Human Rights Watch entra en el caso Maloma y avisa al Polisario: “No se puede retener a adultos, es un delito”

Maloma Morales (a la izquierda), en una imagen difundida desde el Sahara.

Fermín Cabanillas

“Retener a alguien contra su voluntad es un delito. No importa su nacionalidad”. Human Rights Watch, la organización internacional que vela por la defensa de los Derechos Humanos, ha entrado este jueves de lleno en el caso Maloma, que afecta a la joven de 22 años de edad vecina de Mairena del Aljarafe retenida desde el pasado 12 de diciembre en el Sahara, presuntamente por su familia biológica saharaui.

Esta organización ha enviado hoy una carta de apoyo a la familia de Maloma, a la vez que demanda cuestiones que deberían ser lógicas, como que se tenga en cuenta siempre que la mayoría de edad de una persona implica libertad a la hora de decidir sobre su vida, además de puntualizar que está “preocupada por las restricciones a los derechos de las mujeres saharauis en los campamentos de refugiados de Tinduf, Argelia”, al no poder decidir libremente volver a España, “donde viven”.

Human Rigths Watch recuerda que en la actualidad “hay al menos dos mujeres adultas en los campamentos, cuyas familias las han retenido contra su voluntad y sin intervención efectiva por el Frente Polisario, la autoridad de gobierno en los campamentos”. Cita los casos de Darya Embarek Selma, de 27 años, y Nadjiba Mohamed Belkacem, de 24.

Recuerda que Maloma Morales de Matos (o Maaluma Takya Hamda, de acuerdo con su certificado de nacimiento), de 22 años, “se le ha impedido por su familia de declarar públicamente si desea permanecer allí o volver a España, donde tiene la ciudadanía”.

“Como adultos, tienen el derecho a decidir libremente si desean permanecer con sus familiares en los campamentos de refugiados saharauis o salir. Su derecho a la libertad de movimiento no depende de su nacionalidad, sino que es un derecho disfrutado por todos”, indica la misma carta.

“Han hecho de España su hogar”

Derechos Humanos incide en que “las tres mujeres llegaron por primera vez a España como niños que participan en programas de verano para los refugiados saharauis, patrocinados por las familias de acogida, y desde entonces han hecho sus hogares en España”.

Daria Embarek Selma y Nadjiba Mohamed Belkacem regresaron a los campamentos en diciembre de 2013 y enero de 2014 respectivamente para visitar a sus familias biológicas, “y durante más de dos años, han dejado claro que sus familias les impiden regresar a España, donde están, o estaban, los residentes legales”.

“Maloma Morales, por su parte, ha estado con su familia desde su llegada a los campamentos en diciembre de 2015, lo que se planeó como una visita de una semana. La familia ha declarado que es saharaui y no española, y ha publicado un vídeo que pretende mostrar que es feliz en su compañía”, vídeo al que resta credibilidad.

Una cuarta mujer con residencia española, Koria Badbad Hafed, regresó a los campos de refugiados para visitar a su familia en 2011. Su familia española dice que no se ha sabido nada de ella desde entonces. Incide en que retener a un adulto en contra de su voluntad es “confinamiento ilegal, independientemente de si los captores son parientes”.

Por ello, Human Rights Watch hace memoria, y recuerda que el 5 de marzo de 2016, el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, en una visita a los campamentos de refugiados, planteó estos tres casos a su homologo del Frente Polisario, Mohamed Abdelaziz, quien se comprometió a “prestar especial atención a la solución” de ellos. Human Rights Watch emitió “una declaración acerca de su difícil situación, el 4 de marzo, sin que hasta ahora haya noticias de su resolución”.

“El Frente Polisario debería asegurarse de que todas las demás mujeres sobre las cuales ejercen autoridad administrativa pueden ejercer su derecho a la libertad de movimiento, y tratar como delitos pasados y futuros actos de confinamiento ilegal”.

La carta termina recordando que “el Polisario ha destacado el importante papel que desempeñan las mujeres en la sociedad saharaui y en el avance de la causa nacional. Se necesita demostrar celo similar en la protección de los derechos individuales de las mujeres a ejercer su libertad de movimiento”.

Viaje a Sahara en Junio

Mientras se espera una acción concreta para la liberación de Maloma, su padre adoptivo, José Morales, anunció este jueves que en junio viajará al Sahara acompañado de familias que están pasando por su mismo problema para intentar forzar allí una solución sobre el terreno.

Todas las familias reclaman lo mismo: saber dónde están sus hijas, en qué situación se encuentra y que decidan libremente qué quieren hacer con sus vidas, pero que lo digan libremente, y si es posible en terreno neutral.

El destino del viaje será los campamentos de Tindouf, y aunque son cuatro las familias que han dado el paso, han hecho un llamamiento a todas las que se encuentren en situación similar a que se pronuncien, para sumar todas las voces posibles a la causa que defienden.

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