabe hacer eso o que tiene esa capacidad y lleva dos o tres o cuatro años, lo tiene.

¿Entiendo que lo que se trata de evitar es una entrada por la puerta de atrás?

La excepción de que esa persona se puede saltar los cuatro meses está recogida. Son algunas de las matizaciones que se han hecho al reformular la bolsa y creo que son todas positivas. Antes la bolsa mezclaba un poco todo y ahora cada uno compite en su esfera más homogénea. Es una muestra más de que los recursos públicos se utilizan teniendo siempre presentes los principios de igualdad, mérito y capacidad y no por algún mecanismo que pudiera invocar algún tipo de clientelismo, cualquier puerta de atrás. Porque para ser fijo o para ser estable en un organismo público de investigación existen unos procedimientos que están reglados. Lo que no me vale es eso mismo, entrar por puerta de atrás.

¿El CSIC podría llegar a ser independiente del Gobierno de turno? ¿No podría modernizarse la institución mirando a largo plazo, siendo autónomo?

El CSIC no es de ningún Gobierno. Es un organismo público del Estado, igual que la Comisión Nacional del Mercado de Valores o que Correos, que es una agencia estatal. El Consejo ha pasado por todos los gobiernos que sean en sus más de 75 años: franquistas, democráticos, 'ucedés', 'pesoes' y de lo que fuera, siempre, con todos sus matices, en una pendiente positiva. ¿Y por qué? Porque quien estuvo, está y estará, espero, por lo único que mira es por que el Consejo sea un organismo público con una misión y unos objetivos que son apoyar, defender y trabajar en la ciencia y en sus aplicaciones para la sociedad. Eso al margen de quién le haya nombrado. Y como no sea así, mal va a ir.

¿Debería, paralelamente, haber un pacto por la ciencia entre los partidos?

Claro que lo creo, lo he dicho hasta en sede parlamentaria. Para que todos empujáramos el carro en la misma dirección. Lo peor que le puede pasar al Consejo es que fuera politizado en algún momento y que se le viera como partidario de lo que fuera. El Consejo tiene que militar única y exclusivamente en el campo de la generación del conocimiento y el desarrollo de las aplicaciones de la tecnología.

De todas formas, ¿qué espera tras las elecciones generales de diciembre? ¿Puede afectar un cambio en el timón del Gobierno de España?

A mí lo que me gustaría es que se siguiera apoyando la ciencia. Todos los partidos están por el bien de la sociedad, por que la economía pueda responder al bienestar y por que sabemos que la economía tiene uno de sus puntales en la generación del conocimiento. No me he encontrado a nadie en contra de eso y nadie que no te diga diga que existe una fuerte correlación entre los países que tienen un alto PIB. Por lo tanto, en principio, cualquier partido, cualquier gobierno, debería estar a favor de apoyar, de sostener, de impulsar la investigación.

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