Sevilla exhibe la máquina con la que Hitler experimentó con Franco

enigma

Javier Ramajo

Supuso una ventaja en la carrera bélica del Tercer Reich durante la II Guerra Mundial pero Adolf Hitler utilizó años antes el conflicto español como campo de pruebas. Una de las primeras diez 'Enigma' que llegaron a España desde la Alemania nazi en noviembre de 1936 se puede contemplar desde este martes en el Museo Casa de la Ciencia de Sevilla, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Las máquinas fueron utilizadas por el bando sublevado en sus comunicaciones entre el Cuartel General en Salamanca, las diferentes unidades militares y dos representaciones en el exterior, Roma y Berlín. La idea era evitar que las fuerzas del Gobierno legítimo de la República descifraran los mensajes telegráficos emitidos en el marco del avance hacia la toma de Madrid.

Según el coronel Alberto González Revuelta, director del Museo Militar de Sevilla, que ha cedido la máquina para la exposición temporal 'Érase una vez...la informática', el regalo de Hitler contenía un interés claro en cuanto a la contraprestación que España debía tener con Italia y Alemania durante los años siguientes. Supuso un “campo de experimentación” antes de ser utilizada por el ejército alemán y de que un equipo de hombres y mujeres matemáticos y criptógrafos, como Alan Turing y Joan Clarke, consiguiera descifrar los códigos secretos de 'Enigma', que contuvo hasta un billón de combinaciones posibles. Sus investigaciones alimentaron el bagaje que permitió el posterior diseño de ordenadores.

El ejemplar de la máquina 'Enigma' es la identificada con el código A1234, según ha explicado Francisco Arranz durante la presentación. Aunque había llegado a España a finales de 1936 con el primer lote de máquinas adquiridas por Franco, no fue hasta diciembre de 1938 cuando recaló en Sevilla, asignada en principio al Ejército del Sur, y posteriormente, en julio de 1939, pasó al Estado Mayor de la Segunda Región Militar en Sevilla, según ha explicado el coronel González Revuelta. Desde entonces este ejemplar ha permanecido en Sevilla y, actualmente, forma parte de la colección estable de su Museo Histórico Militar. 

Una de las principales relaciones entre la máquina 'Enigma' y la ciencia de la informática viene a través de un nombre, el célebre matemático, lógico, filósofo y criptógrafo británico Alan Turing (1912–1954), cuya figura se aborda en la exposición como un protagonista fundamental en la ciencia de la computación. Turing trabajó para los servicios secretos británicos durante el II Guerra Mundial en Bletchley Park, una mansión victoriana que en realidad era una instalación militar donde una legión de especialistas en Criptografía, en su mayoría mujeres, trabajaba, entre otros temas, en el proyecto de “romper” el código de la máquina utilizada por los nazis, como se recogió en la película de 2014 'The imitation game':

La experiencia adquirida por el matemático británico, en cuyo equipo también participaba la criptoanalista británica Joan Clarke (1917–1996), cuyi papel ha querido destacar el comisario de la exposición, pudieron formar parte del bagaje de conocimientos que años después le permitieron diseñar algunos de los primeros ordenadores. La exposición estará abierta al público hasta el 30 de julio de este año 2017.

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