La portada de mañana
Acceder
Una denuncia de la extrema derecha lleva al límite al Gobierno de Sánchez
Crónica - El día que Sánchez se declaró humano. Por Esther Palomera
Opinión - El presidente Sánchez no puede ceder

El arte urbano rinde homenaje a las abuelas de Torreblanca, la columna vertebral del barrio sevillano

Las abuelas son homenajeadas en Torreblanca /Foto: C. Ibáñez

Carmen Ibáñez

0

En el barrio sevillano de Torreblanca (cerca de 20.000 habitantes) las abuelas son el motor silencioso que hace que todo, o casi todo, funcione como debe ser. Que los niños no lleguen tarde al colegio, que tengan un plato de comida caliente en casa, que lleguen puntuales a sus citas médicas y que no les falte ni el cariño y ni los valores. Esta labor ha recibido un inesperado homenaje que ha llenado de color verde una pequeña parte de un barrio periférico donde no asoma por ningún rincón el colorido vivo característico de la Sevilla monumental. Por el contrario, en el paisaje de Torreblanca predomina el blanco desconchado de sus fachadas y el gris hormigón de sus escasas plazas públicas.

Precisamente por eso, hasta aquí han querido traer su acción los alumnos del máster en Arte: Idea y producción, de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla, dentro de la asignatura de Paisaje, que imparte la profesora Carmen Andreu Lara. Fueron los propios alumnos quienes eligieron realizar esta intervención en un barrio separado del centro, y alejarse de la majestuosidad y las estrictas limitaciones que impone el casco histórico donde van a clase cada día.

Desde este miércoles, en un muro medianero que da a la Plaza Salvador Valverde se encuentran grafiteados los retratos de once de estas abuelas en color verde, en una técnica que emula la técnica y el estilo del icónico grafitti serigrafiado del Ché Guevara. También está el retrato del hombre que da nombre a la plaza, Salvador Valverde, escritor, poeta y letrista de canciones tan populares como “Ojos Verdes”, “Ay Maricruz”, “María de la O”…. Temas que muchas de estas abuelas conocen a la perfección.

Cada alumno ha trabajado con una de las mujeres seleccionadas para este proyecto. Han elegido una foto de ellas, la han serigrafiado y convertido en una plantilla de acetato. Y esa plantilla, a gran escala, ha sido usada para convertir en grafiti sus retratos en esta plaza y también en algunas de las calles del barrio donde estas abuelas hacen su vida diaria.

Mujeres luchadoras: “Me lo merezco”

En el día en que los alumnos desarrollaron la acción, casi todas sus protagonistas asistieron a ver cómo quedaba su imagen impresa en un muro de ladrillo blanco descolorido que da a una especie de solar. Lo hicieron, cómo no, acompañadas de sus nietos. Sorprendidas en parte de ser protagonistas de esta forma en el barrio, aunque también seguras y conscientes de lo crucial que es su papel y su aportación al micromundo que habitan.

Encarnación, a sus 57 años, tiene ocho nietos. Es una de las abuelas elegidas para esta acción, y ha llegado con dos de sus nietos: “Me he hartado de llorar cuando me han dicho lo del homenaje. Me lo merezco, tengo ocho nietos que he cuidado y sacado adelante. Además, me encanta el arte”. Para ella, la figura de la abuela es el pilar del barrio.

Virtudes tiene 76 años y tiene dos hijos que no han tenido aún descendencia. Sin embargo se considera abuela de los niños que vivían en las casas donde ha trabajado toda su vida como empleada del hogar. Y a su vez, estos niños, hoy adultos, la consideran su abuela y mantienen con ella una relación estrecha. “He criado a nueve niños, me dicen tata, yaya, me mandan fotos al WhatsApp, se preocupan por mi salud, me invitan a sus bodas, son como si fueran mis nietos”, se emociona Virtudes.

Cuando se les pregunta por qué creen que las han elegido para protagonizar estos grafittis en el barrio, dan la misma respuesta. “Trabajamos más, luchamos por los nietos, por su sustento, ayudamos a nuestros hijos con los suyos y nos echamos la responsabilidad que muchas veces los padres de estos niños no asumen”, cuenta otra de estas mujeres protagonistas, Remedios, abuela de tres nietos con 71 años.

Arte para hacer preguntas

¿Qué pretenden con esta acción? “El arte quiere ser el detonante: que la gente se pregunte qué es esto, por qué han puesto esto aquí”, y que a partir de ahí surja una reflexión o un sentimiento, comenta Carmen Andreu. “Cuando a la gente se le pregunta por el paisaje, para nosotros esta palabra implica algo más, implica personas, valores, ideas…”.

Hasta llegar aquí, han tenido la colaboración del director del Centro Cívico de Torreblanca, Ángel Luis Álvarez Centro Cívico de Torreblanca, que sugirió la figura de las abuelas del barrio como eje vertebral de la vida en esta zona de la ciudad. “Durante los años de la crisis, las abuelas han sostenido a las familias, tanto económicamente como en atención a los más pequeños”, destaca Álvarez. “Son una figura muy reconocida por todos. Las abuelas son la esencia del barrio, han visto los cambios buenos y los cambios malos, son memoria viva de este barrio levantado hace unos 50 años”, explica.

“Queríamos devolverle color al barrio y darle el valor que merece”, reflexiona la profesora de estos alumnos, Carmen Andreu. Explica que los vecinos, en un principio, apostaban por reproducir en el muro de la plaza los jardines del Alcázar de Sevilla en un intento modesto por dotar al barrio de la exuberancia de este parque. Sin embargo, les convencieron -detalla- para que buscaran y ensalzaran los valores que ellos mismos tienen y que las abuelas personifican de forma tan certera-

Etiquetas
stats